tobacco─flavored kisses

𝟭𝟬¡ tal vez debí decirlo antes

❛ ¿𝖸 𝖼𝗈́𝗆𝗈 𝖾𝗌𝗍𝖺́𝗌 𝗁𝗈𝗒? ¿𝖬𝖾𝗃𝗈𝗋? ¿𝖯𝗎𝖽𝗂𝗌𝗍𝖾 𝗉𝖾𝗇𝗌𝖺𝗋? ¡𝖱𝖾𝖼𝗎𝖾𝗋𝖽𝖺 𝗊𝗎𝖾 𝗅𝗈 𝗂𝗆𝗉𝗈𝗋𝗍𝖺𝗇𝗍𝖾 𝖾𝗋𝖾𝗌 𝗍𝗎́, 𝗇𝗈 𝗅𝗈𝗌 𝖽𝖾𝗆𝖺́𝗌!

𝖭𝗈 𝗈𝗅𝗏𝗂𝖽𝖾𝗌 𝗌𝖾𝗋 𝗉𝖺𝖼𝗂𝖾𝗇𝗍𝖾, 𝗍𝗎́ 𝗍𝖺𝗆𝖻𝗂𝖾́𝗇 𝗍𝗂𝖾𝗇𝖾𝗌 𝗊𝗎𝖾 𝖺𝗉𝗋𝖾𝗇𝖽𝖾𝗋 𝖺 𝖽𝖺𝗋𝗅𝖾 𝗌𝗎 𝗍𝗂𝖾𝗆𝗉𝗈. ❜

꒰ ♡ ꒱

— Taehyun...

— No, Beomgyu, te quiero pero necesito que me des mi espacio, así como tú también necesitas el tuyo.

— Sólo quiero explicarte.

—No, yo no necesito una explicación, lo que quiero es que estés bien y dejes de huir. —Le sonrió empujando su cuerpo lejos de la puerta del departamento. — Yo te buscaré o tú me buscas a mí cuando creas que te sientes listo. Te daré tu tiempo, aunque probablemente sólo necesites un abrazo... pero quiero estar bien para poder dártelo. — Con una última vista a su rostro apagado, y una sonrisa vaga, terminó por cerrar la puerta en su cara.

꒰ ♡ ꒱

Caminó por aquel largo pasillo con los auriculares puestos. Se veía molesto, y Kai no hacía más que jugar con su mano esperando a que quisiera comentarle sobre su mal humor.

— Taetae, — Llamó con calma, viendo cómo el pelinegro de ojos cansados lo miraba a lo lejos. — ¿por qué estamos huyendo?

Claro que Kai sabía pero siendo le gustaba que Taehyun se lo dijera.

— Porque no quiero hablar con él. — Empujó la puerta de la cafetería yendo a aquella mesa que hoy se encontraba sola. — Verás, él no va hablar sólo porque me quiera, si no que tiene que sentirse seguro de poder hablar conmigo de cualquier tema. Y hasta que eso lo suceda, le daré su espacio.

Kai no le vio congruencia a todo eso, aunque probablemente fuera porque él se habría quedado al lado de su amigo para que esté viera que le importaba.

Pero Kai no era Taehyun.

— Bueno, como tú creas que es mejor. — Se encogió de hombros y sacó dos yogurts de su mochila. — Soobin comentó que lo vio mal por la mañana.

—... Eso no me entromete. — Sacó una barra de granola y con su ceño fruncido comenzó a masticar. — Te dije que no quería saber de él, me da enojo porque ayer no supe nada de él. Y no quiero que me esté rogando, eso sería sucio, pero... — Su carita se apagó y sus ojos se aguaron. — ya, Kai.

— Podrías hablar con él — Comenzó con timidez. — y así de fácil solucionarás las cosas.

— Que no quiero, Huening. — Gruñó.

Tomó sus cosas con molestia, besó la frente del castaño y salió apurado de la cafetería.

Estaba confundido, y no sabía si estaba haciendo las cosas bien o sólo se estaba dejando llevar por el calor del momento. Porque quería abrazar, hablarle de su día, preguntar por el suyo... y si se puede besar sus labios.