❛Alexander❜

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Era Alexander.

Estaba mirando con el ceño fruncido.

— ¿Podría hacer menos ruido? Fastidian.

— Perdón...

— Cállate. Solo vayanse a dormir juntos y no jodan a los demás. — Apretó sus puños.

Benjamín frunció el ceño y puso sus dos manos en mis hombros. — Él tiene razón. Vamos a dormir JUNTOS, cariño. — Sonrió.

No sabía cómo reaccionar, solamente deje que Benjamín me llevará a la habitación.

— ¿Siempre se enoja cuando lo levantan? — Rasque mi cuello.

— No, pero si se enoja cuando lo rechazan. — Suspiró.

— ¿Lo acabaron de rechazar? Pero Alexander es un buen chico

Frunció el ceño. — A ver...Si esa chica por ejemplo tuviera que elegir entre yo y Alexander...¿A quién crees que debe de elegir?

— A Alexander, ya que tú eres mi novio. — Sonreí.

— Tonta.
Digamos que tú eres esa chica...¿A quién eliges?

— A ti, Alexander debería enamorarse de alguien mejor que yo

— Terminamos

— PER-

— ¡Eres una tonta! ¿Estás diciendo que si fueras lo mejor del mundo te irías con Alexander?

Negué con la cabeza. — Digo que te prefiero a ti, y que Alexander debe enamorarse de una persona diferente a mi, alguien mejor y que lo valore. ¿Me hago entender?

Me abrazo. — Eres una estúpida, me gustas

— ¡Deja de insultarme! — Fruncí el ceño.

Asintió.


Pasaban los días, Alexander se comportaba de una manera demasiado diferente, además, ya no se quedaba mucho con nosotros, si no que salía a fiestas y llegaba borracho a su casa.

Hoy, viernes 13.

Estoy lidiando con este chico, parece un niño pequeño.

— ¡Quieto! — Fruncí el ceño.

— Vamos a bailaaaar~ — Agarro mis manos y comenzó a saltar.

— Alexander, acuéstate. — Cerré mis ojos y suspiré.

— ¿Eres Benjamín? — Bostezo.

— Soy Sosteila. — Sonreí.

— Hola Benjamín, te odio. — Se tiró encima de mí.

— ¿Qué? — Arquee una ceja.

— Te llevaste la chica que me gustaba, eres un bastardo — Golpeo mi rostro

¿Qué?

— Sosteila, me gustaba..No, me gusta, me gusta mucho. — Mordió mi cachete.

Tragué saliva. — Hey bro, no juegues con eso bro.

— ¿Sosteila eres un angel salido del infierno? — Suspiro.

Comencé a reír.

— ¿Mmmmmmmmmmmmmmmmmm?

— Estás loco. — Di palmadas en su espalda. — Vete a dormir.

— Sosteila

— ¿Si?

— Yo...Yo te amo, pero si quieres no quiero si quieres si no quieres casarte conmigo y tener una boda con gomitas, entonces me voy a rindir.

Sonreí. — Perdón, me voy a casar con Benja

— ¿Con el perro?

Asentí.

— ¿Y Benjamín?

— Benja es mi novio secreto, no le digas a nadie. ¡Shh!

Abrieron la puerta.

Era Benjamín, parecía enchukisado.

— ¿Qué demonios están haciendo?

— Le estoy contando a Alexander un secreto, ¿verdad Alexander?

— ¡Me dijo que no se quiere casar contigo!

— ¡Oye! — Fruncí el ceño.

— Terminamos

— ¡Estúpido Benjamín, estúpido Alexander!

— Dijo que se va a casar con Benja y entonces si entonces prefiere a ti no a Benja sí

— ¿Qué diablos? Tíralo en el sofá y deja que duerma.

— Es muy pesado, además, no parece querer dormir.

— Benjamiiinnn~~ Yo también te amo mucho cariño, pero Sosteilaaaa, Sosteila es mi hilo rojo — Dijo Alexander, haciendo puchero.

— Me vale

— ¿Poliamoooor? — Comenzó a llorar.

Comencé a reír.

— ¿Qué demonios? Cállate. — Rodeo los ojos.

Agarre a Alexander del pelo.

— ¡Noo! ¿Qué haces Camilo? — Dijo Alexander llorando más.

— ¿Camilo? — Arquee una ceja.

— Solo déjalo ahí tirado.
Mejor busquemos marcadores para pintarle la cara.

— Benjamín... — Fruncí el ceño.

— Perd-

— ¡Eres un genio!

— Ya sabía.

Rodee los ojos.


— ¡¿QUÉ DEMONIOS?! — La voz de Alexander hizo que saliera de mi quinto sueño, y al parecer sucedió lo mismo con Alexander.

— ¡Cállate! — Dijo Benjamín, aún con los ojos cerrados y con el ceño fruncido.

— ¡NO! ¡¿QUÉ HACEN AQUÍ?! — Frunció el ceño.

— Alexand-

— Lárgate de aquí.

— Por favor, déjame hablar.. — Tragué saliva.

Apretó sus puños. — Tienes 2 minutos.

— Ayer estabas borracho.
Te ví y note que habías dejado la puerta abierta, pensé "Oh no, ¡este chico es demasiado estúpido!"
Entre a la casa y después cerré la puerta. Segundos después estabas por caerte entonces te agarre, y pensé que debía quedarme contigo para que no te hagas daño. — Suspiré.

— Tú...¿Te preocupaste por mí?

Asentí 3 veces.

Sonrió. — Eres...Tan problemática... Realmente me caes mal. — Suspiro.

— ¿Lo siento?

— No te disculpes, solo vete.

— Pero..¿Estás enojado?

Asintió. — Lo lamento, soy inmaduro.

— Lo eres. — Dijo Benjamín aún dormido.

— Pensaba que te habías dormido.

— No me voy a dormir mientras Alexander habla contigo...

— Idiota

Miradas con el chico raroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora