❛Carreras❜

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Me desperté a las cuatro de la mañana.
Tenía demasiado sueño, pero aún así estaba bastante feliz para ir a la escuela, ya saben, para aprender claro.

Me bañé, me seque, me vestí, tome un vaso de agua, me cepille, agarre el bolso, y me fui a la escuela.

Cuando llegue eran las 5:45, no habían muchas personas ahí, solo había un señor en una pequeña tienda donde vendían empanadas.

¿Por qué venderá empanadas tan temprano?

No sé
Pero quiero una.

- Buenos días, me da una empanada por favor. - Dijo un muchacho que estaba atrás de mí.

Di la vuelta, y al mirar era ese chico de la otra vez, el bonito.

¿Por qué come empanadas tan temprano?

Muy raro.

Aunque, ¿por qué no comerlas en la mañana? Son ricas.

De nuevo chocamos miradas, pero el señor le dió la empanada, el la agarro y se fue.

Demonios

Me fui a su lado. Sí, a su lado.

Sentía que mis mejillas ardían, lo conocí hace como un segundo pero me gustaba bastante, ¿cómo? No sé, pero me gusta, o mejor dicho, me atrae.

Subimos las escaleras, hasta que me caí.
Sí, me tropecé con una escalera.

Escuché una risita de su parte, el simplemente siguió subiendo.

Fruncí el ceño. Mis mejillas y orejas ardían.
Lo único que hice fue pararme y empezar a correr para estar más adelante de el.

Después de haberlo alcanzado hice una sonrisa victoriosa, pero como el no podía verla por mi tapabocas dió igual.

¿DIÓ IGUAL?
¡EMPEZÓ A CORRER MÁS RÁPIDO!

De repente se había convertido en una competencia, empecé a correr más y más rápido pero como no había atado mis cordones me caí, de nuevo.

Creo que no es mi día de suerte, sin embargo, se volvió mi día de suerte al escuchar de nuevo es risa.

Sonreí.

Me pare de nuevo y empecé a correr bastante rápido, pero el dejo de correr cuando vio una chica de pelo un poco largo, negro y de ojos cafés oscuros.
Era un poco baja, diría que es algo de su altura.

Baje la cabeza, pero para no quedarme como una boba seguí corriendo hasta llegar al salón.

Entre y me senté en mi silla. Cuando mire de nuevo al salón el chico estaba entrando con ella.

Al entrar se quedó un momento en la puerta y me miró.

Tierra tragame

De nuevo cruzamos miradas.


Me senté sola en unas escalas, como no tengo ni un amigo saque mi celular y empecé a jugar el jueguito de preguntas, la verdad me enojaba, pero no voy a negar que es bastante entretenido.

- Hola Sosteila...¿Puedo sentarme contigo? - Dijo Natalia.
Natalia es una chica bastante callada, es alta, tiene pelo rubio, una piel bastante pálida, ojos de color café y delgada.
Tiene buenas notas, y no da nada de problemas.
Me agrada

- Claro. - Di palmaditas al suelo dando señal de que se siente ahí.

- Gracias..

Nos quedamos hablando un rato, pero lo ví, así que me quede callada como diez años.

- ¿Sosteila? ¿Estás bien? - Pregunto Natalia acercándose un poco más a mí. - Estás muy roja.

Cuando Natalia dijo mi nombre el chico miro, aunque inmediatamente desvío la mirada.

Siento que voy a morir en estos momentos pero sí, estoy bien.

- ¿Bien? Sí, bien, ¿Si? - Me rasque la cabeza.

Ella se quedó callada, al parecer ya piensa que estoy loca.

Lo mire.

Cuando lo ví estaba de nuevo con esa chica. Esta vez el la estaba agarrando de la cintura.

Ojalá me agarrará así

Espera no

¿Y si son pareja?

Ya me siento culpable.

- ¿Sosteila...?

- Perdón, voy al baño, siento que tengo daño de estómago.

- ¿Está bien..?

En realidad no tenía daño de estómago, y creo que es notorio, pero sí tenía rabia.

Me dirigí hacia el baño, y de tantas personas que me podía encontrar me termine encontrando a la profesora de estadística.

Con esto confirmo que tengo mala suerte.

- Ah, Sosteila. Ven aquí, debe-

No dije nada si no que empecé a correr, subí todas las escaleras hasta llegar de nuevo arriba.

Para ese entonces, Natalia ya no estaba.

Que mal se me da tener amigas.

Siempre supe que no era lo mío, así que me dió igual.

Volví a sentarme y agarre mi celular, pero vi alguien parado al frente mío.

La chica que era mi amiga en la primaria y su otra amiga.

- ¿Qué pasa? - Pregunté.

- Bueno..¿Recuerdas cuando le pregunte el nombre al chico que nos gustaba en la primaria? - Bajo la cabeza.

- Sí

- ¿Pu-puedes..Devolverme el favor?

- No tengo dinero. - Suspiré.

- No es eso...Bueno..Me gusta un chico, y quería que le preguntes su nombre... - Subió la cabeza.

- Bueno.
¿Quién es?

- Bueno...Está en la cancha.

Si quieres te lo señaló. - Sonrió.

Obviamente lo debes señalar

Subimos a la cancha.
Me quede esperando a que ella señalará a alguien, pero en realidad estaba buscando con la mirada.

- ¡Ahí está! - Señaló.

- Bi-

Estaba por decir "bien" pero ahora quería decir "mal" al ver que estaba el..
DEMONIOS

- No es el pequeño, es el chico alto con cabello ondulado.

Asentí.

Me acerque a él y le toque el brazo.

Esto da vergüenza.

- Hola

- ¿Uh? ¿Hola? - Dijo el chico mirándome.

- ¿Cómo tu nombre se llama?

....?!???! ¡QUÉ VERGÜENZA!

- NO... ¿CÓMO TE LLAMAS?

- ¿Qu-Qué?
Me llamo Ale-alexander.. - Rasco su cabeza.

- ¡GRACIAS! - Salí corriendo.

- ¡Qué chica tan rara! ¡Jaja! - Dijo uno de los chicos que estaba al lado de Alexander.

¡Qué vergüenza...!

Miradas con el chico raroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora