Crush

Capítulo 8: Aquella Noche

—¿Qué pasó anoche?

Todo su rostro se volvió rojo.

—¿D-De qué me hablas?

—Llegaste tarde y solo a los dormitorios, Kisumi ya llevaba rato dormido. Me preguntó por tí pero dije que estabas en tu cuarto hacía rato. —Makoto se rascó la nuca, quería que la tierra lo tragara. —No viste mis mensajes. Te llamé y colgaste. —añadió Haru.

La mirada frondosa de su amigo fue directa al frente de la clase. Yamazaki recogía sus últimos documentos en su archivador, no esperó toparse directamente con su ceño fruncido hacia él. Le había prometido no decir nada a nadie, es más, tenía esa foto suya en caso de que abriera la boca. Volvió a mirar a Haru que esperaba una respuesta.

—Aquí no. —susurró.

Su amigo también le dirigió una mirada al profesor.

—No te va a escuchar. ¿Qué si te liaste con alguien anoche crees que le importe? —le dolieron las duras palabras de Haru.

—Aquí no. —repitió Makoto.

Aceptó de mala gana.

...

La universidad estaba tan viva como siempre, así que tenía que buscar a un lugar tranquilo para poder hablar. No tardó en elegirlo. Optó por su segundo lugar favorito: el jardín de la biblioteca. Era pequeño y casi siempre estaba vacío. Deprisa, sorteó los pasillos seguido de Haru. No fue porque tuviera prisa por contarle, incluso había pensado en excusas, pero su amigo lo sabría rápidamente si le mentía.

Haru apenas vio que no había nadie en los alrededores se giró hacia Makoto con aire molesto.

—¿Sabes lo preocupado que estaba?

Makoto abrió sus ojos como platos.

—Lo siento, Haru. No fue mi intención.

—Ya, ya. —dijo quitándole importancia.

—Estaba con alguien. —admitió.

—Maldición Makoto... —Haru suspiró y se rascó el pelo. —debiste al menos responder el teléfono.

Makoto recordó el momento en el que su teléfono sonó. Yamazaki fue quien colgó, él no hizo nada por impedirlo. Lo recordaba a la perfección. Miró la pantalla molesto por la interrupción, después dirigió su vista aguamarina a Makoto. Había rechazado descaradamente la llamada. Pero Makoto estaba tan interesado en el labrado cuerpo que tenía frente a sí que no le importó una llamada, ni siquiera a mitad de la noche. No era el tono de llamada que tenía específicamente para sus padres, así que fuera lo que fuese no importaba más que Yamazaki sudando encima suya. Sólo recordarlo enloquecía su ritmo cardíaco.

—Lo siento. —volvió a disculparse.

Haru le echó un vistazo, Makoto se había sonrojado, eso le intrigó. Su amigo no solía irse de forma esporádica con cualquiera, aunque lo había hecho en alguna ocasión.

—Creí que estabas demasiado interesado en Yamazaki para eso. ¿Quién es? ¿Lo conozco?

—Es que...

—No tienes que decirme si no quieres. —se retractó, tenía curiosidad pero no quería cotillear.

—Es él. —Haru alzó una ceja.