Soledad.
Es lo que siento al saber
que te has ido.
Al saber que no volverás.
Y que con tus ansias de vivir,
dejaste paso a aquellas que te hicieron morir.
Pero tú. Tan cálida, tan amable.
Me acogiste en tus brazos.
En tu corazón.
Aunque de nada sirve eso ya. Si no estás.
Mi dulce Karol.
Te escribiré una carta cada día. Cartas que no leerás, cartas expresando todo lo que
siento,
sentí,
y
finalmente,
sentiré nunca por ti.
ESTÁS LEYENDO
Cartas a Karoline
RomanceTan fría que quemaba. Tan rota, que cortaba. Sí, Karol, hablo de ti.