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Harry.

 

Me sentía confundido y cargaba con un ardor en los ojos, pocas ganas tenía de estar en clases. No veía la hora de estar en casa y poder llorar todas las lágrimas que estaba aguantando.

Había prometido meses atrás no llorar por un chico, no después de Nick. Pero se me era imposible. Ese maldito beso me hizo sentir bien, me hizo sentir vivo. Para colmo, tenía que cargar con la belleza que emanaba, y que cada vez me atraía más a él. Si, Louis me atraía, aunque sabía que gastaba mi tiempo en algo inútil. Él mismo me lo había aclarado y lo tenía más que seguro.

Al terminar dos horas torturantes de física, salí disparando a casa, con las manos fuertemente apretadas, como mi corazón en el pecho.

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Era patético, realmente patético. La canción "Friends" de Ed Sheeran no dejaba de reproducirse. Yo por mi parte, había derramado un litro de lágrimas más o menos y me había bajado un pote de un kilo de helado de dulce de leche y tramontana, mis gustos favoritos cuando estaba contento y cuando sentía algo oprimir en mi interior. Parecía una típica adolescente hormonal a la cuál el chico que le gusta no la registra. Y eso que ni sé si Louis me gusta, que comparaciones idiotas.

Creo que lo que más me dolió fue el rechazo que causó después de habernos besado. Pensé que tenía una oportunidad de ser querido de verdad, pero me temía que no. Que todo fue una estúpida y maldita broma, que seguro se estaba retorciendo de la risa en su casa. Que no valía nada, y eso me lo hacía acordar mi familia, casi todos los días.

La verdad, mi mamá nunca está, mi hermana es una depresiva que pronto será medicada porque el médico que le detectó una grave depresión adolescente y yo, yo era el "hombre de la casa" desde que mis padres decidieron separarse. Si bien fue bueno por una parte, fue malo por otra. Tener a cargo a dos mujeres de las cuales tu vida depende, no es nada fácil. Requiere esfuerzo y coraje. Valentía. De esas cosas, yo carecía.

Al acordarme lloré el triple. Las lágrimas secas, fueron reemplazadas por nuevas que mojaron aún más mi rostro. Era difícil vivir, y la vida a veces, no te pone en una familia fuera de preocupaciones o en un entorno en que siempre serás aceptado. Tú mismo tienes que encontrar ese "balance" que te hace ser quién eres. Creo que la vida es una prueba para que podamos superarla y así saber de qué estamos hechos.

Después de pensamientos de libro de autoayuda, me quedé profundamente dormido, con mi boca manchada de helado y mis ojos más rojos de lo común. 

The Hater « larry stylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora