Capítulo 4

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— ¿Abril? ¿Qué haces aquí?— Pregunté confundido, al ver a la joven frente a mí. Escuché la puerta de mi habitación sonar, y abrí pensando que era Bruno; cuando la vi, me paralicé.

—Hola, Kenneth. ¿No me invitas a pasar? —Su voz ronca, pero a la vez sexy. Pretendía esconder mis pensamientos, pero ella me miraba como si supiera lo que estaba pensando—. Vamos, que tú y yo, tenemos cosas pendientes.

La dejé entrar, algo en mí desconocía esta aparición. Y si deseaba golpearme, bueno, lo merecía, pero ¿por qué aquí, y no me había buscado antes? Sería estúpido si ahora venía a descargar su rabieta en mí. La habitación tenía un olor a manzanilla proveniente de su cuerpo, Abril, por su parte acomodándose sobre mi cama; cruzó su pierna, y dejó en evidencia algo más que su deseo.

—A-Abril— tartamudeé.

—Ven aquí, que yo también quiero contigo. —Esto no era lo que tenía en mente, no lo iba a negar más, quería volver a sentirla desde que la vi en las fotos; pero ahora que se encontraba frente a mí, la deseaba, mas ahora ella tendría mucha más experiencia, y juntos podríamos compartirla. Esto era irreal, esto definitivamente era mi nueva fantasía erótica.

Me entrometí entre sus piernas, mientras ella se apoyaba sobre el colchón de la cama. Comencé a besar su cuello, entretanto mi mano recorría la parte de su cadera hasta llegar a su seno. De nuevo, ella estaba a punto de ser mía.

—Joder, Abril. Eres tan hermosa —gemía.

—Kenneth, hazme tuya —susurraba ella en mi oreja—, dame como no pudiste darme aquella vez.

Sobresaltado por su comentario, me levanté de inmediato al tiempo que negaba con mi cabeza una y otra vez. ¿Qué había dicho?

Abrí los ojos de inmediato, y un Bruno cerca de mi oído se encontraba casi vomitando de la risa. Había sido un sueño, me recriminé, ahora estaba soñando con ella.

—¿Puedes ver lo acosador que te ves? —Empujé lejos de mí a este último. Bruno, estaba bromeando sobre mi estúpido sueño. Me hallaba apenado, la verdad. ¿Qué me estaba pasando?

—Oye, tú eres el de los sueños húmedos. ¿Quién es el acosador? —murmuró mientras sostenía una toalla en sus manos—. Ahora vete a bañar que no iras así, mostrando todo tu vigor.

Lanzándome lo que tenía entre sus manos, miré abajo y pude notar mi considerable erección

« ¡Mierda! Definitivamente este viaje no es lo que había pensado.»

Luego de bañarme, cambiarme, y de muchas burlas, logré salir de esa habitación. Recorrimos unas cuantas palmeras decoradas con el logo de la escuela; a lo lejos, pude ver una fogata,  y antes de llegar a ella, estaba Raúl —uno de los pocos que en realidad aspiraba ver— en una mesa, para poder ingresar.

—Hey, qué onda, viejo —me habló Raúl, él había sido uno de los nuestros junto a Bruno, pero el embarazó a su novia, y decidió ser responsable. Cuando me fui, dejé a todos incluso a él. La verdad no me interesaba ser el tío de nadie, al menos no en ese momento—. Aquí está tu identificación, con esta podrás tener acceso a todos los servicios que ofrece el hotel. Me alegra tanto verte de nuevo —me dijo, mientras me entregaba un cartón que debía llenar con mi nombre—, los veré luego que salga de esta joda.

—Suerte— solté mientras mi puño chocaba con el de él.

Bueno, la fogata estaba animada. La verdad, asumí que estarían todos hablando de sus aburridas vidas, pero obviamente estaba en un error. Se notaba en el ambiente que aun éramos deseosos de recordar nuestros tiempos, y olvidar el presente en el que vivíamos. Había máximo unas diez parejas, de ahí todos estábamos solteros, por qué ¿quién dejaría venir solo a una fiesta donde probablemente estarías tentado hacer cosas excitantes y locas?

Sueños de Juventud (SDI #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora