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He de admitir, que estuve esperando una llamada tuya.

Que claramente nunca llegó.

Al igual que aquel día del cine, que tampoco.

Estaba ofuscado.

Y terriblemente irritado. ¡A mi nadie me dejaba de lado! (Mi orgullo y mi ego por aquel entonces estaba por las nubes, Karol, comprendelo.)

Así que fui a la biblioteca, a buscar un libro que mamá me pidió que le cogiera.

7.32pm.

Entré por las puertas, si no recuerdo mal, pegando un portazo, y creando un estruendo que envolvió todo el salón.

-¡Shh!-sonreí de lado, me divertía. (menudo idiota estaba echo.) Y te vi.

Sentada, con un libro en las manos.

Bajo la misma estrella.

Eres tan preciosa, que aquel entonces cada vez que te veía mi mandíbula rozaba el suelo.

Creo que me quedé demasiado tiempo mirándote, y elevaste la cabeza del libro.

¡Madre de dios! Tus ojos, eran... Sin palabras.

Recuerdo tu cara de confusión y tu ceño fruncido al verme. Sonreí, y escogí el primer libro que ví.

Algo así como para disimular.

Pero desgraciadamente, ese mismo día me tocó hacer el ridículo. No sé por qué, son días.

Te levantaste, y recuerdo que te empezaste a acercar a mí, muy decidia.

Abrí el libro y "leí" para disimular un poco. Te apoyaste sobre la mesa, y alcé la vista.

-Hola, Karol.

-Hola. ¿Te gusta leer al revés?-y sí, tenía el libro al revés. Lo giré y noté como me sonrojaba levemente.

-Así mejor... Un momento.-leíste el título del libro y te reíste bajo.

-No sabía que eras aficionado a 50 Sombras de Grey.-en ese momento deseaba que la tierra me tragara hasta el mismísimo núcleo.

-Eh, bueno... sí, digo no... Mi madre...-silencio. Me miraste divertida, mientras negabas con la cabeza.

-Mañana podemos ir al cine.-asentí, sonriendo y si no recuerdo mal, me sonreiste de vuelta, y te fuiste.

Y si te preguntas, Karol, como me acuerdo tan detalladamente, mejor deberías preguntarte como podría olvidarlo.

Cada detalle.

Es imposible.

Cartas a KarolineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora