❛Beso❜

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Pasaron las semanas, y ahora...

¡Todo estaba mejor!

Le di una patada en el estómago a Camilo.

— ¡OYE! ¡¿QUÉ DEMONIOS TE PASA?! — Frunció el ceño, y puso sus manos en su estómago.

— ¡Eso te pasa por estúpido! — Fruncí el ceño.

Le había dado un abrazo por haber vuelto, pero el solamente me ignoro y también ignoro a Benja, además, se comió mi piña con sal y limón. ¡Es muy malo!

— Súper buena la bienvenida que me das. — Rodeo los ojos.

— Pensaba que te quedarías meses allá. — Dijo Benjamín.

— Na, mi padre se volvió a ir, mi tía me lo dijo.

— Pensaba que tu tía no te agradaba.

— No me agrada, pero su casa es grande y cómoda.

— Extraño a Alexander..

— Yo igual.. — Dijo Camilo.

Benjamín frunció el ceño. — Podemos verlo todos los días.

— ¿Y? ¡Tenemos que gastar siempre dinero!


Estábamos viendo una película y comiendo nachos con aguacate.

Benjamín tenía su cabeza entre mis piernas, y Camilo estaba sentado en la cama.

— Yo digo que el asesino es el padre de la niña. — Dijo Camilo.

— Na, es el sobrino del padre de la niña. — Dijo Benjamín.

— Estoy de acuerdo con Camilo. — Dije yo.

Benjamín puso una mano en mi muslo y le dió una palmada.

— ¡Oye! — Fruncí el ceño.

— Di que estás de acuerdo conmigo.

— No. — Saque mi lengua.

— Terminamos

— Terminamos — Rodee los ojos.

Frunció el ceño.

"El asesino fue Andrey, el sobrino de Juan, el padre de la pequeña Lizbeth." Dijeron.

Benjamín sonrió victorioso y apagó el televisor. — Hasta mañana Camilo, ya puedes irte a tu casa. — Se despidió con la mano.

— Ja, gracias.

Rodee los ojos.

Camilo salió de la habitación y, Benjamín se quedó esperando a que cierre la puerta, cuando Camilo salió y cerro la puerta Benjamín se tiró encima de mí y agarró mis muñecas.

— ¿Qu-Qué haces? — Mis mejillas se pusieron rojas.

— Nunca nos hemos besado, ¿verdad? — Sonrió.

— Y nunca lo haremos. — Saque mi lengua.

Frunció el ceño.

— ¿Qué pasa?

— Quiero un beso tuyo. — Rodeo los ojos.

— Pero yo... — Tragué saliva. — Nunca he dado un beso.

Comenzó a reír. — Yo tampoco, practiquemos.

Comencé a reír. — ¿Estás bromeando, no?

Negó con su cabeza.

Tragué saliva. — Nunca aprendo.

— Veamos un tutorial en Youtube.

Al principio pensé que estaba bromeando, pero estaba hablando en serio.

Vimos un tutorial en Youtube y se me quedó mirando al terminar el vídeo.

Mis ojos se quedaron más abiertos de lo normal.

Comenzó a toser.

— Podemos ver una película, veamos otra.

Sonrió. — Está bien.

Al parecer no era la única que no sabía que hacer ni como reaccionar.

Miradas con el chico raroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora