¿Como trabajar con él sin matarlo?

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-¿Cómo se ven las cosas?

- Tu chica parece muy alterada, oh mierda, le acaba de disparar a un maldito perro.

- Parece que agitamos las aguas – sonrio divertido – Avisame cuando se vaya, necesito preparar mi encuentro con ella.

- Perfecto – Armando guardo su arma – Ten cuidado.

- Tranquilo, se lidiar con chicas locas – los dos rieron.

Cortaron la llamada y Gustabo salió del baño de aquella cafetería donde estaban comiendo un desayuno "francés."

-Nada comparado a comerlo en casa – dijo Segis.

- Segis esto lo comes en casa – sonrio Gustabo – Tengo que comprar unas cosas ¿estaran bien solos?

- Eso deberíamos preguntarte a ti cabron.

- Yo estaré bien – se levanto – Dejen buena propina, no estamos en casa – camino a la salida y se acerco a los hombres de la francesa que los estaban "escoltando" – Tengo que irme, comprare algo.

- Debemos escoltarle señor.

- No, porque todo lo que compre no es de su incumbencia – los miro – Y cuando ella llame díganle que estoy haciendo las compras, ella sabra a que me refiero.

- Esta bien señor.

Gustabo comenzó a caminar por las calles de Paris, podia notar como varias parejas estaban juntas, una sensación en su pecho crecio.

Él esta solo.

Su esposa esta en casa, cuidando del club.

Jack, realmente no sabe nada de él y aunque teme aun que lo haga delatado, sabe que no hubiera seguido lo suyo.

Se encuentra como en un principio.

Solo, sin nadie a su lado.

Ruega porque el plan salga como espera y se pueda librar de todo lo que lo ha perseguido. Y entonces, poder ser mayormente feliz.

{...}

Gustabo se encontraba frente a un espejo, alisaba su traje color marron, soltaba su cabello que ya estaba algo largo y se afeitaba por completo, extrañaría su barba.

Guardaba su arma dentro del saco, no la necesita pero mas vale prevenir. Tomaba la sortija de bodas en sus dedos, tenso la mandíbula ¿Qué tan hipócrita seria ponérsela? Bueno, si todo sale como espera y si sale vivo, tendrá el tiempo suficiente para poder arreglar las cosas con Nat.

Pequeños golpes en la puerta lo sacaron de su mente, suspiro y una ultima mirada al espejo y salió de la habitacion.

-La señora lo espera.

Gustabo asintió, cerro la puerta y comenzó a caminar a la par que los hombres.

Sus compañeros solo le daban una mirada que significaba muchas cosas.

Entro a una camioneta negra y durante todo el camino una sola cosa reinaba en sus pensamientos.

Su esposa.

Nat era la que le estaba dando fuerzas para seguir adelante, jamás se le ocurrió tratar de acabar con el imperio junto con el que crecio, pero si quiere hacer todo legal, es necesario un ultimo derramamiento de sangre.

Bajo de la camioneta, solo.

Con paso seguro comenzó a subir los escalones de la entrada, habían varios hombres armados, supone que con el asunto irlandés la seguridad se triplico.

Play Dirty ~ Intenabo ~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora