Confianza

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-Esta haciendo un poco de frio, así que si te quieres ir lo entiendo- me dijo Max

-No, esta bien aquí- le di una pequeña sonrisa y luego tome mi chamarra para volver a colocármela, mientras yo hice eso Max se bajo y camino a mi lado para abrir mi puerta.

Me ayudo a bajar y me acomodo un poco el cabello, levante la cabeza y nos miramos por unos segundos, pero mientras más lo veía podía notar su cansancio y tristeza, el se dio cuenta porque rapidamente retiro la mirada.

Luego de disimular que no pasaba nada, me miro de reojo y sonrió un poco -Carrera a los columpios- 

Antes de que yo lograr decir algo el ya estaba corriendo e iba con bastante delantera, comencé a corre pero fue en vano, obviamente llego antes.

-Tramposo- dije

-Mala perdedora- tomo de su malteada y se recargo en los columpios

-Tramposo- pase por su lado y choque un poco con su brazo a propósito, me senté en el columpio rojo y comencé a tomar de mi malteada

Unos segundos después me imito y se sentó en el columpio de al lado.

Era una noche tranquila, no hacia mucho viento, pero si un poco de frio, casi no se escuchaba trafico y el cielo estaba despejado.

-¿En qué piensas?- me pregunto

-En nada en concreto, ¿Y tú?-

-En mis amigos- bebió de su malteada y bajo la cabeza.

-No es un tema donde pueda ayudar mucho, no tengo muchos amigos-

-Puedo saber porque-

-No me gusta estar con gente que no es mi amiga de verdad-

-¿Cómo estas tan segura que la gente no quiere o puede ser tu amiga de verdad?-

-Porque siempre se acercan a mi por las mismas razones, Hanna, mi moto o mi físico-

Ambos nos volteamos a ver y el hizo una pequeña mueca -Debe de ser difícil-

-Con el tiempo te acostumbras- encogí un poco los hombros y sonreí.

El no sonrió y sin más rodeos le pregunte -¿Puedo saber por que estas triste?-

El hizo una sonrisa forzada que rápidamente desapareció -¿Confías en la gente Sam?- 

-Es difícil-

-¿Puedes confiar en mi?-

Nos miramos por unos momentos y por alguna razón asentí lentamente, su mirada era distinta, podía ver que necesitaba tiempo, apoyo y confianza, nunca fui bueno para esos tres, pero, a veces hacemos cosas que nadie entiende.

-Algún día te explicare Sam-

-¿Puedo hacer una última pregunta?-

Asintió -Si yo te puedo hacer una a ti-

Asentí y tome aire -¿Esto que tienes es por lo que desapareces?

-No lo llamaría desaparecer, pero si, algunas veces es poco tiempo, otras veces más, pero siempre pasa. Bueno, mi turno, ¿Por qué no confías en la gente?-

Fruncí un poco el ceño y ladee la cabeza -Confié en ti-

-Lo se, pero por lo que me dijiste no lo haces seguido- 

No quería responder, es algo más complicado que lo que parece y como dijo, no se confiar.

-¿Puedes leer la mente?- cambie de tema.

-Por el momento no-

-Pareciera que si-

El sonrió y después de toda la noche pareció que lo hacia en serio -¿Por qué lo dices?-

-Porque ahorita quería poner música y me dijiste que lo hiciera, luego cuando pensé que leías mentes reíste-

-No es leer mentes, es observar. Cuando te dije lo de la música fue porque prendiste varias veces tu celular y entrabas a Spotify, luego cuando me miraste parecías muy sorprendida, supuse que pensabas algo así como que leo mentes-

Me cruce de brazos y mire al frente -Ya no me pareces interesante-

-No se si ofenderme o alagarme-

-Deberías ofenderte, iba a usarte como rata del laboratorio, ahora solo eres un niño más-

El comenzó a reír, luego se levanto y tomo mi bote vacío de malteada, camino al bote y lo tiro.

Camino hacia mi y extendió su mano -Deberíamos irnos son las 9, no quiero que llegues tarde a tu casa-

Asentí y rápidamente me puse de pie para caminar hacía su troca.

El camino al mall fue rápido, me dejo ahí y se despidió de mi, segundos después de que baje el se marcho de ahí.

Camino a casa no para de pensar en lo que me dijo.

"¿Por qué no confías en la gente?"

Buena pregunta, mi terapeuta dice que son traumas, yo lo llamo personalidad.

Luego recordé lo demás que le conté y comencé a agrumarme, abrirme a a gente nunca a sido fácil y esta noche lo había hecho con el. Todos esos pensamientos comenzaron a correr por mi cabeza, comencé a sentir la presión, el miedo y los nervios.

Hable mucho

Ahora el sabe muchas cosas.

No debí contarle 

¿Y si lo usa contra mi? 

El camino a  casa no estaba siendo lindo, se me empezó a hacer eterno, mi cuerpo comenzó a temblar, sentía que no podía más.

¿Por qué acepte salir?

Después de 5 minutos llegue a casa, subí rápidamente a mi cuarto y comencé a caminar, intentaba tomar aire, pero cada vez era más difícil.

Tome mi teléfono y marque como pude.

-Hola Sam-

-Yo- no-n-o pue-e-edo res-spi-ra-ar- dije tartamudeando.

-Sam, vas a estar bien, pon el teléfono en altavoz y has lo que te diga-

Puse el teléfono en altavoz, me senté en el suelo y lo coloque al lado de mi.

-Inhala conmigo, 1,2,3, suéltalo todo, inhala de nuevo 1,2,3, suéltalo, mueve las canillas mientras abres y cierras los puños, sigue respirando 1,2,3, suéltalo. Necesito que tomes un poco de agua, ya le hable a mateo, el te la llevara-

Y así fue, Mateo entro a mi cuarto con un poco de agua, se sentó frente a mi y espero a que bebiera, después de que termine Mateo me recargo en su pecho y comenzó a sobar mi espalda de arriba hacia abajo.

-Bien Mateo, sigue así hasta que veas que su respiración se regularizo y que su pulso baje, si ves que empieza a alterarse hagan los ejercicios de siempre- termino de decir mi terapeuta -Si mañana amanece mal que venga aunque no tengamos cita, estoy libre de 6 a 7-

-Esta bien doctora, gracias- Mateo tomo mi celular y colgó.


No existe el "Para siempre"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora