"Café Blanco"

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Habían pasado 4 días desde la ultima vez que vi a Max, no había asistido a clases y tampoco me había escrito, al principio esperaba que lo hiciera, pero luego de dos días deje de esperar. 

Pero bueno continué mi vida normal, no tenia porque detenerme. Mi  día inicio yendo al gym en la mañana, luego lleve a Mateo a la escuela, llegue a la universidad y tomé mis clases, la primera clase que tenia era literatura, sin esperar nada mire a donde normalmente se sienta y nada, de nuevo, el no estaba ahí.

 Decidí dejar mi teléfono durante el día, no quería estar al pendiente de algún mensaje, y en caso de que pasara algo importante me marcarían. 

Al terminar mis clases Hanna y yo quedamos en ir a comer a un lugar donde hacen unos sándwiches de pechuga de poco deliciosos, así que pase por ella a su torre de la facultad y nos dirigimos al restaurante. 

-

-Así que después de eso, no te hablo- concluyó Hanna

-Así es-

-Pero no tiene lógica-

-No la tiene- confirme

Hanna le dio una mordida a su sándwich y me volteó a ver directamente a los ojos -Aquí hay dos opciones, lo raptaron los aliens o se murió-

Fruncí un poco el ceño -¿No tiene más lógica que simplemente está ocupado o no quiso hablarme?-

-Claro que no-

Negué lentamente y sonreí -Hanna, no te esteces por esto, no importa- agacho la cabeza y negó -Pensé que habíamos encontrado al amor de tu vida-

Puse mi mano sobre la suya y la acaricié -Tu eres el amor de mi vida-

Abrió mucho sus ojos y movió la cabeza rápidamente diciendo que no -Claro que no, me lastimarías y romperías mi corazón en mil pedazos-

Sin ocultar nada comencé a reír a carcajadas

-No te rías, lo digo enserio- se cruzo de brazos eh hizo cara de puchero -Contigo no se puede hablar enserio- termino la conversación y sigo comiendo mientras yo reía.



Al llegar a casa estaba sola, Mateo entrenaba y a mamá le tocaba turno en la tarde, sin nada que hacer o con quien hablar decidí ver la tele un rato, mi serie favorita acaba de subir temporada y aún no la terminaba.

Así fue el resto de mi tarde hasta la hora de la cena, Mateo y yo pedimos una pizza y cada uno se marcho a su cuarto a comerla, y ahí fue cuando decidí volver a ver mi teléfono, pero ahora si tenia un mensaje de un número diferente .

-Espero esta vez si sea tu número Sam- número desconocido

Decidí contestar sin importar que, nunca fui fan del desinterés y ya habían pasado 5 horas desde que lo enviaron.

-Depende de quien pregunta-

-El chico de tus sueños-número desconocido

-Entonces no soy-

-JAJAJJAJA ¿Puedo marcarte?-número desconocido

Tarde un poco en contestar, así que el respondió primero.

-Si no quieres esta bien, lo entiendo-

No dije nada más, solo comencé a marcar el número, segundos después una voz algo ronca contesto -Lo siento- dijo antes que todo -Por no haberte escrito en estos días-

No existe el "Para siempre"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora