Los días seguían pasando, y la salud de ambas embarazadas preocupaba a todos. Pero finalmente llegó el día en que Emmett Cullen decidió confrontar a su compañera.
Ambos estaban frente a frente, Queen miraba el piso, tratando de ignorar los ojos negros de su compañero, quién intentaba buscar su mirada por todos los medios posibles.
Emmett finalmente suspiró, alargando su mano y tomando entre ellas las de Queen.
―Ya sabes porque estamos aquí. ―dijo Emmett con voz suave.
―¿Rosalie habló contigo?
Emmett negó.
―Creo que no es necesario saber de lo que sea tú y Rose hablaron. He podido notarlo solo por mí mismo.
―No quería que esto pasara. ―se lamentó Queen. ―Ni siquiera supe en que momento pasó, no me habría dado cuenta si ella no hubiera hablado conmigo.
A Queen le dolía que el brillo en los ojos de Emmett ya no se encontrara encendido como antes.
―Puedo entenderlo, Queen. ―le hizo saber el Cullen. ―Entiendo que él siempre estuvo presente, te ayudó en todo... no es culpa tuya, y tampoco es de él... yo soy el culpable, decidí dejar todo e irme como un cobarde.
Queen no sabía que decir, su pierna se movía de arriba a abajo, nerviosa por la situación en la que se encontraba.
―¿Has hablado con él?
Queen negó, asustada.
―¡No! Ni siquiera sé cómo hablarle.
―Solo sé tú. ―la incitó Emmett con una pequeña sonrisa.
―¿Por qué no estás furioso? ―preguntó confundida. ―Tu novia tiene sentimientos por alguien más, alguien quién no te agrada en lo absoluto.
―No me gusta toda esta situación, pero te entiendo, Queen. ―suspiró Emmett. ―Solo quiero tu felicidad, Queen. Y si eres feliz estando a su lado, lo respetaré, eres mi compañera, no soy tu sueño, eres libre de hacer lo que tú quieras.
―¿Lo estás diciendo metafóricamente o es-estás rompiendo con-conmigo?
―Creo que es mejor por el momento. ―sonrió débilmente el gigantón, los ojos de Queen se llenaron de lágrimas. ―No quiero que te sientas obligada a estar conmigo. Eres mi vida y si tengo que dejarte ir para que seas feliz, lo haré.
Queen se lanzó a los brazos de Emmett. El Cullen la rodeó por la cintura, cerrando sus ojos para espantar las lágrimas que se quedarían estancadas.
―No quiero que esto termine así. ―sollozó Queen.
―Pronto todo mejorará. ―la tranquilizó Emmett, acariciando su cabello con ternura y lentitud. ―Debes hablar con él. Soluciona todo. No me molestará si lo elijes, o si no elijes a ninguno, tu felicidad es más importante que nada.
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𝚁𝚘𝚞𝚜𝚜𝚎𝚊𝚞¹ | 𝙴𝚖𝚖𝚎𝚝𝚝 𝙲𝚞𝚕𝚕𝚎𝚗
Fanfiction𝚃𝚘𝚍𝚘𝚜 𝚕𝚊 𝚍𝚊𝚋𝚊𝚗 𝚙𝚘𝚛 𝚙𝚎𝚛𝚍𝚒𝚍𝚊, 𝚞𝚗𝚊 𝚏𝚛𝚊𝚌𝚊𝚜𝚊𝚍𝚊 𝚢 𝚘𝚟𝚎𝚓𝚊 𝚗𝚎𝚐𝚛𝚊 𝚍𝚎 𝚜𝚞 𝚏𝚊𝚖𝚒𝚕𝚒𝚊. 𝙴𝚗𝚝𝚘𝚗𝚌𝚎𝚜 é𝚕 𝚕𝚕𝚎𝚐ó, 𝚕𝚊 𝚜𝚊𝚌ó 𝚍𝚎 𝚊𝚚𝚞𝚎𝚕 𝚙𝚘𝚣𝚘 𝚎𝚗 𝚎𝚕 𝚚𝚞𝚎 𝚎𝚜𝚝𝚊𝚋𝚊 𝚊𝚝𝚛𝚊𝚙𝚊𝚍𝚊 𝚢 �...