Capítulo 13: Reyes

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Luego de pasar par de horas junto al lago regresamos a la casa, Dylan estaba agotado debido a las trasformaciones que hizo a lo largo del día por lo que no tardó en quedarse dormido; yo, sin embargo, no puedo parar de pensar: en él, en lo que está sucediendo a nuestro alrededor, en sus labios pidiéndome que me quede, en nosotros...

Sé que por mi dependencia de sangre necesito estar con el minino si quiero sobrevivir, no obstante, no me es desconocido todos los problemas que puede traerle esto, todo el sufrimiento y el rechazo; bastante mala estaba su situación con los miembros del clan para que ahora empeore por mi culpa. Dylan tenía razón en algo, me he estado mintiendo a mí mismo mucho tiempo, es hora de reconocer la verdad al menos para mis adentros y la verdad es: Quiero que el lindo tigrito sea feliz.

Es este mismo pensamiento el que me lleva a ponerme en pie de la silla y salir de la casa, no sin antes darle una última mirada al cambiaformas, no mentí cuando dije que le protegería.

Agarro las llaves del último coche que robamos y enciendo el motor intentando hacer el menor ruido posible mientras me adentro en la carretera más cercana al bosque, noto como el cielo comienza a nublarse y adquirir tonalidades grises, no puedo evitar sonreír debido al sarcasmo del momento. Tomo mi teléfono móvil y marco el único número que tengo registrado en el dejando en cacharro en altavoz en el asiento del costado mientras que el timbre no para de sonar.

—Reyes no quedamos en que yo te llamaría a ti. —Suena la voz del chucho desde el otro lado de la línea, vaya espía quejica me he buscado.

—Necesito noticias y rápido.

—Las cosas se están poniendo feas.

—¿Qué tan feas?

—Divisiones, los lobos no confían en los cambiaformas; Ryan ha declarado ante el consejo que no cree en la palabra de Brandon.

Gruño, si bien eso suena como una buena noticia puede llegar a ser muy peligrosa; hay híbridos rebeldes en todo el estado esperando a que ellos se debiliten, una división interna es lo que menos necesitan ahora.

—¿Y los vampiros?

—Sabes que permanecerán con los lobos por Tobías, pero hay un poco de tensión desde que se ha esparcido el rumor de que tu lindo hermanito es el infiltrado; creo que tus vacaciones románticas están terminando Reyes.

—No te preocupes por eso, en la mañana todo habrá acabado.

La seriedad de mis palabras provoca una enorme tensión en el ambiente, incluso dejo de escuchar sonidos provenientes del teléfono. Tal es así que estoy a punto de ver si se ha caído la llamada, no obstante, mi infiltrado vuelve a hablar y su tono se escucha preocupado.

—¿Dónde estás?

—Cerca del pueblo. —La carretera que tomé lleva directo al pueblo, estaré ahí en muy pocas horas y si todo sale como tengo planeado volveré con Dylan esta noche y…

¡No! Eso no importa, solo debo concentrarme ahora en mi objetivo, en que todo salga bien. Zack me entrenó para ser una fría mente calculadora y no repetir sus errores de caer por el corazón, de dejar que las emociones ganaran la batalla y, sin embargo, eso es lo que hago; estoy cavando mi tumba.

—¿Estás seguro de lo que haces? —pregunta la voz masculina y solo sonrío.

—Ha sido un placer trabajar contigo. —Luego de esas palabras estiro mi mano y corto la llamada sin dar chance a recibir respuesta.

Creo que ha llegado la hora de pagar cuentas; por lo menos puedo decir que estoy en paz con mis decisiones, incluso con las más sanguinarias; jamás me importó matar a mi madre o a las personas que se cruzaran en el camino e impidieran mis planes, no voy a comenzar ahora. Solo necesito que los tres seres que me preocupan estén a salvo: Logan, Ayana y Dylan.

Dylan… ¿Quién iba a decirlo?, se supone que ese hombre me odiase a muerte después de todo lo que le he hecho, pero por lo visto estar al borde de la muerte y salvarse la vida el uno al otro en reiteradas ocasiones puede cambiar muchas cosas.

Las horas pasan y llego al pueblo cuando las gotas de lluvia comienzan a caer sobre el parabrisas del coche, dejo el vehículo escondido a las afueras, a partir de este instante terminaré el recorrido a pie; el auto solo llamaría la atención y no vengo en una visita sociable, solo deseo negociar con una única persona; ni siquiera Logan debe saber sobre mi presencia en el pueblo para evitar que corra peligro.

Camino entre las casas, oculto en las sombras, como mismo hice hace meses atrás para vigilar a los diferentes líderes y a mi hermano; no obstante, para mi sorpresa, el pueblo está vació, no siento casi personas a los alrededores, quizás solo unos pocos humanos rondando, pero no hay rastro de los sobrenaturales. Todos se sienten a lo lejos, dispersos; por lo visto es cierto lo que me contó mi informante y las razas del pueblo se hayan dispersas, con las diferencias y divisiones creciendo entre ellos. Esto debe llegar al fin.

Llego a un conjunto de apartamentos y logro entrar por una de las ventanas de los primeros pisos sin pasar trabajo, la casa se siente vacía, por lo visto me tocará esperar, mientras tanto decido echar un ojo alrededor. Hay cristales rotos por todo el suelo, sillas rotas y una mesa volteada, parece que estoy en algo parecido a un despacho y su dueño ha estado muy molesto en estos días. Ese hecho me hace sonreír.

Siento unos pasos acercándose a la habitación y tomo uno de los vasos que veo en una pequeña licorera y lo lleno de vino; no me gusta beber, pero cuando un villano hace el show lo hace completo. Me siento en una de las pocas sillas que quedan en pie y cruzo las piernas con el vaso en la mano, justo a tiempo para ver una figura masculina atravesar el umbral de la puerta.

Este al verme se tensa por unos instantes a la par que ruge en furia. Da dos pasos hacia atrás apoyado y tambaleándose sobre su bastón de madera. Huele a miedo en el fondo, está claro que si no es por la espalda este hombre no posee valor para atacar a nadie. ¡Cobarde!

—¿Qué haces aquí? —pregunta a la par que mira en todas direcciones, es obvio que está revisando si vengo o no acompañado.

—Es así como saludas a un viejo amigo—finjo un puchero.

—¡Tú no eres nada mío! ¡Me disparaste!

—Y tú me mandaste a matar, estamos a mano.

Sonrío y Brandon continúa observando nuestro alrededor por lo que dejo los ojos en blanco.

—ÉL no está aquí. —Es obvio que busca a Dylan—. Vine solo, quiero negociar.

—¿Cómo te atreves?, puedo hacer que te tomen preso ahora.

—Y yo puedo matarte antes de que grites siquiera, pero ninguno de los dos hará esa idiotez.

Empujo otra silla con la pierna.

—He dicho que te sientes, tenemos negocios que discutir.

Pasiones Salvajes [#4 Pasiones-BL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora