Me consumo.
Me consumo lentamente,
cual cerilla en la inmensa oscuridad,
que es el mundo.
Eras tú la llama que me consumía,
tal vez eras tú la mañana de mis días
los sueños de mis noches,
la bala de mi pistola, que sin quererlo,
ni poder evitarlo,
me mató.
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Cartas a Karoline
RomanceTan fría que quemaba. Tan rota, que cortaba. Sí, Karol, hablo de ti.