Y el primer amor,
es como la peor de las enfermedades.
Intenta superarla,
pero deja
una huella
imborrable.
Constelaciones geométricas,
en los lunares de tu espalda,
en las galáxias de tus iris,
azules.
Cada cual por su rumbo,
pero que hago yo aquí,
con una aguja rota y
una bala
en
lo más hondo
de mi corazón.
Que tú misma disparaste.
Curáme,
o mátame.
Que qué mejor manera de
sanar la herida,
que cosiendo los pedazos.
O desgarrandome por completo,
una y
otra
vez.
ESTÁS LEYENDO
Cartas a Karoline
RomanceTan fría que quemaba. Tan rota, que cortaba. Sí, Karol, hablo de ti.