El Misterio Detrás De Él(COMPLETA✔️)

Capítulo 9

Capítulo 9
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Un mes después

Estoy de los nervios.

Después de un mes con muchísimos exámenes y sin tiempo libre, podré relajarme y salir cuando quiera.
Por eso, hoy, 29 de noviembre voy a conocer a mis abuelos.
Me ha costado un poquitín convencer a mi madre, pero aquí estamos, enfrente de la puerta de su anterior casa.

—¿Lista, mamá?

A mi izquierda, mi madre parece nerviosa. No hemos avisado a los abuelos que íbamos a ir a su casa, a lo mejor no están o a lo mejor... ¿Ni reconocen a su hija?

—Sí, lo estoy.

Toca el timbre, por suerte, se escucha voces pero nadie abre la puerta. He de decir que esta ciudad parece un poco peligrosa y está descuidada. Escuchamos pasos cada vez más cerca hasta que abren la puerta. Lo primero que capta mi atención es un pequeño gato que se asoma. Inmediatamente me agacho y lo acaricio antes de levantarme.

—¿Amaya? ¿Eres tú?—pregunta una mujer, que supongo que será mi abuela.

—Hola, Emma.

Emma, pone una mueca al oír su nombre pero lo olvida y abraza a mi madre mientras le acaricia el pelo.

—Cariño, eres tú...mi niña, cuánto tiempo.

—¿Emma, quién es?—se escucha una voz masculina desde lejos.

La mujer se aleja y llama al hombre por su nombre. Éste viene corriendo y al llegar, abraza a mi madre.

—Amaya, hija, lo sentimos. Te echamos mucho de menos.

—Y y-yo.... también, Sebastián—cuando se separan, los tres tienen los ojos llorosos, mi madre me mira y me acerca—Ella es Raquel..., vuestra nieta.

Los dos me miran de abajo a arriba, no me incomoda, sé que están impactados. Como son incapaces de decir una palabra, los saludo yo.

—Hola—sonrío ampliamente, ellos hacen lo mismo.

—Qué bonita eres Raquel.

—Te pareces mucho a tu madre, pequeña.

A la única que me puedo parecer...

Me abrazan fuertemente, correspondo al abrazo y cierro los ojos mientras escucho como me dicen en el oído que estaban esperando conocerme con ansias, me besan en la mejilla y abro los ojos antes de separarnos.

—Vamos, pasad—dice Emma.

Entramos en la casa, por dentro es totalmente diferente a lo que es por fuera. Por dentro, todo es espacioso y bien cuidado. Me quedo alucinada con la chimenea negra toda decorada de luces de Navidad y calcetines rojos de Papá Noel.

Me fijo en las fotos colgadas en la pared donde salen ellos y mi madre cuando era pequeña. Nos sentamos en unos sillones rojos, yo con mi madre y mis abuelos juntos.
Me sorprende ver toda la casa decorada de Navidad ya que todavía es muy temprano para hacerlo pero... ¡Me encanta!

—¿Quieres algo de beber o comer, Raquel?

—Un vaso de agua, por favor.

Mientras mi madre habla con la suya, yo me entretengo con uno de los muchos gatos que hay aquí hasta que llega Sebastián con mi bebida.

—Aquí tienes tu agua—le sonrío dándole las gracias.

Ellos hablan tranquilamente tomándose un café. Ahora que me fijo, mi madre tiene un gran parecido a ellos. Sus ojos marrones sacados de mi abuelo mientras que mi abuela los tiene verde. Los labios gruesos de mi abuela, la nariz perfecta de mi abuelo. La forma de sonreír de los dos. La alegría que transmiten ambos.