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Salí de la escuela entre emocionada y nerviosa, porque si no era suficiente ya con el peso de las circunstancias, tenía también a Jennie comiéndome la cabeza todo el santo día. Aún no tengo ni idea de como le diré que me gusta o si realmente se lo diré, aunque que se lo diga mi querida amiga no es una opción. Suspiré refregándome la cara, todo esto es tan frustrante, quiero gritar, sacar de adentro de mi todos estos sentimientos negativos, pero si lo hago solo me verían como una puta loca gritando incoherencias en medio de la calle.

Busqué alguna señal de Lisa con la mirada pero no estaba por ningún lugar, un mercedes negro estacionó del otro lado de la calle llamando la atención de todos, y como si fuera una maldita y sexy estrella del cine, más de uno nos quedamos embobados viendo la escena, pero claro, siempre tiene que llegar alguien a arruinarla, o para mejor entendimiento, tiene que llegar Somi a arruinarla.

–Mejor apúrate antes de que la arpía te quite a tu novia-atacó Jennie pasando por mi lado mientras dejaba un beso en mi mejilla, le lancé un golpe sin dar realmente en mi objetivo, me molesta admitir que tiene razón, «¿¡por qué ella siempre tiene razón!?» resoplé volteando los ojos y sacando toda la molestia que un ser humano puede llevar dentro me encaminé a mi amor platónico y mi estúpida competencia–¿Interrumpo algo?-hablé con indiferencia y una sonrisa que hasta dolía mantener.

Claro que no Rosita, la señorita Somi tenía un par de dudas sobre mi clase y las vino a aclarar, si eso era todo nosotras nos retiramos, tenemos una cena sorpresa esta noche-le comentó a la bruja mientras me abría la puerta del copiloto, dió por terminada la conversación cuando la rubia se fue dando pisotones–Recuerda que me tienes que guiar, yo no sé la dirección-bromeó pelliscando la punta de mi nariz, reí mordiéndome el labio inferior mirando por la ventana, ¿si me comienzo a abanicar en pleno otoño, con las temperaturas bajas que tenemos últimamente y las manos heladas se vería raro? siento que mi rostro puede derretirse en este instante–¿Y bien?

–Oh, claro, dobla a la izquierda y toma la sexta avenida, de ahí ve a la tercera, luego dobla a la derecha en el segundo condominio después del parque de juegos y en la tercera casa a la izquierda te detienes-expliqué con rapidez, creo que me olvidé de como respirar, apreté las prendas sobre mi pecho que estaba empezando a arder, esto de estar enamorada es una mierda, y tener que convivir todos los días durante diez meses incluso en tu propia casa con la persona de la cual estás enamorada sabiendo que es un imposible es peor aún.

–Rosie mejor introduce la dirección en el GPS porque yo no entendí absolutamente nada-bromeó y sentí mis ojos escocer, ¿cómo se supone que voy a olvidarla cuando ella es tan malditamente perfecta a cada segundo, su sonrisa, la forma en la que me habla, como se preocupa por todos?¿cómo se supone que la voy a olvidar si cada cosa que hace o dice provoca que me guste aún más?–Ey pequeña no llores, si dije algo que te molestara lo siento, realmente no fue mi intención herirte-estacionó el auto y se giró limpiando la humedad de mis mejillas, quiero odiarla, realmente quiero odiarla, o al menos serle indiferente, no sentir esas estúpidas mariposas en el estómago cuando la veo, cuando me habla, no sentir al inocente de mi corazón golpear en mi pecho dificultándole el funcionamiento al resto de mis órganos, mi cerebro, pulmones y estómago están a punto de comenzar una huelga contra él y sus ilusas ideas de que Lisa puede sentir algo por mi–Dime que ocurre, dime algo, lo que sea, pero déjame escuchar tu voz por favor-negué y me lancé sobre ella rodeándola con mis brazos, estúpido ¿cierto?, que la única persona que pueda consolarte y regresar cada pedazo de tu alma al lugar que pertenece cuando te estas derrumbando sea exactamente la que ocasionó que colisionaras con la cruel realidad.

Lo siento si te incomodé, a veces no pienso antes de actuar-me disculpé sentándome derecha mirando al frente, lo que menos necesito ahora es ver sus ojos cálidos y brillantes, suspiré–Deberíamos ponernos en marcha ya o mis padres se preocuparán porque llegué tarde-sin hacer alguna otra pregunta asintió y puso el motor en marcha, accedí al GPS e introduje la dirección de casa, HaAsh sonaba en el estéreo cubriendo el silencio que se había formado entre nosotras, la oscuridad estaba empezando a reinar por lo que las inmensas farolas a los lados de la calle se comenzaron a encender dándole a la ciudad un ambiente más melancólico del que ya tenía normalmente, o tal vez yo soy la que lo veo de esa forma. Los minutos pasaron con una lentitud casi mortal, podía escuchar el constante movimiento de las manecillas del reloj en su muñeca y debo admitir que es algo desesperante, es como si a cada tic se sumara algo más de peso sobre mi pecho dificultándome respirar–LLegamos-anuncié y salí del vehículo como si este ardiera en llamas, Lisa me siguió de cerca entrando conmigo cuando abrí la puerta de la casa–¡Mamá, papá les traigo una sorpresa!¡Chanyeol creo que a ti también te imteresa así que trae ya mismo tu trasero aquí enano!-grité caminando a la cocina en busca de mi familia.

Mientras no sea un bebé está todo bien, aunque ¿cómo es que dicen ustedes? a tijerazos no hay embarazos-se burló mi papá acercándose a donde nos encontramos quedándose de piedra al igual que mamá cuando vieron a mi acompañante.

¿Por qué hablamos en inglés, acaso se celebra alguna fiesta en Nueva Zelanda de la que aún no tengo conocimiento?-inquirió Chan como todo un cerebrito–¡Lisa estás aquí!-corrió hasta ella enganchándose a su cuello como un mono–Al final la tonta de mi hermana si pudo volver a verte-golpeó su cabeza para que se callara, siempre habla de más.

Después nos contarás con detalles todo lo que ha ocurrido desde la última vez que nos vimos, ahora lo único que necesito saber es si te quedarás a comer con nosotros-la rodeó con el brazo por los hombros arrastrándola al interior de la cocina.

Claro que sí-y aquí vamos.

My girl (Chaelisa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora