PRÓLOGO

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6 meses después...

Me dirijo al bosque que veo a lo lejos, una vez allí, me quedo embobada con él, aún no supero lo extraño que es, es oscuro y profundo. La entrada está rodeada por arbustos secos y viejos. Hay un camino de piedras que llega hasta muy lejos.

Las hojas de los árboles se mueven bruscamente gracias al frío viento que hace. Está atardeciendo, el sol se esconde poco a poco provocando que el cielo se ponga de un color anaranjado tirando a rosado.

Camino despacio hacia la casa de mi amiga, es la primera vez que decido ir por este camino,la primera vez que cojo por este bosque silencioso y oscuro.

Miro atrás para ver si hay alguien a mi alrededor, no, definitivamente estoy sola.

Un cuervo suena provocando que pegue un brinco por el inesperado sonido.

Ahora escucho una rama crujir no muy lejos de mí, vuelvo a mirar atrás y no hay nada, esta vez cambio mi ritmo al andar, voy un poco más rápida. Otro crujido de ramas suena más cerca, ya no me volteo, siento cómo el miedo se va apoderando de mi cuerpo.

De pronto no escucho ramas ni hojas, escucho pasos, pasos que se van haciendo cada vez más sonoros, entrando en pánico decido correr sin mirar atrás, el viento azota mi cabello castaño.

—Raquel...—Una voz que me resulta familiar, grave y oscura aparece de la nada.

¿Cómo sabe mi nombre?

—No puedes huir de mí...— suelta una risa malvada que me dan escalofríos, parece que no está muy cerca mía.

Mientras corro lo mejor que puedo diviso una casa a lo lejos, es cuadrada, de tamaño muy pequeño, las paredes son blancas, tiene una puerta de madera desgastada de color marrón, a cada lado de ésta hay unas ventanas con cristales oscuros, el tejado está cubierto por tejas rojas y algunas se encontran rotas.

Cuando estoy más cerca de la casa me atrevo a mirar atrás, al no ver nada entro por la puerta que se encontraba abierta de milagro. Me permito observar un poco el sitio.

A pesar de que está en malas condiciones es acogedora, hay una estantería con algunos libros llenos de polvo. Al lado hay una mesita con mucha arena, junto a ella se encuentra una maceta con una planta que para mí sorpresa está bien cuidada.

También hay una mini cocina, sólo con algunos pocos electrodomésticos que me imagino que no funcionarán o sí...

Me quedo observando fijamente la ventana enorme que está frente a mí.
Está rota, hay trozos de cristales en el suelo, me agacho para mirarlos, hay sangre que, por el color, me parece que lleva mucho tiempo ahí.

Me levanto e intento mirar a través de la ventana oscura de la fachada, no se ve nada, como no escucho nada de ruido camino a la ventana rota para intentar saltarla con cuidado de no cortarme, echo los trozos de cristales aún lado y me subo arriba, cuando tengo mis dos pies apoyados en el riel oigo algo que hace que me congele.

—Te encontré—otra risa repugnante sale de su boca.

Me quedo quieta donde estoy, si salto lo más probable es que me caiga en el intento.

—Ni lo pienses— dice esa voz masculina entre dientes.

Da un paso más a mí, me giro poco a poco muy asustada, ha medida que me voy moviendo veo de reojo que es bastante alto y musculoso, va encapuchado con un pasamontañas negro pero puedo ver sus ojos azules y sus labios gruesos.

Me suenan tanto...

Antes de poder darme la vuelta por completo se inclina por debajo con rapidez y en un movimiento brusco agarra mis tobillos con fuerza y me jala a él haciendo que me provoque un inmenso dolor en mi cuerpo por la caída. Luego, me arrastra por el suelo hasta la salida, clavo mis uñas en la madera arañándola, muevo mis piernas para poder pegarle una patada o algo, agarro la estantería consiguiendo quedarme unos segundos ahí pero mis dedos se resvalan y me suelto.

—¡SOCORRO!—grito pidiendo ayuda, aunque sé que es inútil, a estas horas nadie pasará por aquí.

—Shhh—me manda a callar—calladita estás más guapa.

No le hago caso y grito de nuevo con más ganas.

—¡AYUDAAAA! ¡SOCORROOO!

Se para, me suelta, me rodea y se pone enfrente mía, ha logrado sacarme de aquella casa así que ahora estoy en el bosque. Lo observo, parece joven un poco más mayor que yo, va vestido con una sudadera ancha, pantalones holgados y botas, todo de color negro.
De pronto coge un tronco que está a su lado y lo levanta, luego no se lo que pasa, cierro mis ojos y veo todo oscuro.


Nota:

Puede que haya cambios en el prólogo próximamente. Aún no sé si se va a quedar así o no.

Ainhoa_Núñez

El Misterio Detrás De Él(COMPLETA✔️)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora