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"I took a trip up the west coast, LAX to SFO, was searching for a temp so low, and a summer high..."

Abrí los ojos gracias a la alarma que indicaba que un día más estaba empezando. Siento ruidos en la cocina. Esperen... ¿ruidos? ¿En la cocina? Mi tía se iba a las seis y eran las... nueve. ¿Qué mierda? Torturosamente, me coloqué una camiseta y bajé despacio. Asomé mi pequeña cabeza por el borde de la puerta que daba a la cocina y la vi a Bryanna lavando los platos (que supuse, serían del desayuno). Fruncí el ceño y me adentré al lugar. Rasqué mi nuca y solté una tos fingida. Ella se dio vuelta y me miro con una sonrisa de oreja a oreja.

Sumamente extraño.

-Hola, cariño, ¡buenos días! -comentó feliz. La última vez que la vi feliz fue hace años.

-Hola... -respondí indiferente pero sin soltarle la mirada.

-Ven, hice unas tostadas y café. Tengo noticias. -explicó. Oh, ¿tendrá novio? Ya era hora que dejara a Bob, su antiguo marido, enterrado en el pasado. Wow, sonó irónico eso. Justamente yo decía de enterrar cosas en el pasado, que patético. Me senté en la mesa, con ella al frente. Sorbí un poco de café y mientras tomaba una tostada, ella rompió el silencio.

-Hoy te dejaré faltar a la escuela, pasaremos todo el día juntos. -la miré con ojos realmente abiertos. Me atraganté con las migas de pan y quise largarme rápidamente de ahí. No quería pasar un día con ella, no quería pasar mi vida con ella. Pero era lo único que me quedaba. Igual, comencé a negar efusivamente.

-Lo lamento tía, pero, tengo que ir a la escuela. -mentí con tono inocente. ¿Por qué hacía todo esto? No la necesitaba, no necesitaba a nadie. Sólo mi estúpida soledad y a Zayn de vez en cuando.

-Pero, no pasará nada si faltas, Boo. -me quedé congelado. No me llamaban así desde el accidente. Mis ojos comenzaron a arder, pero las lágrimas no salieron. No delante de ella. -Louis, lo siento, yo... -suspiró pesadamente y se acercó con una silla a mi lado y una mano en mi hombro. -Te veo demasiado solo, quiero pasar tiempo contigo. Soy tu tía después de todo. Sé que los extrañas pero, no hay nada que puedas hacer más que afrontarlo. Te quiero mucho y lo sabes, eres lo más importante que tengo y me preocupo por... -me alejé de ella en unos segundos, no quería escucharla. No se preocupaba por mí, nadie lo hacía.

-¡TU NO TE PREOCUPAS POR MI! ¡NADIE LO HACE! ¡¿POR QUÉ AHORA TE PREOCUPAS POR MI, CUANDO DESPUÉS DEL ACCIDENTE ESTUVE HECHO MIERDA Y TU SÓLO IBAS A FOLLAR CON TU NOVIO?! AÑOS EN VELA LLORANDO POR ALGO QUE JAMÁS EN MI VIDA PUEDA RECUPARAR Y ¡¿AHORA VEZ LA MIERDA Y LA TRISTEZA A TRAVÉS DE MIS OJOS?! TE ODIO, JURO QUE TE ODIO. -grité fuerte. Me importaba nada si se ofendió con mis palabras o se sintió dolida. Yo era el que quería morir siempre, yo era el que perdió su familia en un accidente. Y nadie notaba cuanta mierda cargaba hace años.

Tomé mi mochila, las llaves y salí de la casa. En ese momento, quería estar solo, pero iría a la escuela igual. No tenía a dónde ir. Noté en el bolsillo del pantalón un bulto y recé a todos los dioses existentes: había traído música.

Desenredé los auriculares rápidamente y coloqué alguna canción que me calmara. La música brindó un poco de paz a mi sistema nervioso y comencé a cantar, no me importaba la gente que escuchara en la calle o que me miraran raro, cantar era todo para mí y descargar mis sentimientos a través de una melodía, era lo más adecuado.

-Float down, like autumn leaves. Hush now, close your eyes before the sleep. And you're miles away, and yesterday, you were here with me...-canté mientras caminaba, veía como niños eran llevados a la escuela por sus padres. El corazón se me estrujó y presté más atención a la canción. -Oh, how i miss you. My symphony places the song that carries you out. Oh, how i miss you. I miss you and i wish you'd stay... -lágrimas empezaron a descender bajo mis mejillas y me sentía inútil. Sin ganas de vivir.

Llegué a la escuela, tarde, por lo que me pareció innecesario asistir a clases. Fui directo al baño y me encerré en un cubículo. Al apoyarme en las frías baldosas de ese solitario baño escolar, las lágrimas y sollozos fueron más fuertes. Me odiaba, demasiado.

¿Por qué a mí me había tocado tanta mierda? ¿Por qué nadie me quería? Nunca fui tan malo con alguien. Sólo con el idiota de Styles, pero no contaba. Lo odiaba, no sabía por qué, aunque me faltaran razones para hacerlo, pero me importaba nada.

Estaba cansado de mi vida, cansado de ser infeliz. Necesitaba a alguien que me salvase, alguien que se preocupase por mí. Soñar no cuesta nada, pero cuesta ilusiones.

Un sollozo violento salió de lo más profundo de mi garganta y comencé a golpear la puerta con mis puños. Dolía, pero el dolor de mi corazón no era nada comparado con el físico. Las fuerzas se fueron agotando y caí rendido al suelo otra vez, llorando rabioso y compungido.

Unos toques se escucharon en la puerta y se me helaron los huesos. Deseaba por el amor de Dios que nadie haya llamado a los profesores o incluso al director, me harían pagar por una nueva puerta, que estaba notablemente rota. Miré mis puños y tenían sangre, junto con astillas que me dejó golpear la madera.

-Sea quien seas, ¿estás bien? -preguntó una voz ronca y aterciopelada.

-S-sí. -respondí mordiendo mi labio para que me dejara solo.

-Abre la puerta, para comprobarlo solamente. -insistió. No quería que me vieran así, débil, indefenso. Aunque no me quedaba escapatoria alguna. Abrí lentamente, mis ojos ardían y seguramente estarían rojos, pero no pude disimularlo. Al estar la puerta totalmente abierta, lo vi ahí parado.

-¿Ha-harry? -dije entre tartamudeos. Ahora sí que estaba cagado.

The Hater « larry stylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora