11

113 18 0
                                    

–¡Mamá para de una vez! ya estoy cansada de probarme tanta ropa, ¿no podía haberme puesto algo de lo que ya tengo en vez de salir a comprar cosas nuevas?-le reclamé tirándome boca abajo sobre el sofá de la tienda, Jen se lanzó sobre mi abrazando mi torso y dejando sus manos entre mi abdomen y los cojines, «su hija es todo lo contrario a las chicas de hoy en día, ellas prefieren pasarse todo el día gastando dinero e irse de fiesta mientras que Roseanne al parecer lo odia, incluso su amiga se ve más animada que ella» habló una de las dependientas que nos atendían viéndome ser molestada por la castaña–¡Aleja tu asquerosa lengua de mi cuello!-le grité removiéndome entre sus brazos como pez sacado del agua, mas esta tonta se aferraba a mi cuerpo asegurándome de que si caía yo lo haría con ella.

–No te hagas que sabes que te gusta, te gusta muchísimo-su saliva mojó ahora mi mejilla dándome ganas de llorar, la impotencia y mis inmensas ganas de golpearla se estaban sobreponiendo al resto de emociones permitiéndome levantar la mitad de nuestros cuerpos–pero sé que te gustaría más que fuera la lengua de Lisa la que recorriera tu piel-sus palabras y el tono que utilizó me hicieron perder la fuerza y caer otra vez al mueble golpeándome la frente con el reposabrazo de este–Pero serás idiota, idiota-se paró ágilmente ayudándome a hacer lo mismo revisando al instante la zona afectada–¿Por qué no tienes cuidado con nada? la próxima vez ten más cuidado cuando juegues o puedes terminar con una herida peor-me recriminó y comenzé a reir sin control, quizás el golpe me causó alguna contusión provocando que se regara la estupidez por todo mi sistema.

–¡Oh! Clare Park sal del cuerpo de mi mejor amiga-alegué escandalozamente ganándome varias risas y dos pares de miradas falsamente ofendidas–Nini, te escuchas como mi madre, así que. ¿qué tal si la convences de que me deje en paz con este tema de la ropa?-aproveché la calma para librarme del castigo que estoy padeciendo «no tan rápido jovencita, ya encontré el vestido perfecto para ti en esta ocasión» le escuché decir a mi progenitora y un escalofrío recorrió mi espina dorsal cuando vi la cara que le dedicaba Jennie, me giré lentamente y mi corazón terminó explotando cuando el futuro me golpeó directo en el rostro–¡No me voy a poner eso, ni muerta lo haré!¡eso ni siquiera es una prenda de vestir que sirva para cubrirte algo!-grité tapándome los ojos, eso ni siquiera debería estar en una tienda, cuando digo que no cubre nada, me refiero a absolutamente nada.

–Oh sí Chaeyoung Park, te lo pondrás e irás a la fiesta con Jennie y Lisa-el tono en el que lo dijo me aseguró que sabía y planeaba algo, mis ojos se dirigieron instantáneamente a mi mejor amiga haciéndole una pregunta silenciosa, su sonrisa torcida y encogimiento de hombros no calmaron en absoluto la ebullición de sentimientos que crecían en mi interior–hoy yo tomaré el control hijita querida y por fin todo saldrá como alguna vez he planeado-desde ese momento todo se volvió un infierno, me bañé como me dijeron ‹porque si no lo hacía me bañarían ellas›, dejé que me echaran todas las cremas y cosas que querían, me coloqué el maldito vestido por encima de mis valores, pues este era negro, ajustado, a mitad de muslo, con la espalda afuera y un escote tan largo que casi se me podía ver la vida; mi madre me peinó mientras Jennie me maquillaba ‹ya cuando ella estuvo arreglada› y para el gran final unos tacones muy altos del mismo color del vestido. Lisa llegué a recogernos poco después de terminar de prepararnos y mi vergüenza era tal que no quería salir de la habitación, pero una vez más los dos demonios me obligaron a hacerlo, la cara de la pelinegra fue un poema al verme y solo un «estás hermosa» salió de sus labios haciendo acelerar mi corazón; el viaje a la casa de Jackson fue bastante corto, al punto de que al llegar no me quería bajar del auto, la música era tan alta que desde hacía una cuadra se escuchaba y habían suficientes personas como para llenar un estadio, o eso me pareció.

–Toma un poco de esto Rosie, te encantará-comentó la castaña llegando y sentándose a mi lado en la mesa dejando una copa con un líquido rojo mientras ella tomaba un trago de color azul; miré el trago con desconfianza, no sabría que cosa rara le habrán echado para prepararlo–es solo cerveza, lo que le agregan colorantes para que se vean más cool-explicó colocándomela en la mano y obligándome a tomar, a decir verdad no sabía mal y de alguna forma logró relajarme durante un tiempo, pero pasada una media hora y un par de cervezas más la sensación se volvió todo lo contrario.

–Jen ¿estás segura de que eso era solo cerveza? porque todo me da vuetas-una risa se escapó de mis labios al escucharme hablar, los relamí y busqué a mi alrededor un poco de agua pues los tengo resecos, mas me tuve que sujetar del hombro de mi amiga para no caerme–No me siento bien Nini, quiero irme a casa-se me cristalizaron los ojos comenzando a caer gruesas lágrimas después, sentía como si en cualquier momento las cosas se furan a poner feas y ocurrir alguna desgracia y las luces rojas de la pista improvisada no fueron de ayuda para calmarme–Llévame a casa por favor, la cabeza me da vueltas-mi estómago intentó sacar lo poco que había ingerido pero se mantuvo en su lugar cuando logré sentarme otra vez en la mesa.

–Ya están a punto de llegar por ti, vamos a la entrada, te encantará la sorpresa que te he preparado-me levantó apoyando todo mi peso sobre su cuerpo «¿de qué rayos hablas Nini?¿qué sorpresa?» musité tragando fuerte pues mi boca está cada vez más seca «¿qué fue lo que me diste?»–Solo algo para que te relajes-terminó diciendo antes de que un auto se detuviera frente a nosotras y bajara una mujer de él–Ya estabas tardando y pensé que no vendrías, está lista para irse contigo.

My girl (Chaelisa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora