Mi pecado capital

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La situación se habia complicado, Gustabo, Freddy, Jack y Horacio se encontraban de rodillas rodeados de armas apuntándoles. Habian llegado a la habitacion segura, por lo que sus francotiradores y demás compañía no podia ayudarles.

Solo dependía de Michelle y Nat.

Se separaron cuando vieron que habia mas hombres de los que pensaban, asi que tuvieron que irse, los papeles de llave maestra se cambiaron en cuanto Jack decidio ponerse de rodillas junto a Gustabo, todo dependía de Michelle.

-¿Segura que puedes hacer esto?

- Michelle, por favor estoy embarazada no invalida y además tengo un chaleco – la miro – No dejare que nuestros hombres mueran ahí, el resto de los chicos ya esperan la señal.

- Pues hagamoslo, demostremos lo que una mujer puede hacer.

- Vamos a patearles el culo.

Lanzaron las bombas de humo, se pusieron sus mascaras y entraron, disparando a quienes eran el objetivo, llegando a la puerta principal que era donde el resto esperaba para que entraran. Cuando el humo comenzó a esparcirse, Nat y Michelle se acoplaron para poder inmovilizar a los hombres que tenían las armas pesadas, dejando boquiabiertos a los que estaban de rodillas.

-¿A cuales no matamos? – pregunto Nat.

- Solo a ellos, puedes matar a esos – dijo Michelle quitándole las esposas a los chicos.

Nat les dio solo un tiro entre ceja y ceja para levantarse y ayudar a Michelle.

-¿Quién dijo que una embarazada no podia matar? – sonrio de lado.

- Nadie dijo eso – sonrio Gustabo.

- ¿Lo hacemos nosotros? – pregunto Nat al ver a los cabezas de la mesa redonda.

- Si, hagamoslo nosotros – le sonrio – Chicos, gracias por la ayuda – los miro – Ahora dejenos solo a nosotros, tenemos asuntos pendientes.

- Perfecto.

Los únicos que quedaron en la habitacion segura fueron, Gustabo y su esposa, Michelle y Freddy, Jack y Horacio.

-¿Quién diría que un simple idiota mataria a sus mejores recursos? – dijo Gustabo – Eran mis amigos, pero era hora de sacar la basura.

- Trabajabamos en conjunto.

- ¿En conjunto? Entonces porque me mandarona Conway – los miro – Lo único que querían es el control, querían que fuera tan manipunable como lo fueron los demás.

- Estabas blando antes de que abrieras ese asqueroso club de mierda.

- No fue el club, pudo ser cualquier mierda para cubrir el trabajo, fue ella – la señalo – En un principio la mantuve alejada de esto, pero despues de saber su historia familiar con ustedes me dio tanta rabia que no confiaba en mi propia sombra. Ustedes son unos desgraciados que podían mandar hasta un niño a que me espiara. Jamas fui manipulado.

- Por favor, siempre has sido manipulado.

- Si ese fuera el caso, ya estaria muerto ¿no lo creen? – se cruzo de brazos – Ella pudo matarme en cualquier momento – señalo a Michelle – Jamas le dieron la orden, él también pudo matarme, jamás le dieron la orden. Me necesitaban con vida, sin mi esa parte del mercado negro no funciona y si no funciona, la política se vendria abajo.

- ¿Qué haras? Has dejado tu punto en claro y me he cansado de escuchar tus platicas absurdas.

- Se necesita un nuevo régimen – dijo Nat – Ustedes están hasta el cuello de mierda, tanto que era momento de que tragaran de ella – sonrio – Los mataremos eso esta claro, pero no sin antes dejar algo escrito.

Play Dirty ~ Intenabo ~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora