Explosion

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Les tengo una buena y una mala noticia. 

La mala es que este capitulo es relleno.

La buena es que es el tipo de relleno que les gusta... cochinos (aunque a lo mejor soy yo más cochina por escribir estas cosas xd)

Esta es una que todos se saben: Este capitulo contiene material altamente inapropiado para menores de edad debido a su sugerencia sexual, leer bajo su propia responsabilidad.

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–¿Lista?– le preguntó Jack a Elsa y ella respondió con un simple y certero asentimiento de cabeza –Hagámoslo– ambos se miraron decididos mientras daban un paso adelante.

Usaron toda su concentración para evocar cada pisca de magia que recorría sus venas y así levantar una imponente onda explosiva de poder que rodeó todo Atohallan haciendo que se erigiera un domo de neblina helada.

Al final ambos bajaron los brazos y su cayado mientras jadeaban sintiéndose agotados por el terrible esfuerzo que acababan de realizar.

–No, definitivamente no estamos listos aun– Jack logró articular entre bocanadas desesperadas por aire.

Elsa se dobló sobre su estómago apoyándose sobre sus rodillas –No somos ni la mitad de fuertes de lo que éramos antes del hechizo de Gran Pabbie–

–Ahora que nos aseguramos de que nadie entrará... ¿Qué te parece si nos tomamos otro pequeño descanso de uno o dos días?– propuso él.

–Aja– ella estuvo totalmente de acuerdo.

Jack usó su cayado para apoyarse ante la dificultad al caminar y Elsa buscó apoyo en éste también.

–Creo que los años nos están cobrando factura– bromeó Jack mientras se adentraban de nuevo en el glaciar.

–Al parecer– ella rio con las pocas fuerzas que tenía.

Volvieron a tumbarse en la pila de almohadas mirando nada más que el techo de la cueva glaciar que parecía brillar, solo hicieron eso por un par de horas tratando de recobrar un poco de fuerzas.

–¿Estas seguro de que quieres hacer eso una vez que recuperemos nuestra magia?– preguntó Elsa preocupada.

–Creo que es nuestra mejor opción por ahora– la tomó de la mano –Pero no pienses en eso, disfrutemos nuestro tiempo a solas mientras podamos–intentó animarla jalándola hacia él y abrazándola por la cintura.

–El viento se levanta, hay que intentar vivir– le susurró juntando sus frentes.

Una sonrisa se dibujó en los labios de Jack –Le vent se lève, il faut tantrer de vivre– repitió en francés –Has leído los poemas que te he enviado con Gale–

–Por supuesto que sí, todos han sido tan bellos...Y debo de admitir que escucharte citarlos en francés es muy atractivo–

La sonrisa de él se volvió traviesa –L'air inmense ouvre et referme mon livre– comenzó a besar con ternura su mejilla hasta llegar a su oído –La vague en poudre ose jaillir des rocs

Elsa soltó una pequeña risa ante las cosquillas de su aliento frio en su oído.

Je t'aime– dijeron al mismo tiempo mirándose a los ojos antes de besarse profundamente de nuevo.

Jack se separó solo para preguntarle con una voz que sonó muy seductora para Elsa –Así que, ¿esto también te parece atractivo?–

Ella fingió pensarlo detenidamente –Mhhhhhhhh, también–

–¿Y que hay de esto?– pasó sus dedos por los mechones de cabello para apartarlos y así tener mejor acceso a su cuello y poder besarle desde detrás de la oreja hasta las clavículas, casi hasta llegar al borde de la tela de su vestido.

Ella no pudo hacer nada más que musitar un balbuceo como respuesta al estar tan concentrada en las sensaciones del momento.

–Quiero que me enseñes– dijo él volviendo a mirarla mientras le acariciaba las piernas cubiertas por la delgada tela de sus pantalones –Quiero saber que te gusta–

–No quiero presionarte a hacer algo de lo que no estes seguro– dijo mientras lo sentía quitarle las sandalias.

Jack soltó una risa nasal –Créeme, estoy muy seguro de querer esto– le aseguró volviendo a recorrer sus manos por la tela hasta casi llegar a los muslos externos –Si tu no quieres, lo entiendo–

Elsa se mordió el labio con inseguridad, no porque no quisiera hacerlo, sino porque ahora que se trataba de ella se sentía un poco cohibida ya que nunca le había mostrado esa faceta de si a ninguna otra persona, pero Jack era definitivamente con quien quería estar.

Suspiró dándose ánimos para bajarse los pantalones doblarlos cuidadosamente y ponerlos a un lado dejando al descubierto sus piernas.

–Solo avísame si lo hago mal– le pidió él antes de apartar la tela del vestido revelando hasta arriba de sus muslos.

Ella se permitió relajarse y recostarse en un ángulo de cuarenta y cinco grados usando las almohadas.

Jack se sintió un tanto confundido ante tanta anatomía desconocida para él, pero entonces recordó lo que ella le había hecho y lo que más le había gustado y rogó para que se sintiera igual de bien para ella.

Elsa soltó un pequeño gemido al sentir el delicado roce húmedo de la lengua de Jack en sus labios menores –Eso se siente bien, pero... prueba aquí– tomó su mentón con suavidad para guiarlo hacia el clítoris, le ayudó levantando un poco sus pliegues facilitándole el acceso a aquel pequeño órgano.

Jack sonrió para si mismo cuando la escuchó gemir, eso le dio una descarga de confianza haciéndolo tomarla por los muslos para acomodarla mejor y poder probar distintas maniobras con su boca las cuales tuvieron resultados variables.

–¿Qué es esto?– preguntó él pasando los dedos por toda su abertura sintiendo la notable humedad –¿Siempre es así?–

Elsa negó apenada –Es la reacción del cuerpo femenino a la excitación–

–¿Y qué hay de aquí?– trazó círculos alrededor de la entrada a su cavidad –¿Te gusta esto?–

–Si– respondió con simplicidad.

Él sintiendo un impulso de curiosidad comenzó a deslizar con cuidado uno de sus dedos en la cavidad –¿Te lastima?– preguntó haciendo pequeños movimientos adentro hacia afuera.

–No, se siente bien– le apartó el fleco de la frente –Podrías probar hacer ambas cosas a la vez– sugirió.

–¿Cómo así?– preguntó antes de volver a estimular su punto con su lengua y hacer el movimiento de vaivén al mismo tiempo.

–Jack– gimió cerrando sus dedos contra su cuero cabelludo, no tuvo que pasar mucho antes de que ella comenzara a sentir sus piernas comenzar a temblar y la oleada masiva de hormonas que recorrieron cada pulgada de su cuerpo haciéndola gemir y perderse en esa explosión.

Una vez la euforia desenfrenada del momento se aplacó levantó la vista para ver a su novio con una sonrisa arrogante –Debo de admitir que verte así es bastante atractivo–

Ella rodó los ojos sin poder ocultar su sonrojo antes de tomarlo por el cuello de la camisa y atraerlo a un beso.


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