Capítulo 18: Reyes

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Sentir la sangra en mi boca era una sensación revitalizante que se expande a todo mi cuerpo, sin embargo, la verdadera calidez no viene del líquido rojo carmesí, sino de los cálidos labios que me besan con suavidad y deseo como si fuese el objeto más delicado y a su vez el más deseado del mundo.

Mis manos se alzan y rodean el cuello de Dylan para acercarle más a mis labios, pero la sangre que proviene de su boca no es suficiente para mí, he podido resistir la necesidad mientras que él estaba lejos de mí, sin embargo, ahora que vuelvo a tener su olor cerca la necesidad quema como hierro ardiente sobre mi piel. Deslizo mi boca desde los labios de Dylan hasta que comienzo a bajar por su mentón, recorriendo todo el camino en dirección a su cuello. Finalmente, al llegar a la yugular, no aguanto más el dolor y las exigencias de mis colmillos por lo que sin pensarlo demasiado atravieso la piel de Dylan y comienzo a beber.

Siento el pequeño quejido proveniente de los labios del cambiaformas, pero este en ningún momento me aparta, todo lo contrario; Dylan me apega más a su cuerpo acunando mi cabeza y mi espalda. Poco a poco el sonido de queja se convierte en un gemido y consigo apartarme del cuello de Dylan para mirarle directamente a sus azules ojos, un pequeño hilo de sangre desciende por la comisura de mis labios y el cambiaformas alza su mano para retirarlo con la yema de sus dedos.
Siento mi respiración agitada y, de repente, me invade una gran ola de horror, esto no está bien; no debe pasar así, no lo planee así.

—Deberías irte—digo desviando la mirada del rostro de Dylan, no obstante, no encuentro fuerzas para levantarme de su regazo, simplemente no quiero.

—No me voy sin ti.

—Soy un híbrido Dylan, ¿qué dirá tu gente cuando veas que me lleva a tu manada?

—No dirán nada cuando te reclame como mi pareja.

No digo nada ante esta frase y entonces lo noto, los colmillos de Dylan también están extendidos dispuestos a morder.

—¿Estás seguro? —Odio el anhelo que se escucha en mi voz, tanto deseo junto, tanta debilidad, pero cuando se trata del cambiaformas es como si nada de eso importara.

—Siempre pensé en mi clan Reyes, por una vez quiero ser egoísta y pensar en mí…y yo te quiero a ti, te lo hubiese dicho en el coche el día que regresamos, pero no me dejaste.

—De haberte escuchado no habría tenido el valor para alejarme, eres la primera persona que necesito de manera constante en mi vida.

Siempre he querido a Logan, pero es distinto, al ser mi hermano le desee su felicidad, aunque estuviese lejos de mí; no obstante, con Dylan es diferente, le quiero cerca, le quiero conmigo, yo también quiero ser egoísta.

—¿Me dejarás reclamarte esta vez?

Siento como mis ojos se llenan de lágrimas y solo puedo asentir, por unos instantes no me interesa ser el débil o la persona que necesita mantener una apariencia, quiero a Dylan ahora.
Solo asiento y le abrazo con fuerza y, para mi sorpresa, el cambiaformas no me muerde en este momento, sino que se coloca en pie conmigo en brazos y comienza a salir de la asquerosa celda en la que nos hallamos. Noto que comienza a subir las escaleras para marcharnos del sótano, pero no hablo, simplemente no soy capaz de eso, tengo miedo; por primera vez en toda mi vida tengo verdadero miedo de que algo no sea cierto o de dar un mal paso.

En la planta de arriba me acurruco más al cuerpo de Dylan al sentir la repentina claridad del sol, estar tanto tiempo en la oscuridad provoca que ahora me sienta más sensible a la luz. El aroma de varios sobrenaturales inunda mis fosas nasales y alzo solo un poco la mirada para ver los preocupados ojos de Dereck, Michael, Ryan, Tobías, Marcos y Logan observar en nuestra dirección, pero Dylan solo ignora todo esto y se dirige a la salida, sin embargo, antes de poder marcharnos por completo la voz del lobo alfa nos interrumpe.

Pasiones Salvajes [#4 Pasiones-BL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora