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Louis.

Habían pasado un par de semanas y la relación, si así podía llamarse, había fortalecido desde que conoció mi lado triste y depresivo. Luego de esa noche, no se apartaba, literalmente, de mí. Y que podría decirles, me encantaba tenerlo a mí lado todo el tiempo. Era reconfortante.

Lo que me venía quemando las neuronas era que tipo de relación tenía con él. No sabía a veces si dirigirme hacia el como "amor", "lindo" o siquiera "novio". El máximo que habíamos tomado los dos era "bebé" y me parecía perfecto. Pero, necesitaba establecer un título aquí. Además, si alguien nos preguntara, ¿qué responderíamos?

Harry era solo mío, no quería que nadie se le acercase. Obviamente no, porque lo reventaría a golpes, aunque creo que eso es poco. Me tornaba muy violento cuando alguien lo miraba o le hablaba. A veces no quería admitir que estaba celoso, para no parecer frágil, pero terminaba llorando en sus brazos murmurando que no quería perderlo por nada del mundo. Aunque las marcas que había dejado en su cuello aclaraban bastante que tenía dueño.

No es que me guste tratar a las personas como objetos, pero, simplemente, él me pertenecía.

Estaba siendo muy débil y quería demostrarle que era fuerte. Que vencería mis miedos y demás... Con respecto a eso, estuvimos hablando el otro día.

Cuando estamos juntos, y calmados, a Harry le gusta que le cante, también él se suma a veces. Dice que mi voz es angelical y tiene que ser explotada al máximo. Me recomendó subir covers a internet y le confesé que era demasiado miedoso como para aceptar una sola mala critica. Entonces, me hizo acordar a esa conversación que un día tuvimos. Él me había dicho: "Sólo te diré que mientras tú me odias, hay muchas personas queriéndome. Así que, ¿por qué malgastar mi odio en ti? Hay más gente que se lo merece. Además, tú no te lo mereces."

Me explicó que cada una mala critica, habría miles buenas, que cuando las negativas me tiraran abajo, las positivas me levantarían y me ayudarían a continuar. Tenía razón, claro que sí, pero siempre estaba mi miedo. Y hasta el momento no me había decidido. Me aconsejó ir a clases de canto extra que hay en el instituto, sin embargo, me avergonzaba cantar delante de muchas personas.

Aunque mi mente se había refrescado cuando el fin de semana, me reuní con Zayn y Liam en casa. Los invité a dormir y a ver un par de películas, noche de amigos. Harry cenaría con sus tíos, así que determinamos que pasaríamos ese día separados. No obstante, nos tecleábamos algunos mensajes.

Ese día, me habían sacado la venda de los ojos.

-¿Tu novio no vendrá? –preguntó Payne.

-No es mi novio y no, no vendrá, cenaba con su familia hoy. –confesé despreocupado.

-¿Y qué es entonces? –habló Zayn esta vez.

-¿Qué es qué? –me estaban mareando.

-Harry. ¿Qué es Harry de ti? –tenían razón. Harry no me había preguntado si quería salir oficialmente con él. Y bueno, ni hablemos de que yo se lo preguntara a él porque ni en mil años lo haría. El rechazo por su parte me consumiría y no resistiría ser abandonado otra vez por la persona que amaba.

-Hum... no me ha preguntado todavía. –mis dedos jugueteaban nerviosos, seguramente se reirían de mí.

-¿Y qué estás esperando? ¿Cuándo le pedirás? –Zayn parecía exasperado. Pensé que estaba bromeando, cuando lo miré con los ojos muy abiertos y las cejas casi fuera de mi frente.

-¿Estás jodiendo, cierto? ¿Tu viste, siquiera, cómo me pongo cuando estoy con él? Y quieres que le pida ser algo oficial. Vamos, me conoces hace años y no te diste cuenta que soy más tímido que un niño el primer día en su nueva escuela. Ni siquiera sé cómo estoy en una relación, soy un desastre. –admití. Era lamentoso. Dios, soy patético.

-Louis, déjame decirte, con mucho respeto, que eres un gran idiota. Ese chico se está muriendo por preguntarte pero no sabe si aceptarás. Digo, tuviste tantos problemas en tu vida que piensa que él será una carga para ti. No puede hacerle esto. Si tú quieres, ¿qué estas esperando? Harry está muriendo, no literal, por ti. –mi mirada estaba baja y me encontraba decepcionado, una cosa no nueva, de mí mismo. Era cierto, lo estaba lastimando y no me daba cuenta.

-Si... si voy a preguntarle, quiero hacerlo bien y que se sienta orgulloso. –afronté. Quería hacer algo bien en la vida y sentirme bien conmigo mismo. –Pero, nada de cenas cliché o llevarlo a un lugar lejos de aquí a mirar las estrellas, tanta dulzura me empalaga. ¿Qué hacer entonces? –les pregunté.

-Algo que a él le guste mucho de ti. ¿Qué haces cuando estás con él?

-Hum, no lo sé. Nos quedamos acostados en el suelo siempre. –reí recordándolo. –Y siempre le gusta que le cante porque le trae tranquilidad y eso. –continué. Es raro contarle estas cosas, pero son mis amigos y hay que abrirse de vez en cuando.

Hay que admitir, también, que se siente genial hablar de la persona a la cual amas.

-¡AHÍ LO TIENES! –gritó Liam saltando fuera de los brazos de su novio y haciendo que éste frunciera el ceño. –Lo siento, amor. –se disculpó con ojitos de perro mojado, volviendo a su lugar.

-Hola, sigo aquí. ¿Ahí tengo, qué? –a veces me pregunto si me toman como idiota.

-Eres lento, Louis. –musitó Zayn. –Hasta yo lo entendí y eso que no estaba prestando atención. –rodé los ojos, ignorándolo y haciéndole un ademan con la mano a Liam para que siguiera su idea.

-Lo que te decía. –golpeó a su novio en la cabeza, por su comportamiento anterior. –Es que, tienes que cantarle una canción y preguntarle si quiere ser tu novio. Solucionado. –sonriente terminó. Puede que tenga razón, tenía que vencer mis miedos de una vez por todas y cantarle, revelarle todos mis sentimientos de una manera cómoda para mí. Pero no sabía cómo planearlo y...

-Sé lo que estás pensando. Nosotros de ayudaremos. Eso sí, la canción la buscas tú y nosotros nos encargamos de lo demás. –dijo mi fiel amigo. Me encogí de hombros, asintiendo. Se despidieron porque querían tener un tiempo a solas y me quedé pensando que canción practicaría.

Mi tía había gritado desde abajo que ordenara la habitación y me puse a hacerlo. Tirando papeles y otras cosas de mi escritorio, encontré un papel con una muy mala caligrafía pero que me había salvado la vida.

The Hater « larry stylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora