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𝐃𝐈𝐄𝐂𝐈𝐎𝐂𝐇𝐎

➳ Capítulo dieciocho; ❝ repentina confesión❞

Jin y Jisoo se encuentran fuera de la gran residencia de "su jefe", querían hablar con él sobre porque no dejo ir a Jhope al funeral de su difunta madre.

—¿Cuánto tiempo más tenemos que esperar? —cuestiona SeokJin con una mueca en el rostro.

—No lo sé, pero debemos ser pacientes. No podemos irnos sin antes conseguir respuestas —dice ella soltando un leve suspiro.

Y cuando creyeron que esperarían más tiempo, los portones de la lujosa mansión se abrieron, dándoles finalmente paso.

Una vez se adentran en el lugar, ven como Jiyong se acerca a ellos con una sonrisa en el rostro, siendo muy bien acompañado por sus guardias.

—¿Que les trae por aquí, chicos?

—Buenos días señor Jiyong —saluda amable y rápidamente la menor al ver que Jin estaba apunto de atacarlo—. Quiero disculparme por venir aquí sin antes realizarle una llamada, pero es urgente...

—¿Que ocurre?

—Uno de...nuestros...compañeros perdio hace poco a su madre y usted no permitió que fuera a despedirse de ella y-...

—Escuche señorita Kim, ese asunto no es la incumbencia de ninguno de los dos. Sí yo no lo deje ir fue porqué no lo creía conveniente, además, él y todos los chicos no es que tienen un contrato 'legal', cómo tú y tus demás amigas y compañeras lo tienen conmigo. No confío totalmente en ellos, si cierto los dejo ir en sus días libres, pero fuera de ellos, ni por más de que se les muera algún familiar, no lo permito.

Jin se tragó sus palabras, está aún más enfadado que antes de venir.

JiSoo lo miro y le sonrió, tratando de hacer que no pierda el control.

—Lo entiendo —murmura ella—. Entonces nos vamos. Disculpé la molestia señor Kwon.

—Tranquila —se limita a decir mientras sonrie—. Ya se pueden retirar, les voy a enviar con un chófer para que los lleve a casa. No quiero que se vayan en algún otro lado.

La azabache asintió y se inclino en modo de despedida para seguidamente comenzar a caminar hasta la salida junto a Jin.

Jiyong se queda unos segundos más y una idea morbosa se le viene a la mente.

Oh no...