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Desde el momento en el que Queen había hecho un trato con los quileutes, se había puesto una sola regla a sí misma.
No coquetear ni acostarse con ninguno de ellos, y solía ser fácil, ya que el aroma nauseabundo le daban ganas de salir corriendo, sobre todo cuando todos los lobos estaban juntos en una sola habitación.
Sin embargo, rompió la única regla que se había propuesto a cumplir.
Y es que la ternura y la timidez de Embry Call hacía que se le olvidara lo apestoso que olía.
Solo estaban haciendo guardia fuera de su casa, ella estaba entrenando tal como Colette se lo había dicho, pero de una forma u otra, ambos terminaron en la habitación de la francesa.
Procuró sacar a Samantha, ahora que sabía que ella y Ángela hablaban, no estaba dispuesta a que su fiel amiga perruna soltara algo indebido, de Endrina no se preocupaba, ella se había ocultado en su caparazón.
De todas formas, Queen estaba haciendo lo que se había prohibido desde el primer momento, pero eso no era lo peor.
¿Qué era lo peor?
El pobre chico estaba apunto de perder su virginidad.
Pero vamos, no era culpa suya, el chico estaba en su forma humana y saltó sobre ella asustado cuando vio una mano esquelética salir de la tierra, ambos habían caído al piso, y se besaron, Queen solo siguió su instinto, y ese era que olvidara su regla y le quitara la virginidad al chico tímido semidesnudo debajo de ella.
Desde el primer momento, notó la torpeza del chico al besarla, así que llegó a la conclusión de que ella era su primer beso, o recién estaba comenzando a besar chicas.
Las torpes manos del chico acariciaban su cuerpo, mientras ella dejó sus labios y comenzó a besar con desespero su cuello, agradeciendo que su aroma desechara la necesidad de beber de él.
Miles de veces había llevado chicos a su habitación de su antigua casa en Atlanta cuando todos dormían, la diferencia es que ahora podía escuchar como su hermana y su madre dormían en sus respectivas habitaciones.
Embry comenzó a gemir cuando la francesa tomó la acción de moverse sobre su miembro erecto, acarició la espalda y las piernas de Queen, sintiendo como ella seguía con sus movimientos y ahora jugaba con el elástico de su boxers.
Mordió levemente la mandíbula cuadrada del lobo, admirando como tenía sus ojos cerrados y escuchando fascinada como de sus gruesos labios salían gemidos gracias a sus movimientos.
Hasta que se detuvo.
―¿Qué-qué sucede? ―jadeó Embry abriendo sus ojos marrones, Queen lo miraba con una sonrisa divertida, con la cabeza ladeada, era una buena imagen para el chico, la mayor solo se encontraba en ropa interior negra.
