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Harry.

Estábamos Louis y yo, sentados en la cama de su habitación, mirando una película que ya andaba por su final. Se llamaba "If I Stay" y los pañuelos llenos de lágrimas y mocos abundaban la habitación.

Cuando los títulos comenzaron a aparecer, Louis se disculpó y fue al baño, supuse que para lavarse la cara y calmar sus lágrimas. Aunque, estaba temblando. Me sorprendió pero no dije nada.

Me levanté de la cama y comencé a inspeccionar su habitación. Era muy linda. Estaba ordenada a medias y contenía algunos cuadros con personas que desconocía. Pasaba la yema de mis dedos por aquellas fotografías. En una, había una mujer, un hombre, dos niñas y un pequeño niño, que supuso, era Louis. Era muy bello de niño.

Todo el recorrido me llevó a una foto que yacía en su mesita de luz. Mostraba una familia muy feliz. El tiempo había pasado notoriamente y Louis, junto a los demás, había crecido. Abrí el cajón de la mesita y encontré calcetines sucios y otros desechos como cigarros fumados y demás. Pero lo que más llamó mi atención, fue el frasco de unas pastillas que no conocía. Debajo de éste, se encontraba una carta perfectamente doblada en dos. Como vi que Louis todavía tardaba, la saqué y comencé a leerla.

Al cabo de unos minutos de lectura, mis ojos estaban inundados como hace unos minutos con esa película. Pero solo que ahora no lloraba de tristeza, sino de decepción y angustia. No lo podría creer. La puerta se abrió y dejó a la vista un Louis lloroso, que, todavía, se encontraba afectado por la película y lo comprendía muy bien.

-¿Harry? ¿Qué sucede? –preguntó inocente. Cuando él se había ido al baño, yo ya había calmado mi llanto. No sabía si enfrentarlo y decirle que había encontrado sus dichosas pastillas. Tuve miedo, lo admito, pero éste se fue cuando levanté mi mano, la cual sostenía el frasco.

-¿Por qué, Louis? ¿Por qué querías hacerlo? –realmente no lo entendí. Él estaba siendo feliz conmigo, con su tía, con Zayn y su novio. ¿Por qué terminar con todo ahora cuando estabas siendo más feliz que nunca?

Toda su cara palideció. No se lo esperaba.

-¿D-de donde sacaste e-eso? –sus manos temblaban más que antes y sus lágrimas comenzaban a aparecer nuevamente. Me destrozaba verlo así. Muchas veces se dormía en mis brazos luego de llorar desconsoladamente, sin razón alguna. Sus ojos obscurecían al instante, mirando a la nada y lo tenía que abrazar diciéndole que todo iba a estar bien. ¿No le era suficiente? ¿Acaso estaba haciendo algo mal?

-No importa realmente de dónde lo saqué, Louis. Importa por qué siquiera lo compraste. ¿En qué estabas pensando? –estaba a punto de decirle también que había leído la carta, pero algo me detuvo. Se arrodilló en donde estaba y comenzó a llorar descontroladamente. Estaba enojado, pero eso no me impedía hacer nada mientras el chico que me preocupaba día tras día, caía a pedazos. Yo le había prometido que nunca lo dejaría caer. Que cada error que cometiera, lo comprendería. Tenía que estar con él y escuchar el porqué de esa aberración. No lo abandonaría. Pero necesitaba saber.

Fui a sentarme con él, lo abracé y le susurré que se calmara, dejando un suave bes sobre su frente, sin embargo, esto no fue suficiente. Siempre que pasaba esto, se calmaba rápidamente, pero esta vez parecía no ser como las demás. Louis murmuraba que se odiaba, que "por qué no había terminado con su vida antes" y fue cuando reaccioné. No dejaría que hablara sobre él de esa manera. Lo aparté de mí y lo miré con tristeza.

-No vuelvas a repetir eso. –lo regañé. –Louis, no sé qué te suceda, no sé nada de tu pasado, ¿está bien? Pero, no mereces morir. Puede que haya voces en tu cabeza que digan lo contrario. Pues, no las escuches. Escúchame a mí. ¿Te importo? –asintió velozmente. –Con más razón. Ellas no te controlan, tú las controlas a ellas. Tú te controlas a ti mismo, ¿oíste? Puedes ser feliz, Lou. Puedes lograr todo lo que te propongas. –lo abracé fuerte contra mi pecho y le acariciaba el cabello.

-Pero el pasado... el pasado no me deja continuar. Me atormenta, Harry. Es controlador. No puedo olvidarme que tengo una vida de mierda, que nadie me quiere, que hago todo. ¿Cuántas veces he lastimado a las personas? No soy un buen amigo, no soy un buen sobrino, ni siquiera recuerdo haber sido un buen hijo. Harry, ya no sé qué hacer. Me siento perdido. Ya no quiero seguir viviendo de esta manera, me siento enfermo, deprimido, sin ganas de nada. –suspiró entre lágrimas. –Pero luego llegas tú y me haces sentir mejor. Me dices cosas bonitas, me hacer sentir querido. Sin embargo, recuerdo que te lastimé a ti también y ese sentimiento ahogante vuelve. –hundió su cara en mi cuello y pude sentir las gotas saladas recorrer mi piel. –No quiero volver a lastimar a nadie. Quiero que sean felices, sin mí. Tal vez, este mejor con mi familia haya arriba, muerto, pero con amor. –sin poder creer sus palabras me corrí torpemente de él y me senté en la cama con las manos recorriendo mis rizos con desesperación. Intenté respirar hondo y no comenzar a pelear, pero no pude.

-Acaso... ¿acaso, no tienes amor suficiente aquí? –dije con palabras ahogadas. –Louis, mierda, tienes todo lo que necesitas, ¿no puedes verlo?

-PERO TODO SERÍA MEJOR SI YO NO ESTUVIERA AQUÍ O SI MIS PADRES NO HUBIERAN MUERTO. TENDRÍA QUE HABERME IDO CON ELLOS ESE DÍA A LA PLAYA. ¡PERO NO! ME QUEDÉ DURMIENDO POR HABER JUGADO TODA LA MANDITA NOCHE A LOS VIDEOGUEGOS. TODO ES MI JODIDA CULPA.

-¡YA CALLATE! NO SOPORTO OIRTE DECIR MIERDAS COMO QUE TU TIENES LA CULPA O QUE PREFIERES ESTAR MUERTO. MALDITA SEA, LOUIS, TE AMO. –y había explotado. –NO SE SI TE HABÍAS DADO CUENTA PERO ME ENAMORASTE. LO HICISTE TAN FUERTEMENTE QUE TE METISTE EN MI PIEL DESDE LA PRIMERA VEZ QUE ME MOLESTASTE. TE VOLVISTE TAN JODIDAMENTE INDISPENSABLE PARA MI. –grité con todas mis fuerzas haciéndolo callar. Vi cómo se encogió y nuevas gotas salían por sus orbes azules.

-¿Me a-amas? –preguntó bajito. Mis humos se fueron apagando al verlo tan frágil todavía en el suelo. Me acerqué lentamente, lo tome de la barbilla y lo obligué a mirarme a los ojos.

-Louis, significas mucho para mí. Desde que pude conocerte mejor, me di cuenta que eras una persona especial. Que serías una persona especial para mí y la verdad, me alegra que me hayas molestado desde un principio todos estos años. Porque si hubiese sabido que encontraría a un chico que me volviera loco de esta manera, me hubiera dejado hasta golpear. Porque, Lou, vales la pena. Más de lo que te imaginas. Te amo y sé que algunos dieran que nos conoces realmente hace muy poco, pero, nadie controla el tiempo del amor. El amor no tiene reloj. –rio y lo hice con él. –Te amo mucho y quiero que sepas, desde estos momentos, que, de ahora en más, no te dejaré solo. Me encanta ver esa sonrisa en tu rostro, me encanta escuchar tu risa. Tu voz tan fina y suave me enamora de sobre manera, y que decirte de tus labios. –se sonrojé y arrugué la nariz divertido. –Esos labios son lo mejor que me han pasado. –y dejé un pequeño beso en estos. –Te amo y no me cansaré de repetírtelo, Lou. Eres lo mejor que me ha pasado. –volví a besarlo pero esta vez con más intensidad.

Fuimos lento hasta la cama y bueno... lo demás quedará por siempre guardado en nuestros corazones. Esos suaves besos, delicadas caricias que no dedicamos... cuando hicimos, por primera vez, el amor.

The Hater « larry stylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora