Pensamientos

102 19 1
                                    

La gente aplaudía y silvaba mientras que Diego y yo nos inclinábamos hacia adelante, decidimos cantar mis ojos lloran por ti y no era necesario cantarla "bien" solo vivirla.

Diego se acercó un poco a mi y me dijo -¿Te parece que saligaos un momento?- solo asentí y comenzamos a caminar hacia la terraza de el lugar.

En cuanto salimos note el fresco de el aire chocar contra mi piel, giré mi muñeca y vi en mi reloj la hora, apenas eran las doce pero se sentía como si fuera un poco más tarde.

-Fue todo un placer cantar contigo- dijo Diego rompiendo el silencio.

-El placer es mío-

-¿Qué haces por acá Sami?-

Le di una sonrisa triste y suspire -No lo se, siento que escapar-

-No me digas que ahora escapas de la ley, espera ¿Soy tu cómplice en algo?-

Comencé a reír y lo mire -No claro que no, escapó de otro tipo de cosas-

-Entiendo, ¿Qué pasa en tu pequeña cabecita Sami?- puso su mano en mi cabeza y la movio un poco.

No se porque comencé a contar lo que sentía, tal vez porque no veía a Diego desde hace mucho o porque no lo vería en mucho tiempo.

-¿Desaparece? ¿De forma paranormal?-

Diego tenía una cara de confusión y de miedo a la vez, pensé en decirle que si pero sabía que me tacharía de loca -No, solo que de un día para otro se va de la ciudad y de deja de contestar los mensajes-

-Sami honestamente no veo de que escapas, lo que te esta consumiendo son tus pensamientos, tus preguntas de ¿Y si?, ¿Tal vez?, ¿Por qué?, las cosas a veces son más fáciles de lo que parecen y nosotros solos nos complicamos, ¿Alguna vez has hablado con el?-

-No-

-¿Le has contado de tu medicamento, del psicólogo o de tu ansiedad?- negué lentamente y comencé a mover mis manos -Se que no es fácil Sami, se que te da miedo el que va a pensar o que sucederá si le dices algo, pero la persona correcta se quedará, te entenderá y apoyará, pero las cosas no funcionan si no hablas, si no expresas lo que sientes, la gente no es adivina por más que lo queramos.

Mire a Diego un poco más mientras apretaba los labios para no llorar, el puso su mano en mi mejilla y sonrío -Permítete llorar Sami, no esta mal hacerlo, lo prometo-

Lo mire unos segundos más hasta hacer lo que dijo, poco a poco las lágrimas rodaban en mis mejillas, sintiendo esa calidez de dolor pasar por mi piel, dejar de pensar por un minuto y permitirme sentir de una forma, permitiéndome ser humano.

Diego me tomo por la cintura hasta acércame a el y abrazarme, yo hundí la cara en su pecho y lo rodé con mi manos su espalda y cintura.

-Gracias Diego- dije sollozando

-Soy tu amigo Sami, para eso estoy-

Cuando pude recuperarme de llorar nos separamos y ayudo a limpiar un poco mi rostro, ya que parecía mapache, nos quedamos un rato más charlando hasta que Mateo salió a buscarme, ahí nos despedimos, le di un abrazo un poco más largo de lo normal y al separarnos le sonreí.

-No desaparezcas por completo Sami, háblame seguido- me guiño un ojo y entro al local.

Camino a casa intente respirar, pensar en lo que me había dicho, en que tenía que hacer y en como arreglar los errores sin salir lastimada, sin arruinarlo de nuevo y aunque fuera difícil solo estaba esa salida.

-

-Promete que volverás más seguido cariño- mi abuela tomo mis manos y las apretó mientras sus ojos se volvían de cristal.

-Lo intentaré abue, lo prometo- le di un apretón fuerte en las manos y sonreí.

Mi abuelo me abrazo y me dejo un beso en la mejilla, me señaló con su dedo y luego me hizo un corazón, para el era un poco más difícil hablar sobre sus sentimientos, pero eso era un te amo para el  y lo importante es que lo entendía.

Terminamos de subir las maletas y subimos al coche mientras desiamos nuestro último adiós.

Durante las siguientes horas camino a casa intente dormir, estaba cansada y necesitaba prepárame para lo que vendría, necesitaba ser fuerte y enfrentar la realidad.

Cuando llegamos a casa y prendimos las luces de la cocina no podía evitar esa sensación de falta de color, de gente, estar en casa de mis abuelos era muy distinto a esta casa, a este lugar, la gente aquí era un poco más "gris", sin esa chispa que destaca al pueblo de los abuelos.

-¿Todo bien Sam?- dijo mi madre mientras colocaba su mano en mi hombro, me gire hacia ella y asentí.

Al subir a mi cierto mientras desempacaba las palabras de Diego se colaron de nuevo por mis pensamientos.

Hablar con el...

Suena irreal cuando lo piensas tanto, cuando en realidad hablar, no es solo formular palabras en tu mente y decirlas, cuando consta de abrirte y dejar que la gente vea lo que pasa en tu cabeza, cuando aun después de años de terapia sigue siendo demasiado complicado, sigue siendo un riesgo.

Porque tu mente te dirá una y mil veces que la gente utilizara tus debilidades en tu contra, cuando más lo esperes aran eso que tanto te aterra y tanto te lastima, porque queramos o no la gente que más queremos, de la que menos esperamos algo malo, es la que más nos lastima.

Recordé que había prendido mi teléfono hace algunas horas cuando comenzó a vibrar y un nombre iluminaba mi pantalla, deje que sonara por un rato hasta que colgaron, lo tome y me senté en la orilla de la cama, tenia algunas llamadas perdidas de Hanna, también de Max, algunos mensajes y varios correos de voz, dude durante varios instantes si escucharlos o no, pero luego de dejar de pensarlo tanto los escuche de uno por uno, todos eran de Max.

"Solo dime que pasa, dime que hice"

"Joder Sam estoy preocupado, Hanna no me dice que te paso"

"Lamento si hice algo, por favor explícame"

"Si me dices que pasa prometo dejarte en paz, me alejare de ti si eso quieres, pero dime, ¿Qué hice?"

Al despegarme el teléfono de la mejilla me di cuenta que había comenzado a llorar.





-------------------------------------------------------

A pasado bastante tiempo desde la ultima vez que subí un capítulo, la verdad quería disculparme por eso, pero durante estos meses pasaron tantas cosas que no me sentía yo misma para escribir esta historia, pero me alegra informarles que ya tengo listos algunos capítulos y los estaré publicando, junto con el comienzo de otra historia que pronto les presentare.

Besos, Cris.

Recuerden seguir en insta.
@librosycristi

No existe el "Para siempre"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora