Capítulo 6: Nervioso

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Makoto lo miró a través delas gafas, con unos expresivos y sinceros ojos de sorpresa que no pretendió mostrar pero que enternecieron a Yamazaki.

-No creerías que me quedaría satisfecho con solo eso ¿verdad?

Su expresión desesperada entonces cambió. Se volvió un ceño arrugado y su mano fue directa a envolver la de su profesor.

-Yo arriba.

Yamazaki se quedó pasmado. Tuvo que mirar la mano que rodeaba su muñeca y de nuevo a los ojos verdes inocentes tras las gafas para creer que lo decía en serio. Y no había duda. Él mismo se lo había propuesto momentos antes, pero hacía tiempo que no se divertía de esa forma. Era un tipo corpulento, normalmente, se acercaban a él con la intención de que él fuera el activo. No debió olvidar que el hombre bajo él era robusto. Soltó una carcajada y aceptó con un gesto. Inmediatamente, Makoto le quitó el preservativo de la mano y rompió el envoltorio para usarlo.

-Me confundes. -admitió Yamazaki observando divertido cómo el látex bajaba amoldándose a ese mástil.

Makoto se sonrojó, una vez listo, empujó lentamente a su profesor para cambiar de posición y lo hizo caer de espaldas en la cama. Con calma, volvió a probar aquellos apetecibles labios antes de hablar.

-Usted a mí también.

Yamazaki pensó por un momento que su precaución para con él podría haber provocado perfectamente una confusión.

-Me interesó tu propuesta de sexo, pero siento que tú no estás del todo cómodo. Eso es todo. -dijo sinceramente.

-Lo estoy. Es... Solo que... -Makoto relamió sus labios. Yamazaki deseó volver a probarlos. Su brillante mirada como esmeralda le pareció muy hermosa aún oculta tras los cristales de las gafas.

-Tranquilo puedes decirlo. -rozó su mejilla carmesí con la mano.

-Sólo estoy algo nervioso. -dijo.

Y era totalmente cierto. ¿Cómo no iba a estarlo? si la persona más hermosa del mundo estaba bajo sí permitiéndole tener sexo. ¿Cómo no iba estarlo?, si el hombre que tanto le gustaba acababa de proporcionarle un orgasmo increíble. ¿Cómo no iba a estarlo?, si al fin tenía esa mirada turquesa que tanto ansiaba estaba prestándole toda su atención, únicamente a él.

-No fue tu primera vez ¿o si? -se burló con intención de relajar al muchacho.

-No.

-Entonces, -Yamazaki acaració el miembro erecto de Tachibana y lo colocó justo en su entrada. -no hay por qué estar nervioso. -dijo mientras lo insertaba. Cuando estaba a la mitad soltó un gemido que hizo que el cerebro de Makoto dejara de funcionar para bombear más sangre a esa parte tan bien ubicada.

Yamazaki lo atrajo hacia sí para besarlo de nuevo. Le molestaba que estuviera disperso, quería llenar su mente, estar en cada rincón y que no sintiera cualquier cosa que no fuera él o su cuerpo. Lo que no podía entender era que esa intranquilidad era precisamente por su culpa. Makoto estaba siendo especialmente inquieto porque era como un sueño.

Absorto en la distracción que le proporcionaba la experta lengua de Yamazaki, Makoto elevó la cadera de su profesor y con un mejor acceso acabó por entrar al completo su virilidad en él. Yamazaki sonrió desde su lugar rompiendo por un momento el contacto, pocas veces habían llegado tan profundo. Casi olvidaba cuánto le gustaba esa sensación. Ahondó el beso gustoso de ello y de que Makoto comenzara también a acariciarlo. Su cintura, su torso, se vio envuelto por él. Sus manos y su lengua eran ya sumisas de su atención. Al fin.

-Esto me va a volver loco.

-¿No te gusta? -Makoto se detuvo un segundo a mirarlo, a Yamazaki le pareció un lindo cachorrito herido. Lo empeoró, en mejor de los sentidos y rió. Cada gesto, cada toque, cada vez que lo hacía reír, le gustaba más aquel sexo.

-Eres muy gracioso. - dijo revolviendole el pelo. Pero Makoto no entendió lo que quería decir. -Puedes moverte. -casi suplicó que lo hiciera.

Makoto agradeció que le diera permiso pues le era tedioso controlarse por más tiempo. Dejó que sus caderas se movieran en un vaivén mientras seguía afianzando el cuerpo bajo sí. Sus manos se clavaban en su piel. Los besos volvieron. La dulzura del muchacho hacía la boca agua a su profesor.

Makoto comenzó a mimar su cuello provocando electricidad en su piel. Cada tramo se eriza a como si pudiera sentir cada toque de sus labios intensamente. Siendo consciente de cada minúsculo lugar. El interior de Yamazaki recibía con gracia cada gesto, cada movimiento.

Gozaba con afán el ritmo de sus embestidas y se lo hacía saber gracias a esos aullidos guturales que escapaban instintivamente de su cuerpo. Aquella voz gruesa, el sonido de sus cuerpos chocando y el sonrojo que se iba coloreando a cada golpe, hacían un bello torbellino de sensaciones.

Makoto no podía apartar la vista de él. De cómo mordía sus labios, de cómo le seguía mandando sonrisas traviesas y cómo gemía sin vergüenza. En cada estocada, no perdía detalle. Tenía a su adonis, su labrado cuerpo, su voz, sus gestos, sus ojos, todo bajo él. Siguiendo su baile, cantando con él, gozando con él. Su mente estaba en las nubes. En el cielo. En el mismísimo paraíso. Mordió su labio y acometió contra él una, y otra, y otra vez. Sousuke quedó sin aire un momento, sus pies se encogieron de placer. Una bruma de calor y placer lo inundó, las últimas embestidas de Makoto habían sido profundas, habían llegado a un lugar recóndito, habían sobreestimulado lo más hondo de su ser.

-Maldición, niño. -jadeó en el clímax.

Sus uñas se clavaron en los brazos de Makoto haciendo que volviera en sí y bajara el ritmo.

-Lo siento. -musitó abochornado.

-¿Lo sientes? -Sousuke tocó el semen sobre su vientre y levantó una ceja a la vez que se lo mostraba a Makoto. -Bueno, la verdad es que esto es un desastre. -se burló.

Makoto se detuvo completamente avergonzado y salió de él.

-¿Qué haces?

-Has... Has terminado. -Yamazaki se enderezó y devolvió a Makoto bajo sí. Sin problema envolvió su miembro otra vez dentro de su cuerpo.

-Pero tú no.

Feliz cumpleaños Makoto 🥳❤️

Espero que a Makotín le haya gustado su regalo jejeje. Y a los demás también espero que lo hayáis gozado 🌚

Volveré con más 🤭

Besitos para todos ❤️🥰

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