☃️❄️ESPECIAL NAVIDEÑO❄️☃️

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Los primeros dragones en convivir con los humanos aprendieron sobre sus costumbres y celebraciones especiales, siendo una de ellas la navidad. Les resultó difícil comprender en un principio, pero con el pasar de los años aplicaron sus conocimientos, y siguieron las instrucciones al pie de la letra para celebrar la hermosa época rodeados entre los humanos.

Las costumbres que aprendieron fueron transmitidas al resto de dragones cuando se formaron las comunidades. No se hizo exactamente igual, pero se quedaron con la tradición de decorar un árbol, reunirse todos como familia, y convivir de manera tranquila. Algunos de ellos, solo si lo deseaban, intercambiaban regalos, otros simplemente le daban algo a sus seres allegados sin esperar nada a cambio. Los dragones tuvieron como tradición propia contribuir con la época, utilizando sus dones para un pequeño espectáculo. Este variaba cada año, dando un acto entretenido a los demás.

Cientos de años atrás, un adolescente Kyojuro estaba concentrado en su respectiva tarea autoimpuesta. Dado que había convivido por años con el pequeño Tanjiro, le tomó mucho cariño, el suficiente para darse cuenta de que se había enamorado de él. Por decisión propia, se negó a transmitirle sus sentimientos de manera abierta, al menos hasta que Tanjiro fuese mayor, pero sí se permitió transmitir cariño.

En las profunidades del bosque, había ciertas cuevas en las que podían encontrarse piedras preciosas; eran de colores variados. Algunos dragones solían coleccionarlas, otros las regalaban como manera de cortejo, pero Kyojuro les estaba dando un uso totalmente diferente. En su reciente expedición por el bosque al lado de sus amigos, encontró una gran variedad de piedras verdes y anaranjadas, le parecieron hermosas, pero llamaron su atención porque le recordaban a él y a Tanjiro. El pequeño peliburdeos solía usar un haori verde y negro a cuadros, era casi imposible hacer que se lo quitara. Tuvo la maravillosa idea de recolectar una cantidad suficiente para regalarle algo a Tanjiro.

Ese día, regresó a casa con una gran sonrisa en su rostro. Se mantuvo en su habitación todo el día, uniendo las piedras para convertirlas en un lindo brazalete. Nunca se dio cuenta, pero sus padres le habían visto por la rendija de la puerta. Ellos se mostraron felices por lo que su hijo mayor estaba haciendo, reconocieron que estaba enamorado. No le recriminarían, simplemente lo apoyarían en silencio hasta que él decidiera hablarles abiertamente sobre sus sentimientos.

Ruka Rengoku tenía una mirada llena de orgullo al ver a su hijo mayor tan dedicado en preparar su propio obsequio. Sabía que Kyojuro tenía un gran corazón, fue noble y justo desde que era un pequeño, y el haber obtenido el don lanzallamas igual que Shinjuro le hizo sentir muy orgullosa, su hijo estaba destinado para grandes cosas, lo sabía, por eso procuraba decírselo cada vez que tuviera la oportunidad. Y con esa fortaleza que poseía, sería capaz, no sólo de protegerse a sí mismo, sino que también se encargaría de proteger a su ser amado, en ese caso Tanjiro.

Estaba feliz por su hijo, Tanjiro era un pequeño extraordinario, pese a no tener un don aún. Ambos se llevaban de maravilla, y parecía que nunca querían separarse. Ella y Kie sabían que sus hijos sentían algo por el otro, eran mejores amigas después de todo, y además, fue Kie quien ayudó a Ruka en ambos partos, dado que era un dragón de tierra, y eran los únicos con autorización para asistir partos.

—¡Terminé!—gritó Kyojuro con emoción, sacando a Ruka de sus pensamientos. Le vio por la puerta y se veía tan feliz, su sonrisa era tan pura que podía opacar al sol mismo.

—Vamos, querida.—dijo Shinjuro, antes de que Kyojuro descubriera que lo estaban observando.

—¿Qué hacen?—preguntó Senjuro en voz baja, sorprendiendo a sus padres.

—¡Nada! Sólo estábamos...miren nada más qué hora es, hay que prepararnos para ir a la plaza.—respondió Shinjuro con nerviosismo. La inocente voz de su hijo menor le asustó.

Up in Flames -KyoTan-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora