Todos conocemos la historia del trío de Oro, tres niños lo sufientemente valientes eh inteligentes como para salvar el mundo mágico , pero nunca nadie hablo de la cuarta chica, la que era todo lo contrario a ellos, la pequeña Slytherin, hija de uno...
Después de navidad las vacaciones no fueron lo más interesante, Fred y George estaban apurando sus tareas, iban a la biblioteca desde la primera hora y cuando salían ya era después del almuerzo, mientras tanto Percy estudiaba en cualquier lugar.. los pasillos, el comedor, los jardines, a cualquier lugar al que fuera el chico siempre se encontraba con una pila de libros.. y yo pues ayudaba a mi madrina a organizar cosas en su oficina o en ocasiones ayudaba a mi padre a organizar su estantería y por lo que se Ron y Harry casi no salen de su sala común ya que solo los veo ocasionalmente y no hablo con ellos, pero no me importa.
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—no, no, no las pociones sanadoras van abajo — decía mi padre mientras ordenábamos su armario.
—abajo esta lleno de piel de no sé qué —dije mientras sostenía en mis manos una caja de frascos con líquidos misteriosos.
—bueno llévale unas cuantas a la enfermera.
—se las llevo mañana ya casi es hora de cenar — respondí.
—cierto, la cena.. vamos ya todos deben estar en el comedor — dijo mi padre bajando de la escalera portátil.
Año nuevo.. era la ultima noche del año, estas fechas siempre las paso con mi padre y acepto que son muy aburridas, cenamos temprano, tomamos te frente a la chimenea me lleva a la iglesia porque según es una tradición de la familia de mi madre, creo es el único día del año en el que convivimos con muggles aunque esta vez no podemos ir, ya que estamos en Hogwarts y solo estaremos en la cena que el director organiza para los profesores y alumnos que se quedan en vacaciones.
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Entrando al comedor nos encontramos con un escenario un poco mas elegante que el de navidad, hay copas cristalinas, los guisados están acomodados en hilera, las velas iluminan el lugar dándote una sensación de que la luz es dorada, los villancicos ya no están, en su lugar se siente una ligera melodía de piano y violín
Mi padre trae su capa y túnica abotonadas tal vez para darse un aire mas formal, mientras que yo traigo un vestido lila que me llega abajo de las rodillas, medias blancas y un suéter gris a juego con mi vestido.
—que linda luces hoy, querida — dice Mc Gonagall mientras se acerca a mi igual con su vestido impecable en tono verde y su sombrero alto que no despeina su alto peinado.
