Capítulo 2: Reyes

547 115 9
                                    

A medida que me abrazo al cuello del cambiaformas frente a mí voy sintiendo poco a poco el conjunto de emociones brotar de su mente: Puedo sentir su miedo, su asco, su odio, su desprecio; pero, para mi dicha, muy en el fondo de su cabeza encuentro algo más, algo que se ha conformado poco a poco con el paso del tiempo desde que le marqué: hay anhelo y, quizás, una pizca de deseo también; no solo desagrado predomina en el cambiaformas felino.

He sido capaz de leer muchas mentes a lo largo de mi vida, la primera fue la de mi madre el mismo día que nací; parece mentira, pero puedo recordarlo como si fuese ayer; el terror de la mujer y el rechazo fue tan grande que por muchos años decidí no tener este don que yo llamaba maldición; este hecho solo se acrecentó cuando comencé a estar de orfanato en orfanato junto a Logan. Solo me permití volver a meterme en las mentes humanas cuando me percaté que ser un chico bueno no me llevaría por ningún camino, no me mantendría vivo…cuando Zack, el creador de los híbridos, me transformó y me otorgó una nueva vida destinada a la sangre y la grandeza mis habilidades también fueron en aumento. Sin embargo, nunca me he sentido tan entretenido de utilizar mi maldición como cada vez que tengo el minino frente a mí.

Si bien en un inicio solo le marqué por ayudar a Logan, no pasó mucho tiempo que me encontré disfrutando de la sensación, la conexión hizo que pudiese llegar más profundo a los pensamientos del cambiaformas y no pude evitar sentir curiosidad por muchos detalles: Al igual que yo este hombre no sería clasificado exactamente en el bando de los chicos buenos, sino más bien de los odiados; de aquellos que sacrifican a todos por su propio bien, de aquellos que solo les importa el poder…

Nadie sabe la verdad de su mente…nadie excepto yo y, quizás, su propio hermano.
No pude evitar sentirme curioso por su vida, después de todo, yo fui criado para matar, él para proteger y, no obstante, a ambos nos clasifican en el mismo bando.
Antes de darme cuenta le reté a cazarme para tenerle más tiempo, para mantenerle detrás de mí a la par que yo lo contemplo desde la distancia y, para desgracia del propio Dylan, me he enterado de cosas que no le gustarían. Cosas que muy pronto le destrozarán el alma, pues, a diferencia de mí, él si se preocupa por toda su gente; yo solo por mi pellejo y el de mi familia.

Dylan sin dar aviso levanta su mano y agarra mi cuello hasta alzarme pocos centímetros del suelo, yo solo suelto una carcajada a medida que me agarro del brazo del rubio y finjo un puchero.

—Es que tú no me extrañaste a mí minino. —Vuelvo a reír sin apartar mis ojos carmesíes de los suyos azules—. ¿No pensarás matarme el mismo día del bautizo de mi sobrina? ¿O sí?

—El trato era simplemente matarte.

Aprieta su agarre en mi cuello y no puedo evitar soltar una mueca de dolor. Dylan continúa siendo varios centímetros más alto que yo y su musculatura también es mucho más desarrollada. Sin embargo, por mis venas corre la sangre de todas las especies de este pueblo, si yo quisiera pudiese librarme de sus manos en un abrir y cerrar de ojos.

Soy un híbrido, tengo la fuerza de todos y la debilidad de ninguno, solo hay un detalle: No quiero que él me suelte.

—Ambos sabemos que no lo harás. —Mi voz sale calmada sin perturbar en ningún instante la sonrisa de mis labios.

Los azules ojos de Dylan solo lucen más furiosos debido a mis palabras.

—¿Qué te hace pensar que no lo haré?

—No lo harás porque tú aun estás marcado por mí.

La marca no duraría mucho porque era unilateral; no obstante, mientras Dylan la tuviese si algo llegaba a pasarme el cambiaformas sería víctima de un intenso dolor no solo físico, sino también emocional. Los sobrenaturales marcados llegaban a grandes niveles de deterioro mental si a su pareja les ocurría algo y, siendo Dylan un líder de manada, no puede permitirse pasar por esto.

El rubio me suelta haciéndome caer al suelo de bruces mientras sonrío, puedo notar la impotencia en su cuerpo.

—Acéptalo, te gusta la cazaría que te estoy ofreciendo, soy la mejor presa que has tenido en tu vida.

—No significas nada para mí, eres solo un ser repugnante que mata por placer.

—Y tú un bastardo de mierda que pensaba dejar a su hermano morir solo para que no le quitaran el poder. —Su ceño se frunce más, sé que es mentira, pero como no se supone que conozca de este solo me deleito en los golpes bajos—. Admítelo minino, ambos estamos igual de podridos, al mismo nivel.

—Yo no me parezco a ti…

—Todo lo contrario, somos iguales Dylan, por eso te elegí, entre todas las personas por eso te llevé a ti, eres como yo. —El cambiaformas retrocede varios pasos dispuesto a alejarse, pero antes de que sea capaz vuelvo a llamar su atención—. Quiero ofrecerte un nuevo trato. —Ahora mi voz suena seria, no hay ni pizca de burla en mí y es por esto que Dylan se gira para observarme.

—¿Qué especie de trato?

—Uno en el que seas capaz de matarme, en el que puedas atentar contra mi vida todas las veces que quieras.

Ahora es Dylan quien rompe en una carcajada, sin embargo, su sonrisa es fría; capaz de compararse al iceberg más helado. Poco a poco, es él quien toma la decisión de volver a acercarse a mí hasta que dar a tan escasos centímetros que debo alzar la cabeza para poder mirarle a los ojos.

—¿A qué juegas Reyes?

—¿Quién dice que juego? —Pero al final me encojo de hombros—. Digamos que soy una persona muy aburrida que se ha fijado en ti, me gustas minino.

Dylan suelta un nuevo gruñido.

—No te considero una persona idiota Reyes, eres muchas cosas, pero no idiota, ¿por qué me ofrecerías un trato en el que puedo matarte?

—Porque obtendré algo a cambio, por supuesto.

—¿Y qué quieres obtener?

—A ti. Cada intento por matarme tendrá un precio, pero por ser tú puedo darte una buena oferta minino. —Alzo mis manos para acariciar sus rubios cabellos, tan sedosos al tacto, las hebras parecen pequeños hilos de oro deslizándose por mis dedos, pero la sensación no dura mucho dado que el cambiaformas retrocede varios pasos.

—¡Estás loco!

Voy a responder, sin embargo, comienzo a escuchar las campanas de la iglesia que anuncian que el bautizo ha terminado, es hora de ver a Logan. Vuelvo la mirada a Dylan y le guiño un ojo para después de ello volver a adentrarme en la espesura del bosque.

—Eso ya lo veremos minino, pronto vendrás a mí. Necesitarás de mí.

Pasiones Salvajes [#4 Pasiones-BL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora