2

15.6K 1.5K 1.4K
                                    

-¿Puedo sentarme? –preguntó. Estaba con muchos libros en la mano y su mochila colgaba pesada en su hombro. Me daba igual.

-Haz lo que quieras, pero no me hables. –musité mirándolo por última vez y volviendo a mi posición anterior. Podría no soportarlo, pero no podía privarle un asiento.

-Bueno. –dijo tranquilo. Me enfermaba a puntos extremos su indiferencia. Si alguien me odia y me lo recuerda molestándome con cada oportunidad que tiene, lo golpearía hasta que deje de respirar. Bueno, no sé si tanto, pero me molestaría y mucho.

El profesor llegó y dio comienzo a una clase aburrida de historia. Anoté lo necesario por si teníamos un examen y el profesor dio todo por finalizado. Capucha y libros en mano, salí al receso, en busca de Zayn.

Raramente, estaba fumando un cigarrillo común en la puerta, esperándome. Al verme sonrió, pero un chico saltó a sus hombros. Oh, lo olvidaba, Zayn es abiertamente gay. Ver lo contento que esta con su novio, Liam, me hacía sentir mal. Siempre en mi mente vagaba el pensamiento de decirle a mi tía. Era gay y sólo mi amigo y su novio lo sabían.

¿Por qué no lo decía a mi tía? Simple, era homofóbica. No tenía donde vivir si ella me echaba, y lo único que me quedaba era esconderme. Ellos me hubieran apoyado, pero me abandonaron, dejándome solo, en este mundo de porquería... No podía estar más hecho mierda de lo que ya estaba. Y era lamentable. Era muy cerrado y mis sentimientos se mataban entre ellos  solos. Nadie me tomaba en serio. Nadie me escuchaba y eso lastimaba el poco corazón que me quedaba.

A nadie le importaba, era fácil de entender y bueno, ahí estaba yo. Ahogando mis penas en cigarros y pensamientos depresivos.

Saludé a Zayn moviendo un poco mi cabeza, mientras compartía fluidos salivales con Liam. Tenía tanta suerte de tener a alguien como Zayn. Los dos eran muy buenas personas y estaba orgulloso de su felicidad. En ese momento me pregunté si alguien desearía mi felicidad o algo parecido.

Como vi que los dos tortolos estaban muy ocupados brindándose amor, me fui directo a casa. Mañana hablaría con ellos. Mientras caminaba, me crucé con el inútil de Styles. Tenía varias cosas en las manos y como estaba de un notable malhumor, cuando pasé por su lado, pateé su tobillo para que cayera y tirara todo. Contuve una risa amarga, observando cómo se levantaba. Y decidí provocarlo.

-Te odio. –mencioné regalándole una mirada de desprecio.

-Okay. –contestó sin más

-¿”Okay”? ¿Nada más? ¿Por qué no me insultas o golpeas? –exasperado lo enfrenté.

-No vale la pena. -¿realmente no valía la pena?

-¿Cómo no va a valer la pena, si te digo que te odio?

-Realmente no me importa. –su desinterés hacía que las venas de mi cuello se hincharan.

-¿No te importa? Te estoy odiando, ¿por qué no me odias tú a mí? –quería golpearlo, pero algo fuerte me lo impedía. Que mierda.

-Sólo te diré que mientras tú me odias, hay muchas personas queriéndome. Así que, ¿por qué malgastar mi odio en ti? Hay más gente que se lo merece. Además, tú no te lo mereces.

-Te odio, vete a la mierda tú y tu pacifismo. –solté por última vez y me caminé hecho una furia hacia mi casa. Mi tía no estaría, así que me encerraría en mi casa a ver porno y despejarme un poco.

Gracías de corazón, por los comentarios y votos. Los amo, chausito

The Hater « larry stylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora