Cercanamente lejos

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El viaje a la casa de muy abuelos fue bastante tranquilo, hicimos solo unas paradas para comprar algo para comer, la música la puse yo e incluso dormí un rato, pero después de 8 horas llegamos.

Mis abuelos viven en una playa en el país vecino, México. A ellos les gusta mucho más el clima cálido que el frio, por lo que eligieron aquel lugar, mi mamá durante un tiempo les dijo que se fueran más cerca de nosotros, pero a ellos no les gustaba la idea de irse de su país.

-Hola cielo- me decía mi abuela caminando hacia mi.

-Hola tita- me dio un beso en la cabeza y luego me dejo para ir con Mateo y mi mamá.

La casa de mis abuelos esta en la orilla de la playa, es una casa mediana, suficiente para ellos y para cuando nosotros los visitamos.

Camine hacia mi antigua recamara a paso lento, analizando todo de nuevo, las fotos de mis primos cuando eran bebes, mías y de mateo, de algunas festividades y viajes, el olor tan familiar de la casa de mis abuelos y de la famosísima carne asada de mi abuelo.

Deje las cosas en mi recamara y salí al patio, mi abuelo esta como de costumbre, recostado en su hamaca esperando a que la carne se cocine al carbón, checándola cada 5 minutos.

Lo abrace por la espalda y recargue mi rostro en su espala -Aun haces eso como cuando eras pequeña- dijo

-Aun soy pequeña-

-Claro que si, siempre serás mi pequeña- deje que mi abuelo se girar hacia mi y sonreí mientras el también lo hacia. Note algunas arrugas más en su cara y el cabello un poco más blanco.

-Deja de verme como si me fuera a morir en este momento-

Solté una carcajada y volví a abrazarlo -Ay abuelo, no es eso, solo lo extrañe-

Segundos después Mateo apareció y se abalanzo sobre el abuelo y sobre mi, arruinando mi momento, bueno, convirtiéndolo en nuestro momento.

Luego de poco la comida estuvo lista y todos nos sentamos en la mesa de afuera para comer.

-Pero mira como has crecido Mateito, la ultima ves que te vi te faltaban 2 dientes-

-A pasado un tiempo abue-

-Y bueno, ¿Ya sabes que vas a estudiar?- le preguntaba mi abuelo

-Aun no exactamente, pero tengo una idea-

-Eso es muy bueno muchacho, tener la mente clara y la cabeza fija- ambos asintieron y sonrieron.

-¿Y tu Sam?, ¿Cómo vas en la universidad?- pregunto mi abuela.

-Bien, en 3 semanas termino el semestre y me faltaran solo 2 años más para terminar-

-Eso es bueno cielo, pero recuerda, el estudio es la base, lo demás es por cuenta propia-

Mi abuela era la única que sabia de mi sueño escribir un libro, había otras cosas que me gustaban como construir una editorial que es parte de mi sueño, pero no es tan fácil, cuando a alguien le dices que estudias literatura creen que morirás de hambre y te juzgan sin saber lo demás.

Al terminar de comer mi abuela y yo recogimos todo y luego de un rato me pidió que la acompañara a dar un pequeño paseo, así que tome mi sombrero playero y salimos por el patio para llegar directamente a la playa, nos quitamos nuestros zapatos y caminamos por la orilla dejando que el agua nos mojara un poco.

-¿Y cómo estas linda?- me pregunto mi abuela con esa calma que era característica de ella, es paz que te hace sentir segura, amada.

-Quisiera decir que bien tita, pero no lo se, han sido unas semanas difíciles, han sido unos años difíciles-

-Cuando me contaste todo el otro día por llamada, que me hablaste de este muchacho y de todo lo que había sucedido, no pude evitar pensarlo y saber que el verdadero problema no es el, Sami, ambas sabemos que estas así por aquel hombre que es tu padre- me gire en su dirección y la mire a los ojos, esos ojos azules como el cielo -No porque el se haya ido todo los aran cariño, la gente es diferente y no tienen las mismas intenciones-

-Pero el desaparece todo el tiempo, sin ninguna explicación, solo se va...- una lágrima comenzó a recorrer mi mejilla mientras que mis manos temblaban un poco

-Yo creo que el tiene sus motivos para no darte una explicación, tú no sabes si a él también le da miedo, no sabes por lo que está pasando, dale tiempo, yo creo que el te lo dirá, pero todo a su momento- acarició mi mejilla mientras sonreía, me abrazo un poco y me ayudo a seguir caminando a la orilla de la playa.

Al llegar la noche mientras observaba la luna en el balcón tome mi teléfono y lo revisé, Hanna seguía sin hablarme y Max sin aparecer, solo tenía un mensaje de Logan donde me preguntaba por como estaba, sabía que la única forma en que supiera que había pasado algo era por Hanna así que le conté de nuestro viaje familiar a casa de los abuelos, le dije que pasaría un tiempo aquí y que solo necesitaba descansar.

Volví a apagar el teléfono, lo coloqué en un cajón de la mesita que esta en mi cuarto y lo cerré, a veces necesitas estar lejos para poder acercarte a algo o a alguien, en este caso necesitaba acercarme a mi de nuevo, volver a encontrarme y estar bien de forma física y mental.

Dicen que el tiempo lo cura todo, espero sea verdad.

No existe el "Para siempre"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora