CARMEN Y SUE
AGOSTO, 2026, HELSINSKI, FINLANDIA.
La casa se encontraba hecha un caos.
Los gritos y las órdenes estaban por todos lados, decoraciones en el suelo y tropezones por ellas.
―¡Ahí no! ―chilló Jessica por cuarta vez, evidentemente enfadada al ver que sus órdenes al parecer no eran claras para ninguno de ellos. ―¡Eso va allá!
―Pero no te enojes. ―se burló Ragnar, corrió antes de ser golpeado por la vampiro.
―¡Esto tiene que estar perfecto! ―chilló ahora Queen, casi tan enfadada como Jessica. ―¡Tiene que estar perfecto!
Wyatt fue a tranquilizarla mientras Emmett hacía todo para que su compañera no enfurezca más de lo que ya estaba.
―Vaya. ―Sue escuchó a Carmen a su lado. ―Están algo...
―¿Exasperadas? ―terminó por ella Sue. ―No me sorprende, nadie las escucha. Además esto es especial para Queen.
Después de años lejos, con solo un celular de comunicación, Bree y Benjamín finalmente volvían luego de recorrer cada rincón del mundo.
Queen había estado tan feliz y casi al momento, Jessica había comprado todas las decoraciones, sin embargo, ninguna esperó que los chicos fueran tan idiotas al momento de recibir órdenes.
Sue y Nastya eran las encargadas de hacer la comida, se habían asegurado de hacer bastante para que ambos vampiros pudieran comer lo más que podían gracias a Eryn.
Sue había tenido un solo amor antes de que Carmen llegada a su vida.
Harry había sido su novio desde que eran unos adolescentes. Tuvo una vida feliz a un lado de él, lo acompañó incluso cuando se enteró que las leyendas quileutes eran ciertas.
Él fue su primer todo, su primer amor, su primer novio, su primera cita, su primera vez. La llegada de su hija Leah había sido una gran sorpresa, ambos no esperaban ser padres, pero cuando la vieron por primera vez, la felicidad había aumentado el triple.
Ella consoló a su hija mientras Harry se la pasaba en el consejo, satisfecho por Sam y sus capacidades. Sabía que Leah le tenía un rencor a su padre, después de todo siempre puso al consejo y a su exnovio por encima de ella.
Su muerte la destrozó, y no sólo eso, sus hijos tenían el gen del lobo, podrían morir en cualquier momento. Su hija era impulsiva y su hijo era un pastel dulce incapaz de dañar a alguien.
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𝚁𝚘𝚞𝚜𝚜𝚎𝚊𝚞¹ | 𝙴𝚖𝚖𝚎𝚝𝚝 𝙲𝚞𝚕𝚕𝚎𝚗
Fanfiction𝚃𝚘𝚍𝚘𝚜 𝚕𝚊 𝚍𝚊𝚋𝚊𝚗 𝚙𝚘𝚛 𝚙𝚎𝚛𝚍𝚒𝚍𝚊, 𝚞𝚗𝚊 𝚏𝚛𝚊𝚌𝚊𝚜𝚊𝚍𝚊 𝚢 𝚘𝚟𝚎𝚓𝚊 𝚗𝚎𝚐𝚛𝚊 𝚍𝚎 𝚜𝚞 𝚏𝚊𝚖𝚒𝚕𝚒𝚊. 𝙴𝚗𝚝𝚘𝚗𝚌𝚎𝚜 é𝚕 𝚕𝚕𝚎𝚐ó, 𝚕𝚊 𝚜𝚊𝚌ó 𝚍𝚎 𝚊𝚚𝚞𝚎𝚕 𝚙𝚘𝚣𝚘 𝚎𝚗 𝚎𝚕 𝚚𝚞𝚎 𝚎𝚜𝚝𝚊𝚋𝚊 𝚊𝚝𝚛𝚊𝚙𝚊𝚍𝚊 𝚢 �...