Prólogo

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 Michigan

2010


Un nuevo día estaba comenzando en Royal Woods; para nuestro pequeño albino de 4 años, el sábado 15 de octubre sería muy especial. Él era el único niño de una gran familia de diez miembros: sus padres, Lynn y Rita Loud, ambos de 33 y 32 años respectivamente, y sus ocho hermanas: Lori de 11 años, Leni de 10, Luna de 9, Luan de 8, Lynn de 7, Lucy de 2 y las gemelas Lola y Lana de solo 5 meses.


Seguramente se estarán preguntando por qué hoy es un día tan especial. La respuesta, queridos lectores, es que el pequeño Lincoln Loud cumple 5 años. ¿Y qué niño no se emociona en su propio cumpleaños, verdad? Pero estamos hablando de The Loud House, donde sin quererlo ni beberlo, se han ganado la reputación de ser el hogar más ruidoso y enérgico del vecindario, incluso del estado si se lo proponen. Al ser el único hermano varón de esta gran familia, Lincoln tenía una fiesta sorpresa preparada por sus hermanas desde hace un mes. Durante todo ese tiempo, han estado decidiendo qué regalos le darían al pequeño. Pero no quiero cansarlos más con esta introducción; así que centrémonos en nuestro protagonista.


Bien, enfoquémonos en un armario que fue remodelado para convertirse en el espacio personal del único hermano varón de la familia. Ahí dentro, podemos ver al cumpleañero durmiendo plácidamente con su pequeño amigo Bum-bum, cuyo hilo de baba lo ha mojado un poco. Mientras tanto, Lori, Leni y Luna se encuentran en la puerta del armario, observando con ternura lo adorable que se ve el pequeño.


—Aww... se ve tan adorable, parece un pequeño conejito. —Susurró la segunda hermana mayor.


Luna se preguntaba qué estaría soñando su hermanito mientras lo observaba dormir con su peluche en un agarre cada vez más fuerte.


En el sueño del pequeño Lincoln, se encontraba tumbado en medio de un campo, admirando las estrellas en plena noche. Después de haber jugado en ese prado, admitamos que cuando somos tan pequeños, cualquier cosa puede pasar con tal de no aburrirnos.


Aunque a su corta edad es normal que tenga un comportamiento algo imperativo, cuando se trata de sus sueños, Lincoln se siente tranquilo y en paz. La verdad es que esto no le desagrada en absoluto.


—Wow... ¿es eso un oso? ¿Y ese otro parece un... cuadrado? —Se preguntaba a sí mismo, tratando de descifrar cualquier figura entre las estrellas.


Hasta que unos susurros llegaron a los oídos del pequeño Lincoln; no eran unos susurros que le asustaran como aquella vez que vio una película de terror con su hermana Lori. Era más bien como escuchar a un grupo de amigos hablando en voz baja, pero amortiguados de alguna manera. Al mirar a su alrededor, se dio cuenta de que había dejado atrás el campo de estrellas y se encontraba en el inicio de un bosque. Pudo ver la luz que proyectaba una fogata, como si se tratara de un campamento, iluminando los árboles.


Lincoln se acercó a la fuente de luz, como si fuera una polilla atraída por ella. A medida que se acercaba, los susurros se hacían más claros y podía distinguir dos voces distintas.


Esto sí que no me lo esperaba. —Dijo la voz con un tono divertido y lleno de nostalgia. —Encontrarme contigo de nuevo, hermanito, como en los viejos tiempos en casa.

Un inicio diferenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora