26.

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Me gusta plasmar mis reflexiones en un papel.

O mis penas,

o como mierda quieras llamarlas.

También los recuerdos.

Me gusta recordar tus labios sobre los míos,

tus manos en mi pelo,

la ropa por el suelo,

y las sábanas revueltas.

Me gustaba nadar en tu piel, recorrer cada lunar,

me gustaba lo prohibido,

acelerar cuando el semáforo cambiaba al color de lo prohibido.

Rojo.

Color prohibido, por ser el color que remarcaba tus labios.

Me gustaba que te mordieras el labio cada vez que tu nerviosismo se hacía presente.

Me gustaba imaginar los pentagramas en tu espalda, y las notas de tus lunares.

Con cada caricia, una melodía.

Con cada suspiro, un silencio.

Quiero volver a componer, Karol.

Cartas a KarolineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora