Capítulo 15:

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No nos dimos cuenta de lo rápido que había pasado el tiempo, hasta que miramos y ya había pasado un mes y algunos días desde que Jace y Carla anunciaron oficialmente que serían padres.

Por otra parte, mi relación con Jed iba mejor que bien. Seguíamos en mi piso en mi piso, él, Simba y yo, como una pequeña familia. Los chicos nos visitaban continuamente y nosotros a veces íbamos a la casa de Jace y mí mejor amiga. Ellos ya les habían contado a los padres de ella, al igual que a nuestro padre. Por lo que nos contaron, al principio fue bastante shockeante para todos ellos, pero lo habían aceptado con toda la alegría.

Jed y mi hermano habían terminado el tercer año de carrera -por fin-, y yo había asistido a su graduación. No fue nada muy glamuroso, sólo les entregaron sus diplomas y demás, pero igual quise estar ahí para acompañar a Jed. Además, me había encontrado con los demás de su pequeño grupo de compañeros de carrera y amigos. Las que más se alegraron de verme fueron las chicas, porque con los chicos no había tenido mucho roce.

Esa mañana justamente, mi padre, Carla, Ari, Nicklas y mi hermano, nos habían invadido la casa con miles de conversaciones indistintas, y demás.

Yo estaba sentada sobre las piernas de Jed, quien ocupaba una de las esquinas del sofá. Ari y Nick estaban peleándose a nuestro lado; la cosa más rara del mundo -nótese el sarcasmo-. Jace y Carla, por otra parte, estaban en la misma postura que mi novio y yo, en uno de los sillones. Como ya era cerca del mediodía -y todos teníamos hambre-, papá se había ofrecido como voluntario para preparar algo de almuerzo para todos, cosa que yo agradecí infinitamente.

- Mírennos, si parecemos jóvenes normales, y todo- bromeó Carla, pasando sus ojos sobre cada uno de los que estábamos ahí.

Ari soltó un resoplido.

- Carla, estás embarazada de casi dos meses; Jade y Jed están viviendo juntos, mientras que el innombrable y yo estamos pasando por un proceso extraño, en el que no se sabe si tenemos una relación o no- aseveró la pelinegra, señalándonos a medida que nos mencionaba-. Pero, tienes razón, mega normal todo- se mofó, poniendo los ojos en blanco.

- Sabes a lo que me refiero- replicó la otra, matando a la morena con la mirada.

Jace le pasó la mano por el brazo haciendo una leve caricia, calmándola.

La miré unos segundos. Como dijo Ari, la castaña estaba cerca de entrar en los dos primeros meses de su embarazo, pero ya un poco se le notaba la pancita. Bueno, al menos yo la notaba, pero sospecho que cualquiera que no lo supiera no podría notar la diferencia, cuando su barriga sólo hacía una diminuta vuelta.

Nicklas se volvió hacia Ari y la miró con el ceño fruncido.

- Oye, ¿y tú por qué me dices así?- inquirió, ceñudo.

- Pues porque es nada más decir tu nombre, y todo mi buen humor se esfuma- replicó ella, como si fuera obvio.

Jed suspiró. Me volví un poco para mirarlo. El castaño tenía el codo apoyado en el reposabrazos del sofá, y su barbilla reposaba sobre su mano.

- ¿Nunca dejarán de discutir?- se quejó, soltando un resoplido de exasperación.

Hice como si me lo pensara por unos segundos, y luego negué con la cabeza. Ari y Nicklas estaban comenzando una pelea, de la cual Jace y Carla eran los espectadores en primera fila.

- Hay cosas que jamás cambian, Jedi. Una de ellas son las interminables discusiones de esos dos- respondí, regalándole una sonrisa-. Creo que tendremos que aguantarlos hasta el final de nuestros días- añadí, mirándolo con severidad.

- Creo que puedo hacer el trayecto más corto y matarlos ahora mismo- replicó de mala gana, observándolos a ambos de reojo-. En serio, si los lanzo por la ventana puedo obligar a los demás a decir que fue un accidente. Eso los silenciaría por siempre- aseguró.

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