Maldito paraíso

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En lo que parece un intento desesperado por estar aún más pegados mientras nos besamos, Alex me coge con una mano por la nuca. Siento todo su deseo y ansias en ese beso. Su boca está hambrienta y sus besos son húmedos. Estamos besándonos por minutos y comienzo a moverme circularmente sobre el.

- ¿Estamos solos? - pregunto para asegurarme.

- Si. Tranquila, nadie verá nada.

Me alejo apenas y saco la remera Nike que el me había prestado por encima de mis hombros quedándome completamente desnuda en el torso ya que no llevaba corpiño. Se le dilatan las pupilas e intenta acercarme nuevamente para que lo bese, pero tengo otros planes. Se acerca a mi de nuevo y con sus manos calientes cubre mis pechos y los masajea sin miramientos. Gimo. Pero lo cojo de las muñecas, le aparto las manos y meneo la cabeza. Él ladea la suya confuso.

Desciendo por su cuerpo lentamente hasta que quedó de rodillas frente a él, que estaba sentado en el sillón. La bajo el pantalón y los bóxers hasta ver su enorme sexo completamente erecto. De inmediato mis dedos se cierran sobre su pene. Traga saliva y cuando lo miro compruebo que tiene los ojos cerrados. Empiezo a acariciarlo a lo largo muy despacio y, con mucho valor, me lo meto en la boca. Comienzo a mover mi cabeza de arriba a abajo y trazo líneas con mi lengua. Miró nuevamente hacia arriba y nuestras miradas chocan. Sigo moviéndome, le guiño el ojo y continúo sosteniéndole la mirada.

- Joder Hailey- masculla mientras acaricia mi cabeza incitándome a seguir. - No sabes como te ves desde aquí arriba. Joder. - habla agitado.

Un par de minutos después, suelta mi pelo y me coge la cara para que deje de moverme pero yo continúo. Quería seguir. Quería escucharlo decir mi nombre. Quería ser yo la que hacía gemir.

- Estoy por correrme. Si no quieres que lo haga en tu boca, apártate.

Sonrió con su miembro todavía en mi boca y continúo hasta llevarlo al abismo. El líquido caliente entra en mi boca y lo trago rápidamente.

- Joder, Hailey... - inspira y exhala agitado.

Limpio mi boca con mi dedo y me vuelvo a sentar en el. El se limita a mirarme y me sonríe.

- Ahora a devolverle el favor señorita Martínez. - habla divertido y rápidamente me carga en su hombro.

- ¿Adonde vamos? - le preguntó mientras veo su trasero y mis tetas rebotar contra su espalda.

- A mi habitación. - habla mientras sube la escalera y azota suavemente me culo. Yo suelto una carcajada..

- ¿Sabes que estás andando con tu polla al aire y yo con mis tetas no? - le digo. Lo oigo reírse.

- No me importa mucho. Estamos solos.

Camina por un minuto y entra a una pieza que está oscura. Me tumba a la cama y me siento al borde. Veo un poco a Alex a pesar de la oscuridad.

- Levanta tus caderas. - manda y yo obedezco. Saca los pantalones que me presto y su mirada se enciende cuando nota que no llevaba bragas.

Comienza a acariciar mis muslos y yo estoy desesperada. Lentamente pasa su mano por mi sexo y sonríe.

- Estás mojada. Me gusta- susurra y yo creo que soy capaz de correrme con esas simples palabras.

Acerca su cara a mi apertura y cuando la hunde, gimo. Comienza a succionar, lamer y besar toda mi zona intima concentrándose en el clitoris. Sus manos a veces suben y masajean mis pechos mientras en se concentra allí abajo.

Tomó su cabello y tiró de el mientras suelto un gemido. Siento que estoy cada vez más cerca.

- Dios, Alex. - mascullo y segundos después, me desarmo en su boca.

Me paro frente a él y le quito la remera. La única prenda que le quedaba. Una vez fuera, paso mi mano por su torso marcado y duro. Joder, estaba buenísimo.

El toma mi boca posesivamente de nuevo y se da la vuelta para sacar de una mesa de luz un preservativo.

- Dámelo- le digo y el me lo tiende divertido. Me agacho frente a él y se lo coloco. Me gustaba sentir su mirada sobre mi.

Me paro nuevamente y en un abrir y cerrar de ojos, me pone contra una pared que estaba a mi lado.

- ¿Así estas bien? - me pregunta.

- Esta perfecto - digo completamente excitada.

Mis pechos tocaban la fría pared que parecía ser blanca. De un momento a otro, Alex entra en mi y yo suelto el aire que estaba conteniendo.

En un abrir y cerrar de ojos, me tiene justo ahí. Alex me susurra guarradas al oído que me enloquecen. Lentamente, saca una mano de mi cadera para pasarla al frente y tocar mi clitoris. La otra sigue en mi cadera tomándome posesivamente.

Estamos así por un par de minutos. Siento mis músculos tensarse y su polla engordarse. Estamos cerca.

- Mierda - susurra sobre mi oído y se que llego.

Segundos después, gracias a que continúo envistiéndome y masturbándome, llego yo como nunca lo había hecho a un maldito paraíso.

Me apoyo cansada contra la pared y el se apoya en mi.

- No estuvo nada mal eh - bromea y yo río exhausta. - Ven, vamos a la cama. - habla y toma mi mano para llevarme allí.

Alex se acuesta del lado de la puerta y yo del otro. Tapo mi cuerpo con la sábana y siento el cuerpo desnudo de Alex pegarse a mi espalda para pasar un brazo por encima y abrazarme. Bostezo y siento a Alex hacer lo mismo y sonreír sobre mi cuello.

- Buenas noches- le digo cansada. De verdad que no podía seguir, estaba exhausta.

- Nos vemos en la mañana. - habla y me quedo dormida de inmediato.

Un antes insignificante Donde viven las historias. Descúbrelo ahora