Capítulo 42

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Me estoy mirando al espejo de cuerpo entero con un nudo en el estómago.

Me he secado el pelo con secador, está ondulado y brillante. Mi maquillaje es delicado y natural y ya me he puesto el vestido. Tiene un tacto increíble pero estoy que me subo por las paredes. No sé si es por el lugar al que voy o por si estoy teniendo un pequeño ataque de ansiedad de pensar que puede que a Taehyung no le guste el vestido.

Me vuelvo para ver el escote de la espalda, que parece más pronunciado que en la tienda. ¿Se enfadará? Estuvo a punto de tener un infarto cuando me vio con el vestido de verano con la espalda al aire.

Soplo para apartarme el pelo de la cara y me echo un poco más de desodorante. Me estoy asando, sin duda son los nervios. Me pongo mis pendientes de oro blanco; son unas bolitas sencillas, el encaje no permite otra cosa. Meto el brillo de labios y la polvera en la cartera junto con el teléfono. Llaman a la puerta y el corazón se me sale del pecho. Tengo un nudo en el estómago.

—Isabella, cariño, tenemos que irnos —dice en voz baja desde el otro lado. No intenta entrar, y ese gesto, junto con la dulzura de su voz, me indica que puede que él también esté nervioso. ¿Por qué? Porque normalmente entraría a la carga, sin llamar y sin decir nada.

—¡Dos minutos! —grito. Mi voz es aguda y temblorosa.

Me rocío con mi perfume favorito de Calvin Klein. No hay gruñidos ni gritos impacientes. Debería mover el culo. Me deja para que me tranquilice un poco.

Respiro hondo un par de veces, cojo la cartera y echo los hombros atrás. Qué mal. Estoy supernerviosa. Tengo que ver a todos los socios de La Mansión y no me apetece nada. Las mujeres me han dejado claro que les he aguado la fiesta. No creo que vayan a cambiar de opinión sólo porque lleve un vestido de alta costura o porque oficialmente sea la novia de Taehyung. ¿La novia? Suena muy tonto, pero ¿qué otra palabra puedo usar?

Además, él es demasiado mayor para llamarlo novio. No suena nada bien.

Vale. Recojo un poco el bajo del vestido y admiro mis zapatos antes de salir del dormitorio en dirección a la escalera.

Veo la sala de estar y oigo las fascinantes notas de Nights in White Satin de Moody Blues que caen sobre mí desde los altavoces integrados.

Sonrío para mis adentros y entonces lo veo.

Freno en seco en lo alto de la escalera y procuro recobrar el aliento.

Es como volver a verlo por primera vez. Está impresionante con el traje negro, la camisa blanca almidonada y la corbata negra. Se acaba de afeitar y puedo ver su hermoso rostro. También se ha peinado. Dios, esta noche voy a fastidiar los planes de muchas.

Aún no me ha visto. Camina despacio de un lado a otro, con las manos en los bolsillos y mirando al suelo. ¿Mi donjuán chulo, orgulloso y pagado de sí mismo está nervioso?

En silencio, observo cómo se sienta, junta las manos y traza círculos con los pulgares en el aire. Vuelve a levantarse y a pasear de un lado a otro.

Sonrío y, como si notara mi presencia, se vuelve y recibo de pleno el impacto de ver a mi hombre de frente, en todo su esplendor. Me quedo sin aliento y tengo que sujetarme a la barandilla para no caerme.

Abre un poco más los ojos.

—Madre mía —dice, y oscilo sobre los talones bajo su intensa mirada.

Taehyung se acerca a la escalera sin apartar la mirada de mí. Bajaría para reunirme con él, pero mis estúpidas piernas están paralizadas y no logro convencerlas de que se muevan. Es posible que tenga que bajarme en brazos.

Obsesión // K.TaehyungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora