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–¿Podrías dar la clase por mi esta tarde?-inquirió Lisa al colgar el teléfono, dejé mi almuerzo y la miré frunciendo el entrecejo.

–¿Por qué yo?-ladeé la cabeza recibiendo un codazo de Jennie en mis costillas, le di una mirada de reproche y sonrió incómoda abriendo los ojos muy grande y musitando un «te eligieron como monitora de la asignatura en la clase hace un rato ¿ahora lo recuerdas?» asentí aún dudando y la pelinegra soltó una risa suave sin notar nada raro en nosotras dos–claro que puedo, por eso acepté ¿no? Por cierto ¿que es tan importante como para no dar la clase?

–Me tengo que tomar fotos para una revista, algo así como nueva generación de grandes empresarios-le restó importancia terminando de comer, la observé por unos minutos y sentí mis mejillas arder, es tan perfecta, aún recuerdo los momentos que pasamos juntas en las vacaciones y le doy gracias al dios de los idiomas por ser la única que hablaba inglés ese día, por permitirme ayudarla y conocerla, que a mis padres les agradara y por regresármela como mi profesora de inglés, lo malo es que no puede hacer que se enamore de mi, eso me tocará hacerlo sola, aunque ni siquiera sé como conquistar a alguien, nunca se me ha dado bien el coqueteo, para decirlo más claro, soy un asco en eso.

–Con lo bien que sales en las fotos Lili.

–¡DE QUÉ MALDITAS FOTOS HABLAS AHORA!-exasperé mirando a la castaña y luego al resto del comedor–perdón, se me fue un poco el tono, a veces no puedo controlarlo-bajé la cabeza en busca de concentración, mi mejor amiga es una imprudente que no piensa antes de hablar, una idiota que quiere decirle a Lisa sobre mis sentimientos, una tonta que me quiere mucho y no me haría daño en ningún momento o diría algo que me perjudicara, interioricé antes de volver a mirarlas con una sonrisa–¿Aún está en pie lo de las tutorías de español?-indagué mostrando desinterés, la mayor se sujetó la barbilla para pensar y juro que pude escuchar el paso de los segundos de cada uno de los relojes a mi alrededor, un calor insoportable se estaba formando en mi interior al no resivir respuesta, algo así como molestia y decepción mezclados en un sentimiento bastante desagradable, un puchero involuntario se formó en mis labios y comenzé a jugar con el almuerzo, la escuché reir, tomó mi mano sobre la mesa y la miré ladeando la cabeza.

No me las perdería por nada, así tenga que escapar antes de que termine la sesión de fotos, no hay nada mejor que pasar tiempo contigo y con tu familia, tal vez algún día deberíamos pasarla con la mía, mueren por conocerte-comentó calentándome las mejillas y haciendo que mi estómago cosquilleara, o lo que los demás llaman mariposas en el estómago.

¿Le has hablado de mi a tus padres?-pregunté cohibida mordiéndome el labio inferior, es tan exitante la idea de que me haya mencionado en alguna de las conversaciones con su familia, que me haya tenido presente en un momento tan íntimo como ese, me pregunto que les habrá dicho, si fue antes o después de volvernos a ver, que es lo que piensa ella de mi.

Claro, a ellos, a los abuelos, a mi hermano, a mi cuñada, incluso a mi sobrino, todos creen que eres dulce y muy adorable, y les gustastes aún más cuando supieron que tú eras la chica que me había ayudado en las vacaciones, que no tendrían que aprender español para poder comunicarse bien contigo y que tu familia me acogió muy bien en ambas ocasiones-mi corazón no podía con tantas emociones de golpe, siento como si me fuera a desmayar en cualquier momento, ¿se puede amar tanto a una persona al punto de sentir que podrías morir?

Entonces yo también estaría encantada de conocerlos, aunque debo advertir que no se me dan bien los niños, Chanyeol y porque no me queda opción-reimos por mi comentario y sentí una respiración en mi nuca causándome escalofríos, miré a mi lado y me encontré con el rostro fruncido de Jennie muy cerca del mío, demaciado cerca para mi gusto.

–Solo les falta besarse-musitó en mi oido intensificando el tono carmín de mis mejillas–pídele una cita de verdad y estoy segura de que aceptará, un paseo por el parque, tomar un helado, comer una pizza, el parque de diversiones y la besas en lo más alto de la noria como en las películas románticas, hazlo ahora y deja la cobardía-concluyó alejándose y sentándose bien en su lugar.

Rosita ¿te sientes bien? estás roja como un tomate en plena cosecha ¿quieres que te lleve a la enfermería para que te revisen?-negué con veemencia procesando lo que había dicho mi compañera, si no fuera tan cobarde ya le habría dicho a Lisa lo que siento y estaría llorando y un paso más cerca de olvidarla, o estaríamos saliendo y siendo felices juntas–¿Qué fue lo que le dijiste Jennie para que se pusiera así?-le preguntó ahora a mi amiga que solo se encogió de hombros sorbiendo su batido.

Nada, solo le recordé una vieja promesa que hicimos y le dió un poco de vergüenza ¿no es así Rosie?-sonrió de lado y me dieron ganas de golpearla, de tirarle lo que queda de mi almuerzo, pero la comida es sagrada y no se juega con ella, si no tendría una visita al baño asegurada, le sonreí de vuelta y aclaré mi garganta contestando un simple «así es».

Me tendrás que contar en algún momento cual es esa promesa tan vergonzosa que logró ponerte así de colorada-rió la pelinegra escuchando el timbre que anunciaba el fin del recreo sonar por toda la escuela, nos levantamos tirando los envaces vacíos al cesto de basura al lado de nuestra mesa y saliendo del comedor cogiendo cada una en su respectiva dirección, observé su espalda viendo como se perdía entre la multitud de estudiantes.

–En algún momento.

My girl (Chaelisa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora