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Queen pensó que era como una película de terror.
Estar sola en el bosque, ser ella la carnada y esperar a que la amenaza llegara a ella para eliminarla de una buena vez, no era de su agrado.
Hasta grillos se escuchaban.
No era como quería comenzar la noche, prefería molestar a Wyatt con chistes malos para perros, pero no le podia fallar a Colette.
No se podía fallar a ella misma.
―You always hurt the one you love, the one you shouldn't hurt at all. ―comenzó a cantar en voz baja, arrodillándose y tocando la tierra, pidiéndole ayuda silenciosamente para no fallar esa noche.
Sabía que Colette estaba cerca, podía sentir su olor al igual que su poder, sin embargo, siguió tocando la tierra, esperando que el plan de la mayor fuera más que perfecto para que Nastya ya no fuera una molestia como Victoria.
―You always take, the sweetest rose, and crush it till the petals fall.
―Usted tiene una voz hermosa, señorita.
Ni siquiera había sentido su presencia hasta que le dirigió la palabra. Se levantó tan rápido como pudo, su cuerpo se tensó nada más al verla, tenía una sonrisa en su rostro y la miraba con sus ojos marrones llenos de simpatía.
―Solía cantar en mis tiempos libres. ―sonrió la griega caminando en su lugar, sus ojos se encontraban perdidos, como si estuviera recordando algo preciado. ―No era tan buena como usted, pero Andrómeda adoraba cuando le cantaba.
¿Quién carajos era Andrómeda? Queen no se detuvo a preguntar, miraba cautelosa a la mujer frente a ella, y los murmullos de Colette diciéndole que siguiera el plan, no ayudaba en lo absoluto.
―Pues, no me considero una gran cantante. ―decidió responder. ―Mi hermana sí tiene una hermosa voz.
―Sería de mi agrado escuchar a su hermana, señorita.
―No, creo que rechazo la sugerencia.
Nastya rió divertida.
―Es una lástima, me encanta escuchar a las personas cantar, creo que es una forma de desahogarse, ¿No le parece?
―¿Acaso me estás siguiendo? ―cambió de tema la francesa.
―Creí que era obvio. ―contestó Nastya. ―Por supuesto que la estoy siguiendo, necesito saber que tan poderosa es la marioneta de Colette.
―¿Marioneta? ―cuestionó indignada.
―Bueno, necesita de una chiquilla para deshacerse de mí, antes no necesitó a nadie, ¿No te has preguntado porqué?
Decidió no responder a eso, aún se encontraba indignada por su comentario anterior.
―¿Sabes que es lo que yo me pregunto? ―miró a la griega con inocencia.
