Capítulo 3

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Capítulo 3
Miller

Después de aquel encuentro con ese chico, salí del baño y volví a recorrer los pasillos silenciosos y vacíos.
Ahora me encuentro en la puerta del laboratorio peinando mi cabello con los dedos, es una especie de manía que tengo cuando estoy nerviosa.

Suelto un suspiro antes de tocar la puerta.

—¡Adelante!—escucho la voz del profesor Smith detrás de la puerta.

Abro la puerta lentamente y al dar un paso hacia delante siento que todos me miran y murmuran cosas entre ellos, seguramente malas.

—Señorita Jones, pase, ¿Cómo está su mano?

—No es nada grave, estoy bien, tampoco es que me hayan disparado—bromeo.

—Me alegro Raquel, siéntese con su compañera—asiento y me dirijo a la mesa donde se encuentra Ari, la cual me mira intrigada.

—¿¡Pero que te ha pasado!?—susurra para que no nos puedan escuchar.

—¿Porqué preguntas? Estoy bien Ari si es eso lo que te preocu...

—No... tonta—Me interrumpe—Tienes cara de asustada y estás roja como un tomate, cuéntame.

Niego con la cabeza divertida, algunas veces pienso que Ari sería una buena detective.

—No pasa nada—miento.

—Raquel...—entecierra sus ojos inclinándose a mí inspeccionando mi cara.—¡Estás mintiendo!

—¿Que? ¡No!

—¡Mientes otra vez! ¡Desvías la mirada y te peinas el pelo con tus dedos!

¿Veis? Sherlock homes en persona

—¡Vale! ¡Me rindo!

—Raquel y Ari bajen la voz...—miramos al profesor y murmuramos un "lo siento".

—Lo Sabía—hace un gesto de victoria mientras que yo pongo los ojos en blanco.—Ahora cuéntame quién o qué te a hecho algo para que estés así.

—Tu ganas... Pero ahora no, os lo contaré más tarde.

—¿Lo prometes?—levanta una ceja subiendo su dedo meñique.

—¡Oh venga ya Ari! ¡No somos unas crías!—susurro mientras ella me asesina con la mirada—Está bien, lo prometo—suelto un suspiro y junto mi meñique con el suyo.

—Así me gusta, ahora atendamos a clase si no queremos suspender.

A buena hora lo dices...

(...)

Ya hemos superado la mitad de las horas de clase, estoy viva gracias a Dios, hay veces que pienso que me va a explotar el cerebro de tanto pensar. Odio las mates, lo juro, es que no hay por donde pillarlo, ni si quiera sé como apruebo, siempre intento esforzarme lo que puedo para al menos llegar al 5 pero el haber estado una semana en casa no ha ayudado mucho la verdad.

—Vamos Raquel...Eres una tortuga.

—Gracias Ari—digo sarcástica.

El Misterio Detrás De Él(COMPLETA✔️)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora