«Frío».
Esa es la sensación que más predomina en mi cuerpo en este instante, un descomunal frío que hiela mi cuerpo e impide el movimiento de cualquiera de mis músculos, es como si estuviese perdido en medio de una tormenta de nieve. No puedo evitar preguntarme: ¿así se siente morir?, ¿por qué de esta manera?, no quiero cerrar los ojos, deseo continuar con Reyes, sin embargo, poco a poco, mi respiración se vuelve pesada en mi pecho y puedo sentir como los latidos de mi corazón se ralentizan a cada segundo que transcurre hasta que parecen casi inexistentes.
No obstante, siento que la situación es muy irónica; a pesar del frío en mis músculos juro que pudo notar que mi sangre quema dentro de mi cuerpo al tiempo que corre por mis venas, el ardor tan solo va en aumento, es como su pusiera mi mano encima de alguna hoguera y las llamas del fuego quemasen mi piel.
Mi mandíbula duele, a lo lejos escucho las voces de aquellos que me rodean, pero no puedo responder, ni siquiera abrir los ojos. No puedo consolar los llantos de Reyes que de un instante a otro se detienen. Los segundos pasan y, aunque mi corazón late a un ritmo más lento de lo que debería, siento que se mantiene ahí cuando debió dejar de funcionar hace mucho.
A cada nuevo instante puedo jurar que mi garganta se reseca al punto del dolor, pero por más que lo intento no puedo gritar, no soy capaz de moverme aun y mi voz se niega a salir de mi boca. Mis colmillos se expanden, más filosos a los caninos de cambiaformas a los que estoy acostumbrado; toda mi cabeza da vueltas, los mareos y las náuseas presente. Todo lo que puedo sentir es sed, una sed descomunal que incluso mis labios se sienten resquebrajados.
No estoy seguro de cuánto tiempo pasa mientras el dolor continúa; para el resto a lo mejor fueron minutos u horas, pero para mí ha parecido una eternidad. Solo ruego que termine, si morir se siente así quiero que todo termine ahora. No obstante, al final no he muerto, me doy cuenta en el mismo momento que vuelvo a adquirir la capacidad de mover mis parpados y mis ojos se van abriendo con suavidad.
Siento como la fuerte luz de una lámpara hace que mis ojos duelan; a pesar de ello, poco a poco, las figuras van tomando forma delante de mí. No me encuentro en mi casa, sino que logro reconocer que me hallo en una habitación de hospital, estoy sobre una camilla y hay varios cables conectados a mi pecho, imagino que para indicar las pulsaciones de mi corazón. El sonido de las maquinas es demasiado molesto y por si todo eso fuese poco el ardor en mi garganta no para, intento tragar, aunque sea saliva para relajarlo, pero mi boca se halla seca debido al tiempo que llevo inconsciente.
Un embriagador aroma llena mis sentidos y provoca que todos mis instintos se vuelquen en él; la sed y el ardor aumentan por desear saber de dónde viene, por sentir su origen y probarlo. Mi boca se hace agua y siento mis colmillos pinchar más que nunca y es entonces cuando le veo. Junto a la puerta de la habitación y sentado en una pequeña butaca Reyes me observa, estamos solos en la estancia y cuando nuestras miradas se cruzan mi pequeño me sonríe a la par que se pone en pie y avanza en mi dirección sin vacilar ni un instante.
No pasa demasiado tiempo para darme cuenta que el dulce olor proviene de él, de su cuerpo, o para ser más específicos de su sangre. Solo con imaginar el carmesí líquido mi boca se hace agua y mi respiración se entrecorta. Me siento como un animal primitivo incapaz de reprimir los impulsos, lo único que tengo claro es que quiero beber de él.
La sonrisa de Reyes se amplia como si fuese ajeno a todos mis pensamientos, pero cuando abre sus labios para hablar me doy cuenta que no es así.
—¿Tienes sed bebé?
Intento hablar, pero al separar mis labios las palabras continúan sin salir debido a la resequedad en mi garganta. Por lo visto Reyes toma esto como una respuesta afirmativa dado que saca una afilada navaja de uno de sus pantalones y pasa la punta por la zona de su antebrazo provocando que una fina gota de líquido carmesí bañe su pálida piel. Al ver el hilo de sangre siento como mi corazón se agita y esto solo va en aumento a medida que el cuerpo de Reyes se acerca al mío. Con suavidad para que la sangre no se derrame en las blancas sábanas el híbrido lleva su antebrazo hacia mis labios y, como una fiera al borde de la desesperación, consigo mover mi boza hasta el corte.
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Pasiones Salvajes [#4 Pasiones-BL]
RomantizmO mueres siendo un héroe o vives lo suficiente para convertirte en un villano "The Dark Knight"