Capítulo 2

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Al divisar el Lusso empiezo a hiperventilar. El apremiante deseo de abrir la puerta y saltar del coche en marcha de Jimin es difícil de resistir. Él me observa con una expresión de ansiedad evidente en su precioso rostro, como si intuyera mi intención de salir huyendo.

Cuando aparcamos frente a las puertas, Jimin rodea el vehículo, me agarra con fuerza del brazo y nos encaminamos hacia la entrada de peatones, donde Jungkook nos espera. Va tan elegante como siempre, con traje y botas y el pelo negro perfectamente arreglado, pero su presencia ya no me incomoda. No obstante, sí me sorprendo al ver que toma el relevo de Jimin y me sujeta. Tira de mí hacia él y me estrecha con fuerza. Éste es el primer contacto físico que he tenido con él. Afirmar que era distante conmigo sería quedarme muy corta.

—Isabella, gracias por venir —dice mientras me sostiene pegada contra sí.

No respondo nada porque no sé qué decir. Están muy preocupados por Taehyung, y ahora me siento culpable e incluso más nerviosa todavía. Me suelta y me regala una leve sonrisa para darme seguridad, aunque no lo consigue.

Jimin señala la carretera.

—Ahí viene el grandullón.

Nos volvemos y vemos cómo Jordan llega en su Range Rover negro y derrapa hasta detenerse bruscamente tras el coche de Jimin. Saca su inmenso cuerpo del vehículo, se quita las gafas de sol envolventes y nos saluda con la cabeza sin decir palabra, como hace siempre. Joder, parece cabreado. Apenas le había visto los ojos hasta ahora, siempre los lleva ocultos bajo esas lentes oscuras, incluso de noche o en interiores, pero hace sol, así que no entiendo por qué se las ha quitado. Tal vez quiera que todo el mundo sepa lo enfadado que está. Y funciona. Da miedo.

Respiro hondo e introduzco el código de la puerta para que puedan pasar. Me gustaría no tener que seguir. Jungkook me insta a abrir el camino con un gesto, él siempre tan caballeroso, así que hago de tripas corazón y comienzo a avanzar en silencio por el aparcamiento. Veo el coche de Taehyung y advierto que todavía tiene la ventanilla rota. El corazón me da un vuelco.

Entramos en el vestíbulo de mármol del Lusso en silencio, excepto por el sonido de nuestras pisadas. En mi estómago empieza a formarse un nudo y se me acelera la respiración. Han pasado tantas cosas en este sitio. Fue mi primer gran logro en cuestiones de diseño. Mi primer encuentro sexual con Taehyung tuvo lugar aquí, y también el último. Todo empezó y acabó en este lugar.

Jake levanta la vista de su gran mostrador de mármol curvo conforme nos acercamos y nos mira con una evidente expresión de cansancio.

—Hola, Jake —digo con una sonrisa forzada.

Me mira primero a mí, y después a los tres seres imponentes que me acompañan antes de volver a centrarse en mi persona.

—Hola, Isabella. ¿Cómo estás?

—Bien —miento. De bien, nada—. ¿Y tú?

—Bien, bien. —Está receloso, sin duda tras haber tenido algún encontronazo con los tres hombres que me escoltan, y a juzgar por la frialdad con la que me ha recibido, no fueron muy agradables.

—Jake, te estaría muy agradecida si nos dejaras subir al ático para comprobar cómo se encuentra Taehyung —digo tratando de imprimir confianza a mi voz, a pesar de no sentirla. El corazón se me acelera más y más a cada segundo que pasa.

—Isabella, ya les he dicho a tus amigos, aquí presentes, que podría perder mi trabajo si os dejo subir. —Vuelve a mirar a los chicos con cautela.

—Lo sé, Jake, pero están preocupados —repongo en un tono neutro —. Sólo quieren ver si Taehyung está bien, y luego se marcharán —añado con gentileza, sabiendo que Jungkook, Jimin y Jordan lo son todo menos gentiles.

Obsesión // K.TaehyungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora