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𝐂𝐀𝐓𝐎𝐑𝐂𝐄 +18

Contiene smut y lenguaje vulgar. ¡Leer bajó responsabilidad propia!

➳Capitulo catorce;  ❛ Rosie❜

(N/A: Este capítulo es Rosékook, así qué si no les gusta no lean y NO dejen comentarios de odio y nuevamente aclaró que el liskook y el vrosé son los shipps principales ;).

Salió a las corridas de su habitación qué comparte con TaeHyung para dirigirse hacia la habitación de Jungkook y Lisa.

Está tan jodidamente nerviosa, jamás imaginó qué a JiYong se le pasaría por la mente hacer que ella y JungKook tengan sexo.

Cabe destacar que ambos casi ni hablan, simplemente se saludan cuándo se topan y de ahí ya no se dirigen la palabra.

Sería incómodo para los dos, pero no hay otra alternativa, ella aceptó todo este "proyecto" y él no tiene muchas opciones.

Llegó a la habitación y vió qué la puerta se encuentra abierta, se asoma y ve a JungKook acostado en la cama con los ojos cerrados.

—Tu puedes Roseanne —murmura para si misma.

Con pasos lentos y temblorosos entra en la habitación.

Al estar cerca de él, toca levemente su hombro en un intento de despertarlo.

—J-jungkook —lo llama con la voz temblorosa—. De-despierta...

—¿Qué carajos quieres ahora Manoban? —gruño y empujó su mano de su hombro, sin abrir sus ojos.

—No soy Lisa, soy Rosé —se sintió algo molesta por haber pensado que era ella, obviamente ambas tienen voces diferentes ¿Cómo no pudo haberla reconocido?

Él al oírla abre sus ojos abruptamente y sus mejillas se pusieron rojas de la vergüenza.

—Umh...y-yo...lo s-siento —dice torpemente, agachando la mirada—. ¿Q-qué necesitas?

Ella mordió su lengua y cuándo iba a hablar, sus ojos se desviaron hacia la cómoda.

Se acercó y tomó aquel papel blanco con algo escrito, haciendo que el corazón de Rosé lata rápido nuevamente.

—¿Qué es eso? —cuestiona él curioso.

Su nombre está escrito en él.

Ella le extendió el papel y JungKook abrió sus ojos como plato, entendiendo todo.

—Tiene que ser una puta broma —habla con el ceño fruncido.

Ella sólo guardo silencio, observando al chico él cuál hacía gestos de molestia y soltaba algún que otro insultó.

Cuándo finalmente se resigno, suspira frustrado y tira el papel para mirar fijamente a la rubia.

—Bien, si entonces ese depravado no es eligió, no tenemos de otra...—termina de hablar y se saca la remera blanca que tenía puesto—. Entre más rápido lo hagamos es mejor¿No?

Y nuevamente Roseanne se sonrojo y está vez al ver los abdominales y los fuertes brazos del chico.

Baja su mirada y relame nerviosamente sus labios..

—¿Que estás esperando para quitarte la ropa? —escucha la voz demandante del castaño, sacandola de su trance—. ¿O prefieres que te la quite yo?