Capítulo 21

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Corro hacia el Lusso desde la parada de metro. Necesito estar duchada y lista antes de que Taehyung vuelva a casa. Evito toda conversación con Jake y salto al ascensor, jadeante de tanto correr. Mi pobre cuerpo lleva una buena paliza hoy.

Entro en el dormitorio, tiro las flores y el bolso sobre la cómoda y desempaqueto mis compras. Las guardo en el arcón de madera y me meto en la ducha, con ganas de prepararme para la noche que me espera. Voy con mucho cuidado para no mojarme el pelo. Me lavo con frenesí los restos de la jornada y me afeito las piernas, aunque no con tanto frenesí.

Salgo de la ducha y cojo una toalla. Me vuelvo y me doy de bruces con unos pectorales duros, desnudos y familiares.

«¡Mierda!»

—¿Te he cogido por sorpresa? —dice en voz baja y amenazadora.

Levanto la vista despacio y veo que entorna sus ojos castaños oscuro en una expresión muy seria. El Taehyung dominante ha llegado y me ha fastidiado los planes.

—Un poco —reconozco.

—Me lo imaginaba. Tenemos un pequeño asunto pendiente y vamos a resolverlo ahora mismo.

Me quedo petrificada en el sitio, goteando y agarrada a la toalla. Que me haya pillado así me destripa todos los planes, pero mi decepción no evita la punzada de placer que sale disparada desde lo más profundo de mi vientre hasta mi entrepierna. Su figura esbelta y amenazadora, junto con su respiración profunda, me dice que no estoy en posición de protestar. Pero no puedo contenerme.

—¿Y si digo que no? —susurro. Ni muerta le diría que no. Es un farol, y es probable que él lo sepa.

—No lo harás.

Está tan seguro de sí mismo que mi corazón empieza a bombear la sangre en mis venas aún más rápido.

—Puede que sí. —Ni de coña, y la vocecita con la que lo he dicho lo confirma.

Se pega a mí. La cabeza caliente y resbaladiza de su erección explora mi bajo vientre y yo doy un respingo. En sus ojos arden oscuras promesas mientras espero a que haga el siguiente movimiento. Los músculos de mi vagina se convulsionan por la anticipación.

—No te andes con jueguecitos, Isabella. Ambos sabemos que nunca vas a decirme que no. —Recorre mi brazo con la punta del dedo, sigue por mi hombro y mi cuello hasta llegar al hueco que hay debajo de la oreja.

Cierro los ojos. Ya me tiene. Otra vez.

—¿Crees en el destino, Isabella? —Su voz es suave como la seda pero segura y seria.

Abro los ojos y frunzo el ceño. ¿Qué trama ahora? Nunca he pensado que las cosas sucedan por una razón. ¿Adónde quiere llegar?

—No —contesto con sinceridad.

—Yo sí. —Me coge el coño con la mano y su tacto ardiente hace que me tense aún más—. Creo que tú estás destinada a estar aquí conmigo, por eso, que fueras a decirle al conserje que no vives aquí me... jode... vivo. — Enfatiza las últimas tres palabras, que suenan altas y claras.

Vaya, me había hecho creer que habíamos hecho las paces enviándome flores. ¿Así que sigue enfadado por lo de esta mañana? Me coge el pezón con el pulgar y el dedo anular de la otra mano. Empieza a retorcerlo y a alargarlo y se endurece más aún. Cierro los ojos. Dos oleadas de placer me parten por la mitad. Lentamente, me penetra con dos dedos.

—¡Ah, Dios! —gimo echando la cabeza atrás. La toalla se ha quedado en los hombros de Taehyung.

Aprovecha que tiene acceso a mi cuello y me besa en el centro, una caricia firme y húmeda que llega hasta mi barbilla. Sus dedos siguen deslizándose en amplios y torturadores círculos por mi interior, estirándome. Me está preparando para él.

Obsesión // K.TaehyungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora