Capítulo 12: Reyes

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Dejo caer mi mano por el desnudo pecho de Dylan mientras siento su respiración tranquila y serena. Me encuentro en la cama recostado sobre uno de mis brazos y observándole dormir, sus cabellos caen enmarañados sobre la almohada y se esparcen sobre el colchón, sus largas y doradas pestañas enmarcan con suavidad sus ojos, los pómulos de Dylan lucen marcados, pero sin la tensión que suele verse un su rostro; viéndole de esta manera es como si el cambiaformas no llevase una gran carga sobre sus hombros.

Por una vez luce como el hermano menor de Dereck y no viceversa. Quiero apartar la mirada, pero no puedo, simplemente no puedo evitar que a mi mente lleguen miles de preguntas sobre este hombre; preguntas más allá de las que conozco respuesta. Alzo mis dedos para llevarlos a sus dorados cabellos y apartarlos de sus facciones, es los últimos días me he acostumbrado a sentir las finas hebras entre mis manos.
Ha pasado un tiempo desde que iniciamos esta rara relación en la que no solo las peleas forman parte de nuestro día a día, sino que de algún modo nos hemos ido adaptando a nuestra propia compañía y al final de la noche terminamos juntos de esta manera: Desnudos, en la cama, uno pegado al cuerpo del otro. Cada centímetro de la piel de Dylan está lleno de arañazos y mordidas mientras que la mía no se queda atrás, incluso hay zonas en las que puedo jurar que aun siento su toque y…me gusta.

— Te odio. —El susurro escapa casi imperceptible de mis labios; no obstante, puedo sentir como la mano de Dylan se tensa alrededor de mi cintura y me apega más a su cuerpo, su ceño comienza a fruncirse y sus ojos se mueven inquietos bajo los parpados.

—Pórtate bien Reyes—responde, igual en voz baja.

No puedo evitar ponerme un poco nervioso. ¿Desde qué momento ha estado despierto?, ¿me sintió tocarle?, ¿me escuchó?...

—No finjas dormir si estás despierta—contesto molesto.

Es en ese instante en el que las palabras salen de mi boca Dylan abre sus ojos permitiéndome contemplar el profundo azul en ellos.

—Quería ver hasta donde continuarías tocándome mientras pensabas que estaba dormido. —Sus labios se curvan en una sonrisa—. No sé si clasificarte como romántico o pervertido.

Se burla.

—¿Quién diablos querría actuar romántico contigo?

—Entonces eres un pervertido.

Encajo mis uñas en su piel molesto, pero este hecho solo parece divertir al minino que rompe en risas y luego de eso da media vuelta dejándome sobre el colchón y el encima.

—Te estás acostumbrando demasiado a esto, idiota.

Golpeo su cuerpo con mi mano, aunque realmente no utilizo casi fuerzas en ello. Dylan alza su mano y con el pulgar acaricia suavemente mi mejilla y, a pesar de que no quiero que así sea, el simple roce de la yema de sus dedos corta mi respiración.

Levanto también mis manos y las enredo en sus cabellos tal como he descubierto que me encanta hacer bajando la cabeza de Dylan hacia la mía. Primero lamo las comisuras de sus labios con suavidad y luego permito que mis colmillos corten un poco la fina piel de su boca antes de besarle. El beso es lento, pero a su vez profundo. Las manos de Dylan acunan mi cara y alzan mi mentón para tener más acceso a los labios. Siento como su lengua explora la húmeda cavidad y choca con la mía a la par que ambos gruñimos y la situación comienza a volverse más salvaje.

No obstante, Dylan se separa de mi boca entre jadeos y tan solo se mantiene observándome fijamente por unos instantes sin dejar de tocar mis mejillas.

—Quiero que me acompañes fuera hoy.

—¡No! No es seguro.

Estamos a menos de seis horas del pueblo en una pequeña casa abandonada, con tantos sobrenaturales dándonos caza no es bueno salir, y menos luego de…

Pasiones Salvajes [#4 Pasiones-BL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora