Entre a la cocina donde mi abuela se encontraba picando alguna fruta para el desayuno, camine hasta ella y recargue mi barbilla en su hombro -¿Qué haces Tita?-
-Pan Frances con fruta-
-Pero, ¿Tienes lechera verdad?-
-Por supuesto que la tengo- Levante en cuchillo y apuntó una lata que estaba al lado de el azucarero.
Yo me aparte de ella y la ayude a colocar la mesa para el desayuno.
-¿Cómo dormiste cariño?-
-Llevas preguntando lo mismo durante estos 4 días-
-Y lo preguntaré dos días más-
Arrugue un poco la nariz y me recargue en la mesa -Ni lo menciones-
-¿Qué se van en dos días?-
-Si, no me gusta-
-Quisiera pensar que porque me vas a extrañar, pero se que es porque eres miedosa-
-No soy miedosa y claro que te voy a extrañar- me cruce de brazos y baje la mirada -Solo no estoy lista para irme-
-Tarde o temprano tienes que enfrentar los problemas y es mejor temprano- puso su mano en mi hombro y me pasó una cazuela con fruta picada -Ponla en la mesa cariño-
-Esto esta muy rico abue, Sam intenta hacerlos en casa pero no le salen ni la mitad de bien que a ti- dijo Mateo mientras se servía por tercera vez.
-Agradece que te doy de comer malagradecido-
La abuelo rio por lo bajo y le giño el ojo a Mateo -Es que nunca le conté mi ingrediente secreto-
-¿Amor?- pregunto Mateo
-¿Cuál amor? Doble ración de azúcar cielo-
Todos reímos un poco y continuamos desayunando, el abuelo nos conto que hace poco el y un amigo fueron pescar, que tuvo entre sus manos a la bestia más grande que a visto, pero se le escapo, dijo que era demasiado fuerte y veloz, que muy pocos han logrado lo que el hizo.
-¿Cuánto crees que pese abuelo?- le pregunto Mateo.
-Unos 100 kilos hijo-
-Juan no les cuentes mentiras a los niños-
-Pero es verdad, esa bestia pesaba casi lo mismo que yo-
La abuela lo miro con los brazos cruzados y este se rindió, se levanto de la mesa, acomodo su silla, se acerco a mateo y a mi y susurro -Es real, volveré por esa bestia y se las enseñare- Mateo y yo sonreímos y asentimos, el abuelo es increíble, siempre tiene unas historias que no se si son de verdad, pero nunca dejan de sorprenderme.
-Sam escuche que hay una fiesta en la playa esta noche-
-Aja-
-¿No piensas ir?-
-No mamá, no quiero ir sola-
-No vallas sola- interrumpió la abuela -Lleva a Mateo-
Me gire hacia Mateo que rápidamente, el cual movía la cabeza diciendo que si, ante su necesidad de salir acepte, las fiestas no son mi fuerte, pero se que la abuela y mamá solo quieren que salga y haga algo distinto a estar en la hamaca todo el día.
-Nos vamos a las 7- Mateo asintió y camino hacia su cuarto.
-Entonces esta noche no jugaremos con la baraja abuelo-
-No te preocupes hija, nos quedan 2 días más-
¿Por qué se empeñan en recordarlo?
Asentí y me levante de la mesa como lo había echo Mateo unos minutos antes, entre a mi cuarto y tome el libro que la abuela me había prestado, me senté en el balcón y lo leí por unas horas hasta que me quede dormida.
-Sam- escuche -Oye Sam- abrí un poco los ojos y me encontré con la cara de Mateo.
-¿Qué?-
-¿Aun iremos a la fiesta?-
-Claro, ¿Qué hora es?-
-5:30-
-Mierda, dormí como 5 horas, si iremos a la fiesta, ya me alisto-
Mateo se fue y rápidamente yo me metí a bañar, tome un vestido azul de flores amarillas un poco suelto, pero ajustado de la cintura, unos huaraches blancos y me acomode el cabello.
-Pensamos que ya no despertarías- dijo la abuela cuando me vio bajar.
-Come un poco antes de irte- mi mamá me dio un plato con donde estaban unos tacos y un poco de sopa.
-Estaba leyendo y me quede dormida- me senté a la mesa y comencé a comer.
Al terminar Mateo ya estaba listo en la sala esperándome, solo tome mi bolso y metí un poco de dinero en caso de algo.
-Con cuidado, cualquier cosa me avisan-
-Claro mamá- dije
La abuela se acerco a mi y sonrió -Diviértete cariño- yo asentí y salí de la casa en dirección a la playa.
-Te veo muy entusiasmado Mateo-
-No lo se, solo quiero vivir algo diferente a lo de siempre-
Caminamos como unos 5 minutos hasta que llegamos al restaurante donde iba a ser la fiesta, es un pueblo pequeño y suelen hacer noches de karaoke o fiestas así donde gente de el pueblo va a divertirse.
Al entrar nos sentamos en una mesa cerca de la barra, ya había algunas personas charlando con otras, algunas botanas en las mesas y un escenario con un micrófono y una gran pantalla.
-Hola chicos, creo que son nuevos por aquí, me llamo Kevin, soy el encargado de esta noche de karaoke-
Ambos saludamos a Kevin y nos presentamos -Bueno Sam y Mateo, anótense en esta lista, es una actividad en el cual personas al azar subirán al escenario a cantar, pueden hacer dueto o competencia, eso lo decidirán ustedes-
Pensé en negarme pero Mateo tenia razón, debemos hacer algo distinto a lo de siempre.
Las primeras en cantar fueron dos chicas maso menos de mi edad, ellas decidieron competir, estuvo bastante parejo pero aun así gano la chica morena, luego una pareja fue voluntaria y cantaron dueto, así fue toda la noche, pero un poco antes de terminar escuche mi nombre, había tomado un poco así que fue fácil caminar hasta el escenario, algunas personas silbaban y otras aplaudían pues había sido de las pocas que no se había negado.
-Muy bien Sam- escuche decir a Kevin -Y parece que te toca cantar con Diego-
Diego, ese nombre me suena.
Tal vez porque hay mil Diegos en el mundo.
Cierto.
-Hola Sam-
Me gire hacia el chico que me hablaba y sonreí, por supuesto que conocía a ese Diego.
-Harry Potter- dije mientras sonreía.
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No existe el "Para siempre"
Teen FictionLa universidad es solo una etapa más en la vida de las personas, en realidad nunca es como lo ponen en todos los libros de amor. El chico conoce chica, chica conoce al chico, se aman, tienen problemas y luego vuelven a estar juntos. Eso es lo que pi...